Capitulo 3

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Steve le indicó que subiera y ella obedeció. El puso el auto en marcha y empezó a avanzar, pero la chica le pidió que parara y retrocediera, era obvio, teniendo en cuenta que en aquella dirección se encontraban sus perseguidores <<¿en que pensabas cuando empezaste a avanzar, Steve?>>

-¿Qué sucede?- Preguntó Steve a la chica

-Unos sujetos- empezó a contar la chica, sentada en el asiento trasero del auto- mi padre les pidió que cuidaran de mi, pero me mantenían encerrada en una casa, me trajeron hace dos días al centro cerca de aquí-

-¿Venias desde allí?- la interrumpió Steve

-si-le confirmó ella- logré escapar-continuo-porque solo estaban ellos dos allí, de haber estado todos los que siempre están no habría podido-. << todos los que siempre están >> pensó Steve<<debe referirse al personal de lo que ella llama "centro">> y asumió que con "centro" se refería a un edificio similar al que el había visto destruido.

-No estoy entendiendo mucho- le confesó a la chica mirándola por el espejo retrovisor.

-Voy a explicarte desde el principio- repuso ella

-Por favor-

-Yo vivía en un centro, en una ciudad , aunque de vez en cuando me iba a vivir por unos meses a otros, desde hace un tiempo las cosas están un poco raras y, digamos que todos se comportan diferente, cada vez empezar a notar que habían menos personas en los centros, mi padre me visitaba cada vez menos, hace dos semanas, de repente tuvimos que evacuar uno de los centros en los que yo estaba viviendo en ese momento, todos actuaban de manera extraña, corrían de un lado a otro llevando cosas, gritándose, apurados, en unos minutos allí ya no quedaba nada, me subieron a un auto blanco, separada del resto de m is compañeros, a ellos los llevaron a todos juntos en la parte de atrás de un camión, cuando subí al auto esos dos sujetos me dijeron que mi padre había ordenado que yo me fuera con ellos, me permitieron hablar con el por teléfono. Después me llevaron a una casa de madera bastante lejos de aquí, allí estuve unas dos semanas, escuchando ruidos raros, fuertes, ellos actuaban de manera extraña, llamaban siempre por teléfono, fumaban mas que de costumbre, charlaban en voz baja, decían cosas que yo no podía entender, después me dijeron que juntara mis cosas porque debíamos irnos a un centro en el que yo solía pasar el verano, me puse muy feliz, junte mis cosas y nos fuimos, tardamos casi un día en llegar al centro, pero no estaba como yo esperaba, las ventanas estaban tapadas, adentro no había nada, se habían llevado casi todo, y lo que habían dejado estaba en su mayoría roto, todo estaba sucio, lleno de polvo, dormí en la habitación de siempre durante estos dos días, finalmente tuve suficiente de esa situación y me escapé

-Bien- fue lo único que Steve pudo decir en respuesta a aquel relato tan raro.

Llegaron finalmente.

Steve estuvo a punto de estacionar su auto nuevamente a un lado de los escombros de gran edificio blanco, cuando notó que aquello no tenía objeto.

Continuo, entonces la marcha por la autopista, luego de unos kilómetros ya estaba anocheciendo. Habían calculado que los sujetos que la buscaban no buscarían muy lejos ya que para ella era imposible alejarse tanto en tan poco tiempo caminando.

Luego de muchos kilómetros llegaron a Portland. Estaba completamente de noche. La chica no había dicho ni una sola palabra durante todo el trayecto y Steve solo había estado dándole vueltas a la historia de la chica.

Al llegar a Portland se dirigió de inmediato a su casa, las calles estaban desiertas, casi todo destruido, no se veían personas, ni animales, la gran mayoría de las luces estaban apagadas. Mientras avanzaba por la calle desierta que lo conduciría a su casa, notó que en algunas ventanas había personas, lo observaban, sin correr las cortinas en su totalidad, como espiando, temerosos, y eso a Steve la resultaba espeluznante. Antes, cuando pasaba por las calles temprano en la mañana, también podía notarlo, pero simplemente pensaba que era gente curiosa <<chismosa>> que sola quería ver su auto. Porque no había nadie que no pudiese apartar la mirada de su vehículo cuando él pasaba. Era un auto que funcionaba a paneles solares. Afortunadamente para él, el sol nunca iba a acabarse, de modo que ahora, cuando nadie podía utilizar un vehículo debido a la falta de su combustible, el podía andar por las calles de la ciudad con total tranquilidad. Claro que contar con un vehículo en tiempos así también es peligroso, mas de una ves desde hacia dos semanas habían intentado quitarle su auto.

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⏰ Last updated: Apr 15, 2016 ⏰

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