Capítulo 1 'No te aconsejo que me mires así, podrías acabar muy mal guapa'

495 46 35
                                    


Kathia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kathia

'No te aconsejo que me mires así, podrías acabar muy mal guapa'

....

Eran las 6 de la tarde del 15 de abril. Mi primer día en este maldito centro, en el que no debería de estar, ya se que eso lo dice todo el mundo que entra aquí, pero lo que yo hice fue justo, y no me arrepiento de nada.

Estaba despidiéndome de mis padres a través de lágrimas, ya que verlos llorar era lo peor que me podía pasar, aunque lo peor estaba por venir, solo unos pasos más y mi libertad había acabado, hasta dentro de un año que era lo que me quedaba por estar aquí. Un puto año perdido de mi vida.

El guardia me cogió de los hombros ya que mi madre no me soltaba, me dirijió hacia esa puerta tan grande de metal, en mis manos llevaba una caja con algunas de mis pertenencias que el centro me dejaba tener, como fotos, un mp3 para la música y algunos folios para dibujar. Era como una auténtica cárcel, todo estaba vallado con paredes enormes de metal, vamos que era imposible escapar de ahí. Una vez dentro observé todo a mi alrededor, no era gran cosa, había unos cuantos árboles y poco más, de todas formas era solo la entrada. En tres minutos estábamos ya en el interior. Había dos guardias más vigilando la entrada, y mientras pasaba ese gran pasillo, oí como uno de ellos  por lo bajo decía 'Mira que culo tiene la nueva, seguro que él no tardará en empotrársela contra la pared' No pude evitar contenerme, y obviamente salté.

-¡Se va a empotrar a tu puta madre cerdo de mierda!-Le grité mientras me volteo para verle la cara.

El guardia que me sujetaba se quedo asombrado de la fuerza que tuve para deshacerme de sus manos. Y los dos que quedaban solo a unos pasos de mi se quedaron igual, pero el que soltó aquel comentario se dirijió hacia mi. Yo me mantuve firme. Su paso era un poco siniestro la verdad, no tendría más de 40 años, no tenía pelo, era bajito, pero tenía una mirada muy penetrante y asustadiza.

-¿Es que no sabes donde estás, o te lo tengo que recordar estúpida niña?- Me dijo a tan solo dos pasos de mi. El otro guardia estaba entre nosotros, y menos mal, porque seguro que me hubiese soltado un guantazo a lo que yo hubiera respondido con otro.

-Ya vale Marc, es nueva, déjalo.

Él solo soltó una carcajada y volvió a su sitio. Sabía que lo que me esperaba dentro iba a ser peor que uno de sus guantazos. Seguí mi camino con el guardia del principio. Y volví a recordar cada una de sus palabras 'Él no tardará en empotrársela' ¿Cómo que él? Esas palabras retumbaban en mi cabeza con más intensidad que nunca, ¿Quién cojones sería él?

El crujido de una puerta me sacó de mis pensamientos. Llegué a donde estaban todas las habitaciones, aquel lugar era enorme, mucho más grande que un hotel, me quedé impresionada, y más cuando todos los chicos y chicas se voltearon para observarme fijamente, susurrándose cosas algo que me ponía de los nervios, pero intenté calmarme, era el primer día y ya había tenido suficiente con el guardia anterior.

Mi habitación era la 156, y al fin llegué. El guardia tocó dos veces y abrió la puerta sin más, había una chica negra de mi edad más o menos. La habitación era enana, había una litera y justo al lado estaba el cuarto de baño.

-Compartirás habitación con ella, espero que no haya ningún problema. A las 9 es la hora de cenar, así que tendrás que presentarte en el comedor, ella te indicará donde está.- Asentí con la cabeza, me miró con  cara de preocupación y se fue sin más. Dejé la caja en el suelo y miré hacia mi nueva compañera.

-Soy Blanca, encantada.-Dijo aquella chica con un tono muy agradable.

-Kathia, igualmente.

La verdad es que era muy guapa, tenía trenzas africanas hasta por debajo del culo, su tono de piel hacía juego con su pelo y sus ojos. Era delgadita pero con unas curvas bien definidas, se podían ver ya que prácticamente iba en braguitas con una camiseta que dejaba ver todo su escote, eso me impresionó ya que todas las chicas de aquí vestían así, con mucho menos ropa de lo que llevaban los chicos.

-Que alegría de tener una compañera nueva, hacía por lo menos cuatro meses que no entraba nadie aquí.

-¿Cuánto llevas aquí metida?- Se que a lo mejor no debería preguntar tanto, pero es que me picaba la curiosidad, además parecía muy simpática. Y tampoco pareció molestarle.

-Llevo ya 3 años, y todavía me quedan dos, saldré con 20....-Suspiró.-¿Y á ti cuanto te ha caído?

-Un año, aunque según como me porte me lo reducirán a 6 meses.- Dije con los ojos lagrimosos, ya que recordaba el porque de esta situación y el saber que no volveré a ver a mi familia y amigos hasta dentro de mucho tiempo, ella lo notó en seguida, así que se levantó de la cama rápidamente y me cogió de los brazos.

-Bueno, basta ya de hablar de esto, voy ayudarte a colgar las fotos que has traído en esa caja y a darle vida a esta habitación.-Me dijo mientras intentaba animarme con una de sus sonrisas, a la que yo le respondí igual.

Estábamos pegando las fotos mientras le contaba cada uno de los momentos de cada foto, no parábamos de reír, la verdad es que esto me hacía falta después del día de mierda que había tenido. Pero, de repente se abrió la puerta y aparecieron tres chicos musculosos, aunque sinceramente en el que más me fijé fue en el primero. Dios, era guapísimo, tenía una mirada intensa de color negro, le hacía juego su cabello castaño revuelto, era un puto dios griego, y esos brazos musculosos con aquel tatuaje en el brazo derecho, se le veían porque llevaba una camiseta de tirantes blanca ancha, acompañada de un chándal negro. De los de atrás ni me fijé la verdad.

-Vaya, así que es verdad lo que decían.-Sonrió aquel chico, aunque no me gustó nada su tono de voz.

Observé a Blanca y estaba muy nerviosa, como si le tuviese miedo. Espera... ¿Y si era el chico que había mencionado aquel guardia? Mi cara de embobada cambió a ira, miedo, asco y todo al mismo tiempo, no sabría explicarlo. Pero aún así tuve valor para hablar, no me iba a quedar callada como una tonta.

-¿Y que es lo que dicen, eh?-Dije con un gesto serio, pero a él resultó hacerle gracia, ya que lo único que provoqué en él fueron risas, igual que en los dos de atrás.

Se acercó a mi con pasos lentos, pero lo suficiente para estar en tres segundos en frente mía, podía sentir hasta su respiración joder. Pero aún así, no le hice ningún miedo y seguí en mi postura que la del principio, algo que a él parecía molestarle, ya que cambió su mirada a odio, vamos, que si las miradas matasen ahora mismo estaría muerta.

-No te aconsejo que me mires así, podrías acabar muy mal guapa.-Esta vez sonrió y miró hacia Blanca.- Negra, salte fuera.-Esto último lo dijo más serio y volvió hacia mi.- Voy a divertirme un rato.

***

¡Buenaaaaaaaaaas! ¿Qué os ha parecido el primer capítulo? Si queréis que continúe la historia dejádmelo saber por comentarios o votos, se agradecen muchísimo! El siguiente capítulo tendrá más trama y será mas interesante que este, os lo prometo jejeje Un beso a todaaaaaas y muchas gracias por leerme <3


-



Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 18, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El reformatorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora