(10) Sin frenos

3.2K 86 10
                                    

"Tan sencillo, que hay momentos en que a drede lo complico; por cruzarme un poco más en tu camino, por pensar que no soy parte de tu olvido."

Miraba una y otra vez mi teléfono; qué debía contestarle? Un adiós? Negarlo? En realidad, las palabras de Erick me tomaron por sorpresa. Qué era lo correcto? No quería hacerlo enfadar, pero yo estaba llena de coraje acá.

"Disculpa si te he ofendido en algo" no se me ocurrió que más decir. Se los juro, quería terminar ya esta conversación.

"No, al contrario, lo tomo como un alago..."

Estas palabras, extrañamente, me tranquilizaron un poco. Agradecía a la vida que en estos momentos me encontraba sola en mi casa. De lo contrario, Caleb hubiese notado mi coraje; o tal vez era vergüenza?

La conversación continuó normal luego de este pequeño encuentro. Me iba tranquilizando con cada palabra que continuábamos intercambiando, y ya me sentía cómoda nuevamente.

Aunque no les voy a negar que por un momento, sintiera deseos de no ir a la actividad en la que nos íbamos a ver. Me sentí como una idiota al recordar que había comprado un vestido pensando en verme bien ese día; digo, hacía mucho tiempo que no hablábamos, y de cierta manera me quería ver presentable. Tal vez no era la Jael que Erick había conocido años atrás, pero me podía ver bien.

Llegó el tan esperado día, y me sentía feliz porque lo tenía todo listo. Sí, tenía mi maleta preparada para el tan esperado viaje; y ya estaba vestida, maquillada y peinada para ir a la actividad. Honestamente, me sentía que me veía bien; que podía conquistar a cualquiera; aun cuando ese no era mi objetivo.

Cuando entramos al lugar, Caleb ni se dignó en tomar mi mano. En realidad, no me importó en esos momentos, no me pregunten por qué. Tal vez sería por la emoción de ver a Erick ahora que habíamos vuelto a hablar? No sabía y no quería pensar mucho; quería pasarla bien.

Para mi sorpresa, y luego de caminar unos minutos saludando rostros conocidos, vi a lo lejos a nuestro amigo Leandro. No lo pensé mucho para salir corriendo hasta él y envolvernos en un gran abrazo. Era más que un amigo para mí, era un hermano y hacía más de un año que no nos veíamos y con nuestras agendas tan cargadas, apenas y nos llamábamos o escribíamos.

"Qué alegría verlos" decía Leandro mientras me soltaba y saludaba a Caleb.

"Es una gran alegría para mí también Leandro. Qué es de tu vida?" casi saltaba como niña pequeña de la alegría que sentía. De veras, yo expresaba mis alegrías fácilmente; tal vez de igual manera las tristezas. Los corajes? Los disimulaba frente a los demás.

Continuamos conversando, pero según pasaban los minutos, me desesperaba un poco. Aun no había visto a Erick por allí, y me encontraba algo nerviosa pensando en nuestro encuentro. Sé que todo marcharía normal, pero de todas formas, esta vez sería diferente. Ya nos hablábamos como antes, aun cuando nos respetábamos y no nos habíamos visto solos.

Miraba mi teléfono como una idiota, pensando en que Erick me escribiría para saber si ya llegué. Que estúpida yo, si él sabía que yo estaba con Caleb, definitivamente no me iba a escribir. Entonces, cómo lo encontraba en ese mar de personas? Sí, tenía una idea de donde podía estar; solo necesitaba la excusa perfecta para llegar allí.

Sin Daños a TercerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora