Abrí la puerta y deje pasar primero a Bernice, jodido culo tiene, parece que va seguido al gym. En la casa es todo muy lindo el comedor, los baños.
—¿Me ayudas a encontrar mi habitación? —hablo Bernice con una mirada de niña pequeña o quizás lo es.
—Si, nena vamos.
Camine al lado de Bernice, en el pasillo de las habitaciones íbamos leyendo los carteles.
Habitación número uno: Matias S. y Belen.
Habitación número dos: Macarena y Gabriel.
Habitación número tres: Carla y Agustin.
Habitación número cuatro: Matias P. y Cynthia.
Habitación número cinco: Azul y Luifa.
Habitación número seis: Carolina y Mariana.
Eso solo quería decir una cosa, Bernice y yo seríamos compañeros de habitación.
Habitación número siete: Bernice y Justin.
Bernice me miró sorprendida y yo le guiñe un ojo.
—Hola, nuevo compañero de habitación. —habló Bernice.
—Hola, nena. —le sonreí.
Bernice abrió la puerta y entró emocionada. Atrás de ella pase yo y cerré la puerta.
—¿Contenta que voy a ser tu compañero de habitación? —le hablé a Bernice.
—No te voy a mentir, si lo estoy. —me sonrió.
Deje mi maleta y la de Bernice arriba de las dos camas. Arriba de las camas habían dos cartas también.
—Mira Bernice, hay una carta para cada uno. —dije señalando las cartas.
—¿Me la podes leer vos? —abrí las cartas y las dos decían lo mismo. Reglas para convivir en "Gran Hermano".
—Son las reglas de la casa, Berni.
—Entonces léelas, Jus. —ese tonó de sarcasmo lo entendía, la jodió que la llamará Berni.
—Regla número uno: No hacer bromas pesadas a sus compañeros.
Regla número dos: El que se opone a lavar los cubiertos, platos, copas, etc tendrá un castigo.
Regla número tres: No pueden usar absolutamente nada electrónico. Y no habrá televisión ni podrán saber nada de lo que paso a fuera. Y nos grabaran casi todo el día.
—Y aca también dice las cosas que están permitidas. —Bernice me miró con atención y asintió.
—Esta permitido hacer fiestas pero solo cuando cumplen años, y también esta permitido tener sexo.
—Si quieres podemos juntar las camas. —dije. Relamí mis labios mientras ella me sonreía.
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—Sigue. —susurro mientras miraba de una forma descarada mi pene. A lo que yo me toque el pene con una mano para que disfrutará la vista, y con la otra mano leí la hoja.
—Las cámaras estarán encendidas todo el día, solo se pueden tapar si van a tener relaciones sexuales. —la mire con una sonrisa.
