Asiento.

—Así que, ¿Cómo te sientes?

Otra de las preguntas que detesto pero claro, ella no lo sabe. —Bien, ¿Cómo te sientes?

Bianca sonríe más tranquila. —Bien, el grupo ha sido de gran ayuda, ¿No crees?

No. —Sí.

Ella toma un poco de crema batida con su cuchara y la come. —Em, así que... la chica que siempre está contigo, ¿La conoces?

Asiento.

— ¿Rachel, no?

Vuelvo a asentir.

Ella mira su helado. — ¿Es tu novia?

Casi me atracando con el helado de limón que estoy tragando. — ¿Rachel? ¡No!

Se encoje de hombros. —Bueno, ustedes se ven... así.

— ¿Cómo? —Le pregunto.

Bianca hace una mueca. —No sé, ambos sonríen mucho cuando están juntos.

—Somos amigos. —La corrijo.

Ella sonríe. —Sí, sí... lo siento, no quería que te molestaras.

—No estoy molesto.

Sabía que tendríamos un par de silencios incomodos como el que está sucediendo ahora.

—Entonces... eso significa que no tienes novia, ¿O sí?

Niego.

Ella sonríe levemente mientras lleva algo de helado a su boca. — ¿Te gusta alguien?

¿Por qué todo tiene que girar en torno a esto? —No, em, no he pensado en eso.

Ella sonríe. —Sí, yo tampoco.

***

— ¿Y bien? —Pregunta Rachel desordenando mis almohadas—. ¿Cómo te fue?

Niego mientras la miro seria. —Fue raro.

Ella se levanta y se coloca frente a mí. — ¿Te besó? ¡Oh, Dios! ¡Te besó!

— ¡No! —La detengo—. No lo hizo y no me besará.

— ¿No te gusta? —Levanta una ceja y se cruza de brazos. En ese momento una especie de corriente de electricidad pasa por mis pulmones. Fue raro.

—No, la verdad no me gusta como tú crees.

Silba. —Y yo que ya había organizado todo. —Toma su cabello y lo recoge en una coleta de lado—. Pero eso me da tranquilidad, la chica no me agrada.

Me siento en la orilla de mi cama. — ¿No?

Niega cuando se tira a mi lado de un salto. —Nop, las pelirrojas suelen ser raras y malas. —Sonríe—. No es como si todas lo fueran pero ella sí, apuesto a que tortura gatitos en sus ratos libres.

—Apuesto a que sí.

Me levanto y le pido que se quede aquí mientras me cambio de ropa. Esta camisa de botones me queda algo corta y me siento estúpido. Ella espera y salgo ya con la ropa que sí me gusta. Pantalones cortos y sueltos con una camiseta.

Rachel me mira y tiene una expresión en su rostro diferente a todas las que he visto. Luego, su mirada se queda en mi rodilla. — ¿Qué te pasó?

Me siento de nuevo a su lado y le enseño mi rodilla en mis piernas lampiñas. —Cuando tenía siete me mordió un perro.

Ella se asombra mientras mira la cicatriz. Tiene forma como de ovalo. —Vaya, ¿Te dolió mucho?

Asiento. —Fue horroroso. Yo iba por la calle con mi mamá y un perro nos ladró, mamá me levantó en sus brazos y trató de correr pero se tropezó y lo primero que hice fue levantar las piernas. Ahí tomó mi rodilla.

Ella la estudia frunciendo su boca. Se ve tierna cuando hace eso, parece que está muy concentrada observando la cicatriz. — ¿Te duele?

Ella pone dos dedos sobre mi rodilla.

Me cuesta tragar pero aquí me doy cuenta de algo. Hace tres meses jamás me hubiera sentido cómodo con alguien viendo mi cicatriz. Esa es la razón por la que jamás salgo de casa vestido así, pero con Rachel la vergüenza se fue.

—No, dejó de doler hace años.

Ella traza la forma con sus dedos mientras siento sus trazos, me estremezco. Rápidamente quita su mano. —Lo siento. —Parpadea varias veces nerviosa—. Es que jamás había visto algo así, no es como si fuera malo pero... no sé, soy curiosa.

Me encojo de hombros. —No importa.

Aclara su garganta. —Así que, Bianca no es tu chica. —Silba—. Eres tan exigente, Tony. Algún día, te enamoraras y prometo estar ahí para burlarme.

Le doy un toque a su nariz. —Prometo lo mismo.

El problema es que quizás, yo estoy traspasando la línea. La línea en donde dejo de ver a Rachel como solo mi amiga, en donde comienzo a verla como la chica hermosa, dulce y divertida que es.

Y si me enamoro de ella, ¿Cómo va a poder burlarse de eso?

___________________________________________________

OHMYGOD 

feliz viernes y gracias por leer!!! Los y las quiero tanto, nos vemos el lunes con la continuación de este capítulo!!! 

Rachel, Tony & TerryWhere stories live. Discover now