Capitulo 18

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¡Es que no es posible!, ¡Luhan ni siquiera se giró a verme cuando coqueteaba descaradamente delante de él con alguna chica del lugar!
Al parecer de verdad... de verdad ya no le importo ni en lo más mínimo.
Llegué a mi casa y me tiré exhausto en mi lindo sillón, había ido a la oficina de JungHoon y se me había hecho tarde allí. Tomé el control y prendí la televisión.
—Conquístala, llevándole música a la puerta de su casa. Estamos completamente seguros de que caerá rendida a tus pies.
No puedo creer que la televisión me acabara de decir eso. Era como... una sugerencia, pero ¿a Luhan le gustarán ese tipo de cosas?... ¿de donde voy a sacar yo músicos a estas horas y un lunes?
Baekhyun se acercó a mí y se sentó a mi lado.
—¿Qué te pasa? —me preguntó.
—No te importa, ocultador de información —le dije resentido.
—Si lo dices por Luhan, de verdad te digo que no se que le pasa. Te juro que hoy le pregunte, y me dijo que de verdad ya no quiere tener nada que ver contigo, y que si para hacer eso tendría que dejar de hablarte y mirarte, pues que estaba dispuesto a hacerlo.
—¿Me hablas enserio? —dije sin poder creerlo.
—Eso me dijo él —aseguró.
—Tengo que irme —dije y me puse de pie —No me esperes despierto...
Corrí hasta el baño, me duché, me cambié y salí de mi casa lo más rápido que pude. Ya eran las 12 de la noche y si seguía perdiendo mi tiempo iba a llegar más tarde aún.
—¿Están listos? —les pregunté, todos ellos asintieron. Había estado casi 2 horas buscando músicos y les había ofrecido el doble de lo que cobraban para que vinieran conmigo —Cuando escuchen un regaño, luego de eso... comienzan a tocar.
Todos volvieron a asentir, los hice subir en el ascensor y nos bajamos en el piso 6.
Yo ya había encontrado la forma de entrar al edificio sin que nadie me abriera con la llave, eso se llama ser un genio. Les hice un gesto para que se quedaran escondidos del lado de los ascensores, mientras yo iba hacia el loft de Luhan. Me acomodé bien y respiré profundamente.
Mi plan de arrepentimiento y conquista comenzaba aquí. Toqué el timbre, y luego miré mi reloj. Maldije por lo bajo al darme cuenta de que ya eran las dos y cuarto de la mañana. Pero ya estaba jugado, no iba a irme hasta que me abriera...
Volví a tocar, ya que nadie contestaba, volví a hacerlo dos veces más.
—¡Ya va, maldita sea! —lo escuché gritar desde adentro.
Eso, para nada, pero para nada, es un buen comienzo. La puerta se abrió y la figura de Luhan estaba metida dentro de un buzo holgado y unos simples boxers. Tenía el pelo todo desordenado y una cara de dormido terrible, sus ojos se abrieron bien al verme.
—¡Grítame, aviéntame con lo que quieras, golpéame, ódiame, pero ya no me ignores!. Me estás acabando —le dije antes de que me pudiera decir algo.
—No puedo creerlo —habló el castaño —¡Son más de las dos de la mañana Oh Sehun, estaba durmiendo!. ¿No pudiste decirme esto mañana en la Universidad?
La música comenzó a sonar y él frunció el ceño. Yo sonreí para mi mismo, Luhan clavó sus ojos en mí.
—Te traje música —le hablé, me miró frustrado.
—A veces de verdad me parece que te esfuerzas en ser intolerable, ¿acaso lo quieres convertir en un deporte? —me preguntó —Tengo vecinos...
—No lo hice con malas intenciones —me disculpé poniendo mi mejor cara de niño bueno.
Luhan soltó un suspiro y me miró.
—Dile a los músicos que se vayan, y entra. Así terminamos enserio con esto —me dijo y entró a su departamento. Me di vuelta e hice mi mejor gesto de 'victoria'. Fui hasta donde estaban los muchachos y los despaché lo más rápido que pude. Volví y subí, la puerta estaba abierta. Entré y Luhan estaba haciendo algo en su pequeña cocina. Me acerqué y me miró.
—Eres tremendo, ¿sabes? —me dijo. Sonreí levemente.
—Algo tenía que hacer para que me hablaras, ya no... no podía aguantar tu... soberbia.
—¿Mi soberbia?, ¿me estas llamando soberbio? —preguntó clavando su chocolate mirada en mí.
—Si cariño, eres muy, pero muy soberbio...
—Solo con la gente que lo merece, y creo que tú lo mereces —dijo. Se acercó a mí y me entregó un vaso de jugo. Lo miré y miré el vaso.
—¿No tienes algo más... fuerte?
—¿Alcohol?
—Podría ser —dije.
—No, yo no voy a darte alcohol —me dijo.
—Vamos, no seas miedoso, tomemos un poco... para entrar en confianza.
—Yo no quiero entrar en confianza contigo —me aseguró.
—¿Qué pasó?, ¿qué hice de malo para que hoy me ignoraras completamente? —le pregunté.
Me miró fijo y se alejó de mí, se agachó a buscar algo debajo de una de las mesadas. Me quedó al frente una linda vista de su trasero al estar agachado. Tragué saliva sonoramente... hace tanto, para mi gusto, que no estoy con alguien. Mucho menos alguien así, tan ardiente como Luhan.
—Si, aquí hay algo —dijo y se incorporó.
—¿Qué es?
—Vodka.
—Mmm, amo el vodka.
—Eres un asqueroso y repugnante alcohólico.
—Y con orgullo.
Negó con la cabeza y se acercó a mí para agarrar mi vaso y llenarlo con aquel espeso líquido transparente. Cuando lo llenó, lo miré y lo tomé de un trago, él me miró bien.
—Por dios, eres un loco —aseguró. Reí por lo bajo y volví a llenar el vaso.
—Deberías probarlo —le dije.
—No, no. Ni loco —me dijo. Alcé el vaso hasta sus ojos y lo acerqué un poco a él —No, no voy a tomar eso...
—Vamos vegetariano, nada va a pasarte. Además de que esto no viene de ningún animal. No te va a venir nada mal tomar un poco...
Mordió sus labios y miró el vaso, para luego mirarme a mí. Pude leer en sus ojos el debate que estaba dentro de su cabeza. Se preguntaba por qué me había dejado entrar, y por qué estaba planteándose tomar aquello. Levantó su mano y tomó el vaso.
Reí divertido al ver la expresión de su cara cuando el líquido entraba en su boca. Lo alejó y un poco de vodka se escurrió por sus labios. Cerró los ojos con fuerza y respiró profundamente.
—Esto... esto es un asco —dijo cuando al fin pudo hablar.
—Claro, como si nunca hubieses tomado alcohol —dije negando con la cabeza levemente.
—Si, si tome alcohol en mi vida... pero nunca esto —me dijo —Es horrible.
—Pero no sabes lo bien que te hace —dije divertido. Nos sentamos en el sillón frente a la televisión y Luhan la prendió, como queriendo estar con alguien más que conmigo solo en su casa.
Lo miré y tomé un poco más de la botella para luego pasársela.
—¿Acaso quieres embriagarte? —me preguntó.
—¿Por qué no? —le dije, él tomó la botella y bebió un largo trago. Reí cuando la alejó y volvió a fruncir el ceño —Ya te esta gustando, ¿verdad?
—Es horrible —dijo y rió —Pero... se vuelve... adictivo.
—Como todas las cosas que dan placer —acoté y lo miré fijo.
Luhan apartó la mirada de mí y dirigió su vista al frente.
—¿Sabes?, nunca te pregunte sobre tu color favorito —me dijo. Lo miré extrañado.
—¿Quieres saberlo? —le pregunté.
—Si, ¿por qué no?
—Me gusta mucho el rojo... es un color lindo, fuerte...
—Apasionado —agregó el castaño y tomó un poco de vodka. Sonreí sin que me viera.
—¿Y tú color favorito?
—No tengo un color favorito... me gustan todos los colores.
—Oh, eres un chic multicolor
Rió divertido y lo miré atento.
—Que palabra más tonta...
—Demasiado diría yo —dije sin dejar de reír.
—¿Celtics o Lakers? —me dijo. Lo miré como si eso fuera obvio.
—Lakers, eso no se pregunta.
—Tenía mis dudas, eres medio extraño...
—¿Enserio lo crees? —Luhan negó divertido y mordió sus labios.
