--- Capítulo I ---

556 45 7
                                    

Desde un viaje duradero en los confines más estruendosos del horizonte, se manifestaba con bravura la presencia de los señores del averno. Los tañidos de las campanas más altas y bellas en su existencia, resonaban con una suave melodía a timbre por todos los rincones de majestuoso reino.

En un angustiante segundo. Se anunciaba el retorno de la más fría y tenebrosa presencia del inframundo, todo aquel que se mostraba temeroso e inseguro ante la merced de siniestra doncella, era condenado con el castigo mas aterrador en la existencia, nadie querría recibir desdichado ejemplar por la divinidad, morir antes, era la opción más indicada.

Aguerridos guerreros temían tanto a ésta doncella, que no eran dignos de servir a benevolente deidad, mucho menos, merecían llamarse sirvientes de Hades. Pues éstos, hacían de todo por complacer a majestuosa doncella del mal.

Ante su presencia no bastaba hacer una afable reverencia, ni mucho menos ser sumiso e ineficiente.

"La mediocridad se pagaba con la muerte".

Muchos la evadían por miedo y hacían lo posible para no afrontarla. El terror presenciado en cada rostro pálido de los secuaces era notorio. La imagen de doncella, era más escalofriante que estar en el mismo Hades.

El deleitoso tañido se manifestaba en las campanas a sonidos de gloria y alabanzas inconclusas. Se escuchaban hasta en el inexplorado rincón del averno.

Una melodía de cantos tan bellos deslumbraba por los vientos, ni siquiera en el Olimpo, eran tan relucientes como en el averno. Un sonido tan agudo, tan hermoso y delicioso para el oído era oíble por un inmenso reino. Un imperio devastador lleno de guerreros fornidos, espectros sanguinarios que condenaban sus vidas a cambio de gloria.

Estos se hallaban equipados con las con vestimenta maldita, la energía que emanaban de sus cuerpos eran tan aterrador que se podía divisar cómo estás emanaban una oscura y maldita energía del cosmos, consumía la vida de todo ser.

Miles de subordinados se encontraban dispuestos a dar sus efímeras vidas sin temerle a nada, eran capaces de desgarrar los mismísimos cielos y si se propusieran, incluso armar una contienda con la corte Celestial.

En aquel lugar, entre la muchedumbre, se oía una voz GRUESA. El tono era tan FUERTE que vibraba objetos distantes en las montañas. Afirmaba en su viva voz: la llegada de los señores de la muerte.

—¡¡¡DAD LA BIENVENIDA A NUESTROS SEÑORES DEL INFRAMUNDO!!! 

—NOS ENORGULLESE SU PRESENCIA, SEÁIS BIENVENIDOS A SUS DOMINIOS ¡¡¡MIS SEÑORES DEL INFRAMUNDO!!!

Mientras los señores del inframundo ingresaban con resguardo por aquella entrada siniestra y temeroso lugar ante todos, su imperio y más que ello, los miles de espectros que estaban a su merced, se inclinaban ante dignos señores y aclamaban en tono de guerra.

—¡¡¡GEHENNA!!!

En el paso, un carruaje épico y colonial se encontraban servidumbres que siempre acompañaban a HADES, su carruaje era jalado por Bisontes muy fornidos e infernales al del color negro, estas criaturas eran muy misteriosas y de gran fuerza.

A unos pasos atrás se hallaba su merced, la doncella más despiadada y cruel del inframundo. Su nombre era conocido hasta en el mismísimo Olimpo, la aclamaban... Melínoe (Melione) Quien se encontraba en un carruaje demasiado extravagante, las cortinas al tono más oscuro en la más fina seda recubrían todo, pues más bellas que el de seda no se podía comparar, impedían ver el velo rostro de damisela con fragante aroma y una cabellera al tono más claro que el de plata.

La doncella Melínoe a quien no hacia falta describir quien fue en la historia. Era resguardada por una sola imagen, se rumoraba que se trataba de un fornido juez del inframundo, otros decían que se trataba de un dios temible y desquiciado,  otros murmuraban que se trataba de un humano caprichoso y con buena suerte, otros alentaban que era la misma muerte...

Todos esperaban la salida de agraciada doncella, una damisela que a su corta edad conquistó el excidio de caos. Dioses y venturosos guerreros dieron en vano sus vidas para contar sus historias. Era todo un honor servir a inquebrantable deidad.

La fidelidad era inquebrantable ante ella, los guardaespaldas de doncella eran mencionados como los más temibles incluso del mismo averno.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 01, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

La Llegada De MELÍNOE "La caída Del Olimpo" Where stories live. Discover now