Prólogo

109 7 4
                                    

Mucho antes de que los humanos y los animales poblaran las tierras, existían los creadores. Y, mucho antes que éstos, su hacedor Elháran moraba en las cumbres del olvido, más allá de lo imaginable y fuera del alcance de lo corpóreo.


Tras la creación del mundo llano, el Hacedor erigió la más colosal de las montañas en el continente de Nérothror, un fenómeno de la orografía que sólamente un poder como el suyo podía hacer realidad, separando a cualquier vida futura del acceso a la cumbre. Grandes fueron también los poderes concedidos por Elháran a los creadores con el objetivo de la construcción del mundo. Cada uno de ellos tenía un interés y una sensibilidad especial por cosas diferentes: los mares, los vientos, la guerra, el amor, la estrategia y otras tantas tareas y dominios.

Nueve fueron en total los creadores y, por orden del Hacedor, comenzaron a trabajar el relieve del mundo llano, creando las gargantas más profundas en la tierra que darían lugar a los mares y océanos del mundo, creando grandes montañas y serraladas. De entre las maravillas de la creación, la creadora de la naturaleza fue la que obró la primera al poblar el mundo de vegetación; grandes bosques, prados y todo tipo de árboles y plantas cubrieron el relieve del mundo.

Una vez el mundo tomó forma gracias a los creadores, Elháran, haciendo uso de su infinito poder,  lo pobló de miles de especies de animales en ambos continentes. Durante los incontables años que el Hacedor y los creadores se dedicaron a la observación del mundo que habían alzado, se construyó el Palacio de los Creadores en lo más alto de las cumbres de Elháran.

Fue así como, viendo la estabilidad, la inmensidad y la belleza de lo creado, el Hacedor se retiró de su existencia corpórea a unas cumbres más altas, unas cumbres sólo alcanzables por los creadores y quienes tuvieran su venia. Pocos años después de su retiró, Elháran obró la segunda y última de sus maravillas para completar el mundo: pobló la tierra de humanos. Algunos de ellos, inmortales y de una especie superior, quedaron Nérothror. Mientras tanto, los demás fueron enviados al continente de Raëdhros donde, durante siglos, se multiplicaron tanto en número como en conocimiento y alzaron grandes Reinos y fortalezas por todo el continente.

Pero todos ellos, prepotentes por su creencia de sabiduría e ignorantes al desconocer la existencia de los creadores y de Elháran, fueron dañando cada vez más la naturaleza para obtener recursos para sus reinos hasta que los creadores, molestos con los humanos, decidieron darles una lección.


¿Qué aguardará a la humanidad? ¿Cómo son los Reinos de Raëdhros?


Son preguntas que sólo una entidad todopoderosa como Elháran puede vislumbrar y acertar, mientras que el resto habrá de esperar a ver los acontecimientos y vivirlos en persona.





Las cumbres de ElháranWhere stories live. Discover now