Ese fue mi fantástico día de ayer.

No me molesté en levantarme de la cama, con la esperanza de que aquel horrible viernes que se presentaba delante de mí, como si fuera el iceberg que hundió al famoso Titanic, se pasará como el pinchazo del día anterior: en un abrir y cerrar de ojos.

Logré levantarme de la cama.

-Otro asqueroso día de mierda en este asqueroso agujero- dije más bien para mí misma.

Me acerqué al espejo que había en mi habitación.

Era increíble que la chica que había sido hacia dos días en aquel jardín con aquel chico, fuese ahora esta horrible chica que estaba delante del espejo con los pelos de punta y mal puestos, los parpados caídos y unas ojeras gigantescas.

-Así ni a Ian le parecerías guapa- le dije a mi reflejo-. Eres horrible.

Durante un instante, mientras me miraba en el espejo, vi algo extraño. En el reflejo se veía detrás de mí a alguien.

Una chica con el pelo negro por los hombros y la cara muy fina y clara: Krista.

Me giré corriendo pero no había nadie detrás de mí.

Tenía el corazón en un puño.

Eso ya no era tan normal. No podía ser que la viera por todas partes. Si de verdad echaba tanto de menos a mi familia como para verlos en visiones… ¿Por qué solo veía a Krista?

Algo grave me estaba pasando a mí y a mi cabeza.

Sábado, 4:30 am.

Un ruido sordo me despertó. Y de golpe una fuerte alarma suena.

Me asusté tanto que me levanté de la cama corriendo. De repente la puerta de mi habitación se abrió dando fuerte contra la pared.

Igual que todas las de la primera planta del manicomio.

Me acerqué lentamente a la puerta. La alarma no dejaba de sonar, un constante nino-nino que penetraba en la cabeza con dolor.

Se oían gritos, muchos gritos. Gente corriendo para arriba y para abajo y enfermeras, doctores y guardias de seguridad gritando.

Una avalancha de gente salió corriendo por el pasillo.

-¡¡¡LA TORMENTA A ESTROPEADO LOS SISTEMAS DE SEGURRIDAD!!!- Gritaba alguien-. ¡¡¡TODAS LAS PUERTAS DEL EDIFICIO SE HAN ABIERTO!!!

Así que no solo las de la primera planta se han abierto, sino todas las del edificio.

Por suerte las barreras que cubrían todo el edificio seguían allí, así que los pacientes no podían salir del manicomio y hacer daño a los que estaban fuera de él, pero si a los que estábamos dentro.

Corriendo cerré mi puerta, no quería que entrara nadie. Y menos de la tercera planta.

Me tumbé en la cama y me tapé entera hasta la cabeza, intentando así no oír los gritos ni las pisadas de los pacientes locos y las enfermeras corriendo.

Pero algo se oyó en mi habitación, haciendo que abriera los ojos de par en par.

-¿Hay alguien?- pregunté con un hilo de voz.

Nadie contestó.

De repente vi algo que se movía rápido por las sombras.

-Por favor…- dije con lágrimas en los ojos y la garganta encogida-, no me hagas daño…

No sabía a qué o a quien le pedía que no me hiciera nada, pero me daba igual. No quería que me hicieran daño.

De repente alguien salió de las sombras.

Y se acercó a mí poniéndome una mano en la boca para que no gritara.

-Shhhh- me dijo poniéndose ella un dedo en los labios.

Encendió la lámpara de mi mesa de noche y se sentó a mi lado en la cama.

Era una mujer joven, de unos 33 años. Tenía el pelo pelirrojo rizado cogido en un moño mal hecho. Una larga cicatriz le partía la mejilla y un trozo de la boca en dos. Y unos grandes ojos azules muy claro me miraban sin pestañear.

Yo no podía ni respirar de lo nerviosa que estaba. Oía mis propios latidos de mi corazón latirme en las orejas.

-Están cerca-dijo-. Espera, ya se han ido.

Se levantó de la cama y se acercó a la puerta poniendo la oreja contra esta.

-Ya no están- dijo.

Yo no sabía si gritar y arriesgarme a que alguna enfermera me escuchase y abriera la puerta antes de que la loca de mi habitación me matara o quedarme callada para que no me hiciera nada.

-Te voy decir mi nombre- dijo acercándose a mí con precaución-. Soy Rihanna. Si la famosa Rihanna. Después si quieres te firmo un autógrafo.

Claramente, esa mujer tenía un problema mental. Me tuve que contener la risa para no reírme mientras me cantaba una de las canciones de Rihanna imitando un inglés acabado de inventar por ella.

-Solo te diré un secreto más- dijo acercándose a mi oreja-. Bailo para ocultar que he matado a tu compañera de habitación.

-¿Mi compañera de habitación?- dije sin medir las palabras que se me escapaban de mi boca.

-Sí, esa del pelo oscuro por los hombros y la cara muy blanca- dijo en un susurro-. Primero ha gritado, después ha desaparecido. No ha dejado ni rastro… pero me ha llevado hasta aquí.

No entendía nada de lo que me decía. ¿Alguien le había llevado hasta mi habitación? ¿A quién había matado?

-Me ha dicho que te diga una cosa- dijo-. Me ha dicho que te diga: No está bien decir mentiras, Ambber.

Un dolor de cabeza me penetró de nuevo en la cabeza. Eso me lo había dicho Krista cuando murió Eric.

De repente la puerta se abrió y una enfermera entró en la habitación.

-¡Morgan!-gritó-. ¡Tienes que ir a tu habitación!

-No soy Morgan- dijo la falsa Rihanna-. Soy Rihanna.

-Claro- dijo la enfermera-, venga vámonos.

-¿Sabes que juego con cuchillos?- dijo Morgan girándose hacia mi.

-¿Qué?- pregunté un poco asustada.

Morgan sacó un cuchillo de uno de los bolsillos del traje de paciente y se lo empezó a clavar en brazo. Asiéndose un corte profundo.

La sangre empezó a brotar y manchó toda la cama y el suelo de la habitación.

-¡Suelta eso Morgan!- gritó la enfermera.

Morgan se levantó de mi cama aún con el cuchillo en la mano y dijo:

-¡Tú la llevas!- y me clavó el cuchillo en el brazo.

Morgan empezó a correr y la enfermera la empezó a perseguir por el pasillo. Mientras yo me intentaba sacar el cuchillo del brazo.

Sangra y más sangre brotaba mientras un fuerte dolor me recorría todo el cuerpo y me escocia el brazo.

Creo que hubo un momento, antes de perder el conocimiento, que me pareció ver a Krista delante de mí, riendo.

Y me desmallé.

Siento que este capítulo sea tan corto. Mi padre me está amenazando con que me va a quitar el ordenador si no lo cierro ya, así que no quería dejarles sin capítulo.

Bueno espero que les guste y el próximo será más largo, lo prometo.

Gracias a todos los comentarios que me animan mucho y me dan fuerzas para seguir!

Voten y comenten!

Los quieroooooo <3

Si ella me llamaWhere stories live. Discover now