—Mmm, ¿qué más puedo preguntarte?. Tus defectos, dime tus defectos... No, ya se todos tus defectos. Mejor tus virtudes... No, también las se —dijo divertido.
—Ya se, yo digo tus defectos y virtudes, y tú dices las mías —le dije.
—De acuerdo —me dijo. Asentí y lo miré fijo. Era mejor que él comenzara.
—Comienza tú —dije.
—Bueno, primero diré tus defectos. Eres impulsivo, cínico, irrespetuoso algunas veces, mujeriego, egocéntrico, narcisista, vicioso, ninfómano —dijo todo de corrido y sin respirar. Lo miré realmente divertido.
—Ahora yo —dije calmando mi risa —Tú eres soberbio, testarudo, terco, mal pensado, irracional y muy, muy vengador.
—¿Yo soy mal pensado? —dijo sin poder creerlo.
—Muy mal pensado —dije riéndo —Ahora di mis virtudes...
Se quedó callado mirándome fijo. Tal vez no quería decir mis virtudes.
—Bueno, no tienes muchas virtudes... Bueno si tienes varias virtudes —dijo bajando la mirada.
—Anda, dímelas —le dije queriendo escuchar aquello.
—Tú... tú eres sincero, directo, apasionado, tierno, divertido, inteligente... y eres un chico bastante guapo —dijo despacio y sin mirarme.
—¿Bastante guapo?, yo diría completamente guapo —le dije, el castaño rió por lo bajo.—Pero ahora me toca a mí. Resumiendo... tú eres un amor, te podría comer a mordiscos. Pero si de verdad quieres saberlo eres... hermoso, dulce, inteligente muy inteligente, centrado, con convicciones inamovibles, simpático, divertido. Pero sobre todo, eres la cosa más sexy que yo haya visto jamás...
—Me falto decir que eres muy versero —agregó.
—Y tú muy desconfiado —le dije.
—Y tú muy tonto...
—Y tú muy loco...
—¿Quieres pelar?
—Inténtalo —lo desafié.
—Tú inténtalo —me dijo mirándome fijamente.
—No, yo te reté primero...
—Me tienes miedo... cobarde.
—El cobarde eres tú, tú eres el que siempre está huyendo de mí —negó con la cabeza —Si, no te hagas el tonto, sabes de qué hablo.
—Yo huyo de tu intento de abuso.
—¿Yo quiero abusar de ti?
—Si, si quieres —me dijo.
—Si, si quiero, ¿y que? —pregunté mirándolo fijo.
—Ya basta —dijo —Creo que si seguimos así vamos a terminar por agarrarnos a los golpes.
—¿Para luego reconciliarnos?, yo creo que no tendría ningún problema...
—Sehun... —dijo con tono de advertencia.
—¿Qué?, es la verdad cariño, como tú mismo dijiste soy muy directo.
—Creo que debería ponerlo como defecto, no como virtud.
—Te encanta que yo sea así, admítelo...
Seguimos hablando mientras sin darnos cuenta tomábamos vodka como si fuera agua. Siempre se podía hablar con Luhan de lo que fuera, porque es un hombre inteligente, el cual tiene criterio y decisión, hasta comenzamos a hablar de fútbol. Tomé la botella y volví a tomar un largo trago.
Ya no quemaba como al principio, y podía decirse que el alcohol en sangre que yo tenía ya era el de un ebrio. Luhan no dejaba de reír, hasta cuando estábamos callados reía. Me quitó la botella de la mano.
—Dame eso acá —dijo y bebió haciendo que otra vez se le derramara por los labios. Rió divertido y se limpió la boca —Tengo un secreto para contarte —habló en voz más baja como si alguien pudiera escucharlo. Me acerqué un poco más a él —Pero no se lo digas a nadie...
—Te lo prometo —le dije y tomé un poco más.
—¿Me lo juras?
—Te lo juro cariño —levanté mi mano en forma de juramento.
—Es sobre Minseok —susurró. Reí por lo bajo.
—¿Kim?
—Si – dijo asintiendo.
—¿Qué pasa con él? —le pregunté.
—No era nada bueno en la cama.
Luhan comenzó a reír y yo también me uní a su risa.
—¿Me estas hablando enserio? —le pregunté.
—Muy enserio —dijo divertido —Yo tenía que fingir.
—¿Le fingías?
—Si —dijo y tomó un poco más de vodka para volver a hablar —Sino el pobre iba a sentirse muy mal.
—Ni para darle placer a un hombre es bueno el infeliz —hablé entre risas.
El castaño dejó de reír y me miró fijo. Volvió a tomar de la botella, y luego miró la hora en un reloj.
—Son las 3 de la mañana Sehun, creo que es hora de que te vayas —se puso de pie, pero al instante se tambaleó y cayó sobre mí. Comenzó a reír divertido.
—Creo que no puedes pararte —le dije divertido.
Se incorporó y se sentó derecho sobre mi regazo.
—¿Estas insinuando que estoy ebrio? —me preguntó.
—No lo se, tú dime.
—Lo que yo te digo es que...
No pude aguantarme más y levanté la cabeza para tomar sus labios, su inmediata respuesta me confundió.
Se acercó más a mí cuando coloqué una de mis manos alrededor de su cintura. Su lengua se mezcló con la mía y el sabor de su boca era una mezcla paradisíaca de alcohol y su propio sabor, era dulce, y adictivo.
Llevó sus manos a mi nuca y el beso se volvió más profundo. Como cada vez que lo besaba, mis ojos estaban totalmente cerrados y disfrutando de ello como el resto de mí.
Resbalé mis labios por su mentón y bajé a su cuello, me sorprendió que Luhan no se alejara o dijera algo para alejarse. De seguro era el alcohol, el bendito alcohol...
Gimió levemente y eso fue como apretar el acelerador en mí y no sacar el pie de allí.
Desesperado volví a su boca. Mordió suavemente mi labio superior y luego se alejó para mordisquear mi mandíbula, hasta mi oreja.
—Diablos... —musité apenas audible, iba a volverme loco, completamente loco. Lo alejé de mí y me puse de pie. Luhan me miró sorprendido —Estas ebrio Luhan, mejor te llevo a dormir.
El castaño se puso de pie y tambaleándose se acercó hasta mí.
—No estoy tan ebrio como para no recordarlo mañana. Pero ni tan sobrio, como para dejar que mi orgullo detenga mis actos —dijo algo agitado, su mirada estaba llena de deseo.
—Estoy tan ebrio como para pasar por alto que mañana estarás arrepentido, pero tan sobrio y consciente como para hacer que no lo olvides nunca.
—Entonces, hagámoslo cariño —me dijo levantando sus brazos al tiempo que yo me acercaba a él y lo tomaba de la cintura para acercarlo de nuevo a mí.
Sus brazos cayeron pesados sobre mis hombros, y se colgó de mí mientras nuestras bocas se fundían en un caliente beso, sin dejar de besarnos comencé a caminar a ciegas.
Algunos tropezones, unas risitas de su parte, hasta que chocamos contra una fría mesa de mármol.
Luhan soltó agitado mis labios, mientras que yo lo subía a la mesa justo frente a mí. Abrí sus piernas y paré en medio de ellas. Volví a tomar sus labios, mientras mis manos acarician su cuerpo sobre la fina camiseta.
—No sabes, no tienes ni la menor idea de cuanto te deseo —le susurré al oído mientras comenzaba a besar su cuello otra vez —Siempre he sido un firme creyente de vivir el momento. En tomar lo que quiero cuando lo deseo. Y ahora mismo, Xiao Luhan, yo te deseo. Quiero saborear cada centímetro de tu cuerpo, sentir tu respiración sobre mi cuello mientras te hago mío, explorar con mi lengua cada parte de ti hasta que me ruegues que me detenga.
—No voy a rogarte que te detengas —dijo agitado y divertido —Esta noche, has conmigo lo que quieras. Al diablo con el moralismo...
—Amén —dije y volví a sus labios.
—Amén, amén —musitó apenas audible.
Bajé mis manos hasta el borde de su bóxer, con cuidado acaricie sus muslos y su piel estaba tan caliente como yo este momento por él.
Sus manos estaban en mi nuca y acariciaban mis cabellos en forma de provocación. Sentí como sus manos resbalaban hacia delante y comenzaban a bajar por mi pecho, mientras nuestras bocas no cesaban. Alejándome apenas para respirar, lo acerqué más a mí, logrando más espacio entres sus piernas.
Sin ningún problema lo tomé en brazos y lo subí sobre mi. Sentí como sus piernas se cerraban a mí alrededor, gruñí levemente al sentir, como desesperado intentaba quitarme la remera de encima.
