[PAUSADA] Eres débil. [Ayato Kirishima x reader]©

1. Especial ＬＥＭＭＯＮ

Si quieren lemmon lo tendrán a parte.
En esta novela el lemmon llegará cuando llegue, lo quiero hacer más interesante.
Este especial será un lemmon, pero no tendrá nada que ver con la historia. Tenrá dos partes, la primera de como se conocieron y la segunda será un poco fe historia y lemmon.
De Ayato y tú —no me digas :v—.
Lo hice para daros las gracias de buena manera. De la manera en la que en vez de dedicaros a cada una un cap os dedicaré estos two-shots de Ayato y tú xD
Etto... Disfrútenla🙆🏻
Guía:
(t/a) —> tu apellido
(c/p) —> color pelo
(c/o) —> color ojos
(n/ho) —> nombre hermano
(n/ha) —> nombre hermana
Todos los derechos reservados.

••••

Una (c/p) estaba escapando de dos hombres que la perseguían por haber robado comida. La chica se lanzó desde el puente hacia el río. Antes de caer al agua se cogió de unas cuerdas y quedó enganchada en la base del puente.
Escuchó los gritos de los hombres llamándola —como si fuera a contestar— los cuales más tarde se dejaron de escuchar. Suspiró y saltó cayendo en la orilla del río.
Sin bajar la guardia corrió hasta su pequeña casa. Era una antigua casa abandonada donde vivía junto con sus dos hermanos pequeños.
(n/ho) y (n/ha).

—Chicos. —los llamó entrando a la casa.

Ambos hermanos menores de diez años corrieron hacia ella.

—¡Aneki! —gritaron los dos.
—Traje comida para los dos. —se agacha frente a ellos y se los da.
—¿Y tú?
—Ya he comido en el camino un poco. —mintió. No había probado ni una miga del pan.
—Toma. —dice (n/ho) dándole una mitad de su pan—. Tienes que comer, aneki.

______ ríe apenada y acaricia el cabello de su hermano menor.

—Tranquilo, estoy bien. —besa su frente—. Debo ir a trabajar, (n/ho) cuida de (n/ha). Ya sabéis donde ir si tenéis problemas.
—Vale. —la saludan—. Adiós aneki.

Salió de casa y fue corriendo a aquel trabajo de mierda que no la pagaban ni para poder comprar comida para tres personas. Es más, la tiene que robar para conseguir alimentar a sus hermanos.
Trabajaba de mesera en un restaurante. Trabajaba bien y sin quejarse. Ella solo pensaba que como la pagaban no hacía falta quejarse. No tenía el valor de hacerlo temiendo que la echen y no pueda ahorrar más.
Unas horas más tarde, antes de irse, tuvo que atender a cuatro señores. Se acercó a la mesa con una libreta pequeña y un boli.

—¿Qué desean? —preguntó ella sin separar la vista de la libreta.
—Un ramen... —dejó de escuchar nada más oír aquel tono de voz. Miró al hombre que hablaba y se le bajó la sangre. Era el hombre del que estaba escapando hace horas atrás. Pudo ver a su acompañante a su lado y a otros dos más que logró dejarlos atrás antes de escapar—. ...y nada más... —sintió que la miraban—. Esto, ¿nos conocemos?

______ negó.

—S-se equivo-can... —«¡No fastidies!»—.
—Sí... —se levanta de la silla el hombre—. Tú eres aquella pequeña perra que nos robó, ¿cierto?
—¿Heh? ¿Ro-robar? ¿Yo-yo? —retrocedió—. Esto...

Y otra vez a correr.
Salió corriendo entrando a la cocina y saliendo por la puerta que hay allí dando a la callejuela de detrás. No miró hacia atrás sabiendo que estaban pisándola los talones. Pues las botas de uno de ellos se escuchaba golpear el suelo.

—¡VUELVE MALDITA!

«Claro, y de paso tomamos un té, no te jode.» pensó ______. ¿En serio piensa aquel hombre que gritando vuelve maldita, ______ iba a dar media vuelta para ir con ellos?
No.
La (c/p) dobló una esquina chocando con un montón de cajas de cartón que por suerte amortiguaron su caída.
Siguió corriendo hasta entrar a otro callejón. Miró hacia atrás siguiendo sus pasos acelerados. Tropezó con algo que la hizo rodar en el suelo.