Capitulo 9.

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  Era sábado y nada más levantarse fue a ponerse su mejor ropa, aunque a Oriana parecía que todo le quedaba mal ya que empezaba a verse demasiado llenita. Julian le había hecho salir de la casa y montarse en el auto que, tras un largo trayecto, al bajarse no pudo ver donde estaba porque el le había insistido en que se pusiese la cinta para ocultar sus bellos ojos, después de un largo camino en el que la hierva acariciaba los pies de ella, él la detuvo y tirando de su cinta la dejo caer mostrándole la casa de madera en mitad de un bello campo con chimenea la cual echaba humo.
-¿Y esto?-Pregunto incrédula.
-Es tuyo-
-¿De verdad?-
-Desde hoy es completa y únicamente tuya-
-No se que decir-Dijo mientras caminaba tras el aproximándose a la casa.
Al llegar a esta subieron las escaleras de madera, que al tocarlas chirriaban, hasta llegar al porche de la casa, Julian saco unas llaves y las metió con demasiada lentitud para el gusto de Oriana, pero al abrir, fue consciente de que valió la pena la espera.
-Basta con una sonrisa-Dijo el dándole paso.
El suelo estaba lleno de pétalos de rosa, la chimenea encendida desprendiendo calor daba una sensación acogedora a la pequeña cabaña y la mesita frente a ella con todo preparado y una rosa en medio le daba el toque perfeccionista que solo Julian tenía.
-Te debo más que una sonrisa-
-No se mira el precio de un regalo, amor-
Ella solo entro observando cada detalle dentro de aquella casita sacada de un cuentos de hadas, en silencio, tocaba la decoración con entusiasmo.
-Es nuestra-Dijo en voz alta y luego se giro y pudo observar a Julian levantando la silla ella camino hasta él y se sentó, para que luego el rodase la silla.
-¿El que es nuestro?-Pregunto el colocándose frente a ella.
-Esto, antes dijiste es completa y únicamente mía, pero no es cierto, también es tuya-
-Cariño todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo, es mío-
-Esto es increíble Julian, de verdad no se que decir-
Julian extendió la mano para acariciar la de ella sobre la mesa.
-Comamos primero y en la habitación discutimos como me pagas-dijo pícaramente y ella rio tímidamente-
-Es que me siento mal. Tu me compras una casa de cuentos de hadas y yo...-de detuvo para sacar la caja con la esclava de su bolso-...solo te compre esto-
Ella estiro la mano y Julian agarro la caja para luego tirar del lasito y abrirla, dejo la tapa a un lado y en silencio saco la esclava, leyó lo del frente y girándola se percato de lo de atrás, al principio no lo comprendió pero no tardo en hacerlo aun así no hizo comentario, si no que alargo la mano y la puso sobre la de ella.
-¿Me la pones?-
-¿Te gusta?-Dijo insegura.
-Es mucho mejor que una casa-
-No exageres-
-Por favor Ori, todo lo que venga de ti me gustara siempre, siempre y siempre-
-Si lo dices así...a mí también me gusta todo lo que venga de ti-
-Entonces ya no hay problema-
-Si-Dijo ella volviendo a sonreír y atándole la esclava, el recogió el brazo y se la miro puesta varias veces, Oriana no pudo evitar reír-Te queda muy bien-
-Por favor, a mi todo me queda bien-Dijo con una voz horripilante a la que Oriana no se pudo contener y comenzó a reír a carcajadas al igual que Julian.
El resto de la cena fue así, risas, sonrisas y miradas que lo dicen todo, caricias, palabras.. nada podía ser más perfecto. Lástima que no todo es color de rosas.  

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Sky.


Shh, cuidado con lo que deseas. (Adaptada)Where stories live. Discover now