—Ahí, contra ahí. Así puedo... quitarte esto —habló entre dientes trabajosamente.
Me reí ante su apabullante suplica.
—¿Estas caliente, cariño? —pregunté agitado, mientras caminaba con Luhan encima hasta una de las paredes que estaba casi vacía.
—¿Tú que crees? —susurró y clavó sus ojos en los míos —Yo también puedo ser un sexo-dependiente como tú, y más si hace tiempo que no lo tengo...
—Juro que voy a encargarme de que lo disfrutes, lo juro...
Gimió cuando lo apoyé contra la pared y hundí mis labios en su garganta. Mordisqueé la delicada piel de su cuello, hasta llegar a su oreja.
Su respiración caliente caía sobre mi oreja y nuca. Como había deseado esto, por dios, ya no podía esperar para subir a aquella cama y hacerlo mío, como tantas veces quise.
Me moví levemente contra él, haciendo que se sobresaltara al rozar su entrepierna, apretándose con fuerza. Recargó su peso contra la pared, me alejó un poco de él y con una profunda mirada, se deshizo sin ningún problema de mi remera.
Volvió a acercarse para tomar mi boca, volví a caminar a ciegas, pero por un mal movimiento, y estar tan inmerso en aquello, caímos sobre una mullida alfombra.
El castaño quedó sobre mí, pero aún así nuestras bocas no se alejaron ni lo más mínimo. Se alejó de mis labios y comenzó a bajar su boca y lengua por mi cuello, y siguió bajando hasta mi pecho.
—Demonios... —escuché su ahogada voz sobre los músculos de mi abdomen —Estas más bueno que comer un pote de chocolate derretido con el dedo...
Reí entré dientes y me senté para colocarlo sobre mí y besar su boca. Lo tomé de la nuca y lo acerqué más a mí, como si eso de verdad fuera posible. Su pecho estaba apretado contra el mío, debajo de esa fina camiseta.
Luhan tenía una forma tan especial de besar, una forma única y extremadamente caliente. Se alejó apenas de mis labios y abrí mis ojos para mirarlo, él me miraba fijo...
—No vas a detenerme, ¿verdad?. Estoy desesperado, Luhan. Hace semanas que no lo hago y estoy por volverme loco... loco —le expliqué agitado mientras veía su forma de mirarme.
Sus labios se curvaron levemente para formar una misteriosa sonrisa.
Tomó una de mis manos y la dirigió a su pecho. Me hizo recorrer su cuerpo desde allí, hasta la curva de su trasero.
—¿Desesperado? —preguntó. Tragué sonoramente.
—Muy desesperado —le aseguré.
—¿Y que pasó con tus conquistas?
No podía decirle que no había podido acostarme con ninguna de ellas porque siempre que lo estaba por hacer, su rostro me aparecía para atormentarme y alejarme de cada una de ellas.
—Ellas no me excitan —dije.
Su suave mano acarició mi pecho y subió hasta mi hombro. Se acercó un poco más a mí y comenzó a pasar su lengua por el costado de mi mandíbula. Gruñí al sentir el calor de sus piernas alrededor mío.
—¿Yo te excito? —preguntó alejándose un poco.
Luhan quería saber aquello, él necesitaba saberlo.
—No te das una idea de cuanto.
—¿Entonces, qué estas esperando para subir las escaleras y terminar en aquella cama?
—Estaba esperando a que me dieras el permiso —dije con una pequeña sonrisa.
Sin ningún problema me puse de pie con él encima. Mi cabeza dio vueltas al sentir como sus piernas se envolvían alrededor mío otra vez. El calor de sus muslos internos, quemaron mi cintura, en tanto sentía su entrepierna contra mi estómago.
Comencé a subir las pequeñas escaleras en forma de caracol que daban a aquel pequeño altillo, que contenía una gran cama, un enorme televisor y el armario en la pared. Esa era su habitación, y podías obtener vista de ella desde la sala.
Regresando a su boca, mezclé mi lengua con la suya y mordí con cuidado su labio. Susurró algo que no logré entender, pero me dio tanto placer.
Al fin llegamos allí arriba, mis manos sostenían con firmeza su trasero, para que pudiera mantenerse sobre mí.
—Voy a devorarte, Luhan —le dije con voz ronca.
—Esa idea me tiene loco...
—No más que a mí...
