SORPRESAS

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A los cinco minutos, oí una maldición por parte de Max, quien estaba intentando reparar su cámara, y me levanté para ver su trabajo.
Posé el cenicero en la mesa.
-¿Cómo va? - pregunté.
-No va. Me quedé sin selfies.
Ella suspiró y dejó de manipular el destornillador.
Entonces vi varias fotos al lado de mi ordenador.
-¿Las has hecho tú? ¿Las puedo ver? - dije, tomando una en mis manos.
-Claro, no son gran cosa.
Fui mirando una por una.
-¡Eh, qué tenemos aquí! ¡Victoria posando con pintura blanca! - sonreí.
-Se lo merecía. Por zorra - Max me devolvió la sonrisa.
-Selfie, paisaje, selfie....- fui ojeando - ¡Espera un momento!
Señale entonces la foto de una bonita mariposa azul.
-¡Esta es del baño de las chicas, ¿no? ¿Cuándo la hiciste?
Ella vaciló unos segundos.
-Esta mañana- farfulló.
-Eso significa que tú estabas allí cuando entré y discutí con Nathan - se me iluminó la mirada -¿Me equivoco?
Max bajó la cabeza.
-No...
-Entonces, ¿oíste toda nuestra conversación? - levanté una ceja.
-Qué va
-Dudo que se te cerraran los oídos...
-Está bien - suspiró -Oí algo sobre dinero y drogas, pero sólo eso. Vamos, que escuché todo.
Asentí con la cabeza.
-Ahora, lo más importante: ¿Se lo has contado a alguien?
Max se rascó la cabeza.
-Al director.
-¿AL DIRECTOR? ¿En serio? ¿Es que todavía tienes doce años? ¡Ese capullo sólo se preocupa de chupar dinero de donde pueda! - me escandalicé.
-Juro que no te mencioné. Además, no tenía pinta de creerme, porque para él Nathan es "el alumno más brillante de Blackwell" - dijo con sorna.
Suspiré y me quedé mirando al suelo.
En el fondo, tenía que agradecer que ese capullo de hombre no se creyera la historia, porque Nathan hubiera sido capaz de meterme a mí en la movida.
Recordé entonces la alarma. ¡Joder, cómo iba cabrearme con alguien que me ha salvado el culo!
Levanté la vista y clavé mis ojos en Max. Me fijé en su aspecto preocupado. "No has cambiado nada, Maxine" pensé , sonriendo levemente.
Ella percibió mi gesto y pude ver cómo se relajaba. Vi cómo sus labios fruncidos volvían a su estado normal y tragué saliva.
"Hey punkass, ¿no te olvidas algo?" mi voz interior me sobresaltó y volví a la realidad.
Me di la vuelta y me agaché, para coger un objeto que se encontraba dentro de un cajón.
-Sé que fue tu cumpleaños el mes pasado... - empezé. -Así que creo que esto es tuyo, de ahora en adelante - dije, tendiéndole su regalo.
Max abrió mucho sus ojitos azules. Y es que el regalo era una súper cámara Polaroid, nueva, a punto de estrenar, más precisa.
-Es la ostia, Chloe. Pero no puedo aceptarlo- masculló, mientras me la daba de nuevo.
-¡No! De verdad. Es de tu estilo. ¿Quién mejor que tú para usarla? -sonreí.
Ella vaciló un segundo.
-Gracias, tia. En serio, muchas gracias - y me dedicó una linda sonrisa, la cual hizo que sintiera cosquilleos en mi estómago.
Y no pude evitar venirme arriba.
-Bueno, y ahora que se acabaron los malos rollos, animemos el ambiente.

Me dirigí hacia la radio y cambié de canción. Entonces, sonó una melodía completamente distina a la anterior. Era más movidita. Más fuerte Más rockera.
Más de mi estilo.
Max me miró, sorprendida ante mi repentino cambio de actitud, pero enseguida esbozó una dulce sonrisa que provocó cosquilleos dentro de mi estómago.

Heyo!!!
He aquí nueva entrada. Espero que os guste. Sé que he tardado un poco, pero aquí está. Ya sabéis: comentad, votad pero sobre todo...
LEED
Hasta otra, yehaaa!! :D

LIFE IS STRANGE (Fanfic)Where stories live. Discover now