MANADA

BLACKOUT

❤（っ＾▿＾）NAI

Fue hasta las 9pm que terminamos de reparar los destrozos. En ese tiempo Trevor pudo conectarse al enlace de la manada. Las voces inundaban su mente, era normal, después de todo era nuevo en esto del enlace y no sabía que podía poner filtros, hasta que Laurent le ayudó personalmente.

Trevor tenía que mudarse, no era conveniente para la manada que alguien con acceso a información vital sobre nosotros estuviera libre y además que fuera de otra especie. Trevor no tuvo más remedio que volver a su casa por sus pertenencias.

Pasamos por el territorio de los humanos y un dolor invadió los sentidos de Ian y míos. Los demás se nos quedaban viendo extrañados, ellos no sentían nada, pero ahora el dolor era muy fuerte y casi perdemos el conocimiento. Lo que estuviera pasando ahí no era nada bueno.

No entendíamos porque nuestros otros hermanos no sentían aquello tan horrible. Aunque en estos casos creo era una bendición de lo contrario Laurent habría perdido concentración y probablemente rodaríamos montaña abajo.

Al llegar al cuarto de Trevor, ya todo estaba empacado, al mirar su rostro sus ojos no buscaban los míos, me evitaba. Trevor sentía vergüenza. Con sus cosas empacadas o planeaba unirse al clan de Audrina... o pensaba en huir.

Subimos las maletas y vi en el suelo una de mis gomas de borrar. Por un segundo recordé... yo viendo a Trevor cuando distraídamente leía un libro y después caí al suelo. Las voces de mis hermanos haciendo eco en tan amplio abismo.

Me sentía sofocada, desperté empapada con sudor frío, olvidando el mal sueño que me despertó de golpe. Mamá me colocaba un trapo húmedo en la frente y me dijo que volviera a dormir. Tendría un día pesado con la ceremonia luctuosa y además debía ayudar con la kermesse escolar.

Al día siguiente no aguantaba mi cabeza.

Me preparé para ir a la escuela, quería seguir durmiendo pero un rico aroma llegó a mis fosas nasales. Ya estaban preparando el desayuno, y parecía nueva receta. Bajé después de alistarme para la escuela a toda prisa.

Ya todos estaban en la mesa devorando todo lo que se encontraban a la vista. Vlad había mejorado su humor desde el primer bocado y empezó a hablarnos después de meses de malas caras y de silencios incómodos.

Me asusté un poco al percibir el aroma férrico, proveniente de nadie más que Trevor...¿Qué hace un vampiro en la manada?