Caminé un poco más hasta que mis pasos se vieron interrumpidos por una pared, él gimió cuando por causa de la pared, posé mi hinchada erección contra la suya.
—Oh, dios —dijo en un leve gemido. Probé la calidez de su boca y escuché sus susurros de placer. Movió sus manos desde mi nuca, a través de mi espalda, hasta encontrar el cierre de mi pantalón. Echándome hacia atrás ligeramente, observé su cara.
—Ya no puedo esperar a que lo hagas... Hazlo porque voy a volverme loco —me dijo agitado.
Entonces la bestia que estaba dentro de mí, pareció salir descontrolado. Lo apreté más contra la pared y lo besé profundamente. Casi salvajemente le arranqué el bóxer que tenía debajo de esa camiseta, esa camiseta ajustada que aún cubría su pecho. Pero no quería sacársela todavía, me gustaba verlo con eso puesto, sus pezones sobresalían sobre la tela. Metí mis manos entre nosotros y terminé de desabrochar los botones que él ya había empezado...
Me deshice de mi pantalón rápidamente de una patada, para luego acariciar su estrecha entrada, donde quería hundirme eternamente si fuera posible.
—Espera, espera —me dijo. Lo miré fijo —Póntelo primero, sabes de lo que te estoy hablando...
—No se donde está —dije totalmente desesperado.
—No voy a hacerlo hasta que lo tengas —susurró.
¿Dónde diablos había dejado el condón?. Rápidamente busque mi pantalón con la mirada, debía ir a buscarlo. Baje a Luhan de mi, dejándolo apoyado contra la pared, revise los bolsillos traseros de mi pantalón y agradecí a dios encontrarlo allí. Luhan se rió entre dientes, mientras yo me colocaba el bendito condón, él acariciaba mis cabellos.
—Tú eres un tramposo y manipulador... sabías que iba a pasar esto, lo sabías y viniste a... a enloquecerme...
—Shhh —le dije y lo volví a alzar.
—Pero...
Y cuando sus piernas se abrieron a mí alrededor, me hundí el él. Gimió exaltado y se aferró con fuerza a mi espalda.
Me quedé quieto, sintiendo como sus muslos internos me rodeaban más y más. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, y vueltas. Mi rostro estaba escondido en su cuello, subí mis manos por el costado de sus piernas, alzando un poco más su camiseta. Comencé a moverme despacio al notar que ya no estaba incómodo por la intromisión sin preparación, el castaño boqueó y se arqueó hacia mí.
—Oh, Luhan... —su nombre salió ronco de mi garganta al sentir el placer de estar dentro de él. Mis ojos se cerraron y gruñí profundamente. Comencé a moverme un poco más, quería sentirlo, necesitaba sentirlo.
—Sehun... —mi nombre salió agitado de sus labios.
Entonces me alejé de su cuello y tomé su boca. Gimió un poco más fuerte que antes y sus manos apretaron mis hombros, era tan erótico sentirlo de esa forma. Luhan estaba casi vestido, y yo estaba completamente desnudo. Me alejé apenas de su boca para poder respirar.
—Di que deseabas esto tanto como yo —le dije sin dejar de moverme dentro de él. Alcé una de mis manos y tomé su miembro para acariciarlo.
—Yo... yo lo deseaba tanto —dijo entre dientes.
Sonreí agitado y capturé sus labios de nuevo. De una manera inexplicable me deshice de su camiseta, ahora estaba al descubierto para mí. Sus manos se movían suaves por mi espalda, y su respiración caliente caía sobre mi boca. Lo apreté más contra la pared, haciendo que sus piernas se abrieran un poco más a mí.
Mordió sus labios y cerró sus ojos, mis caderas no dejaban de empujar en su interior, y no iban a dejar de hacerlo hasta obtener lo que quería de él. Su boca busco la mía y sus labios tomaron despacio los míos. Me estremecí dentro de él, sus manos subieron por mi espalda hasta mi rostro. Acaricio mis mejillas, y secó el sudor de mi frente.
Sus gestos me confundieron, y su forma de tocarme más aun. Se alejó de mis labios y levantó un poco su rostro para besar mi nariz. Mis labios quedaron quietos sobre su mentón.
—¿Tú solo viniste por placer aquí? —me preguntó agitado.

Peligrosa Obsesión [HunHan]Onde histórias criam vida. Descubra agora