Y es así como...

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-Mamá!-

Decía un joven de unos 22, de amplia frente y cara agraciada, de piel palida y clara.

-Mama, mis pastillas ¿dónde estan?-

Decía un poco exasperado removiendo las cosas dentro del cajón sin encontrar nada.

Su madre aparece bajo el umbral de la puerta con un frasco en la mano.

-Nicolas, las encontre. Toma-

Dijo tirandoselas y el atrapandolas en el aire, las miro y sonrió con dulzura, fue donde su madre y la abrazó.

Estaba apurado, otra vez estaba apunto de llegar tarde a clases, su madre le tenía todo listo para que fuera.

-ya chao mamá, me voy que llego tarde-

Dijo besandola rapido y tomando el pomo de la puerta, girandolo para abrirla e irse.

-hijo porfavor no te olvides de tomarlas-

Dijo preocupada, estaba ya en la fecha del celo y sin sus pastillas inhibidoras no podría dejarlo salir de su cuarto bien protegido.

El naiko estaba en un periodo de pruebas en la U muy agotador, pero debía cumplir si o si, estaba, cansado de aplazarlas por su puta epoca en celos que le jodia la existencia.

Siempre traía en el ese maldito miedo que lo hacia muy inseguro de sí, de no poder controlarse en esta epoca especialmente.

Entre hoy y mañana estaba su celo en comienzo y si no tomaba sus pastillas los alfas cerca de la zona que se encontracen por ahí lo detectarían como una devil presa, los descubrirían y ese sería su fin, adiós esos días de feliz "Beta". Ser un omega puro en estos tiempos era complicado.

Era una verdadera rareza de las rarezas, sus padres lo cuidaban mucho, mas que a cualquier otro omega de por ahí, mas que lo vieran como lo mas inferior de lo inferior, el era especial, porque era de los pocos omegas puros que quedaban, era una verdadera rareza, porque era casi imposible que de dos Alfas que ya de por si era raro, que etuviesen juntos tuviesen un hijo omega, esperandose un Alfa puro.

El naiko era ese omega puro, que resaltaba entre todos los demás omegas, su hermana pequeña era un Alfa puro, con tan solo 6 años de edad que no se enteraba de nada.

Aparte de su estatus social, que era evidente por sus padrea alfas, su inteligencia y belleza de por si ya lo hacían resaltar, brillaba con luz propia sin quererlo, lo que tenía de especial este omega era la perfección para cualquier ser humano, independiente de alfa beta u omega. Para cualquiera era irresistible y admirable, eso era lo que tenía, un omega puro, y ni hablar de su Aroma, en epoca de celo era mortal para el, haciéndolo correr peligro como si de una algergia letal se tratase, no importaba beta ni alfa, los volvía locos, por eso sus padre invirtieron tanto dinero y tiempo en esas malditas pastillas inhibidoras, únicas en el mundo para el, porque los pocos omegas puros que existían en la faz de la tierra eran distintos entre si, la pastillas inhibidoras convencionales que ya de por si eran un gran avance medico resultaban inservibles para Nicolas, y sus padres desesperados tras su primer celo y sin resultados con las pastillas tradicionales hicieron lo imposible para que su tan preciar hijo no sufriera a causa de su condicion.

Estaban conscientes de su situación, conscientes de que tendrían que cuidarlo de por vida, no tenían idea de lo complicado que era ser omega hasta que tuvieron que lidiar con los primeros celos de su hijo.

Ser omega de por si complicado, ser un omega varón mucho mas y en el caso de su hijo ni hablar, esto era nuevo y complicado para ellos y ni hablar de su hijo quién era el que pasaba por eso cada seis meses durante 5 días.

 Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø Donde viven las historias. Descúbrelo ahora