Solo...¿rubias?

Capítulo 1 : El castaño de las locuras

Capítulo 1: El castaño de las locuras

-No seras rubia pero eres muy puta...

-¿Puta yo?.- reí secamente. Saqué de mi mochila (qué más que mochila parecía el bolso de dora La Exploradora) un moño y me hice un chongo en pelo.- Ya estoy preparada, ¿cuando peleamos?.- todos rieron. Pero en estas circunstancias yo me lo tomé enserio. Le pegué un puñetazo en el pómulo pero antes de dar cualquier otro grupo llegó un grupo de rubias que rodearon al chico idiota.

-Holis.- dijo la que parecía ser la capitana, o bueno la más puta.

-¿Te podrías aparter de mi camino tengo que pegar a ese simio?.- alzó un de sus perfectas cejas rubias.

-¿Quieres pegar a mi novio?.- me crucé de brazos.

-Obviamente.- el chico en cuestión me miró furioso.-¿Quienes sois vosotras?.

-Las popus querida.- alze una ceja al ver que una pequeña rubia se dirigía a mi en un tono no muy bonito.

-¿Quieres saber por donde me meto la polaridad?.- en ese momento la pequeña rubia se echó para atrás.

-Sí.- reí haciendo que más gentes se interesara por la pequeña pelea.

-Por la raja del.- sentí que alguien me tapó la boca,  mejor dicho, ¡alguien me tapó la boca!.

Me di la vuelta y vi a un pelirrojo de ojos castaños alzando una ceja, dios santo de mi vida debía aprender hacer eso. El individuo solo me sonrió tenía un estilo rockero (que para mi parecer no era el suyo), pero bueno no estoy para hacer estos comentarios.

-Constanza Steve.- escuché a las patéticas de las "popus" reírse.

-Maggie, Maggie Steve.

-Bueno como sea,acompañame hoy soy tu amigo de pega.- me sujetó del brazo y me llevó lejos de esas rubias.

Cuando estuvimos lo necesariamente lejos de todos pude ateverme a preguntarle al pelirrojo.- ¿Cómo es eso de amigo de pega?.- se paró y no por mi pregunta, si no para abrirme la puerta de un salón.- Gracias, pero yo también tengo manos ¿sabes?.- escuché como bufaba.

-Y también tienes boca así que aprende un poco a callarte castaña.- me crucé de brazos.

-¿Es qué aquí todos son unos bordes de mierda?.- debo dejar como detalle que ese pelirrojo media una cabeza más que yo así que tuve que levantar la cabeza ligeramente.

-¿Es qué todas la enanas castañas son tan irritables?.- no le hice ni caso y miré el cuarto, era el de física y química. Después de unos segundos de silencio me miró. - Toma, es tu hoja de horarios me llamo Damián por si lo querías saber.- le arrebate la hoja.

-Gracias, era un dato innecesario la verdad.

-También es innecesaria tu presencia pero estoy haciendo todo lo posible por no arrancarte esa hoja que me a costado la vida recoger de la puta planta cuarta, osea que comportate.- por primera vez en todo el día me callé.- gracias

Nos sentamos en la última mesa, sí,  doje "nos", el individuo pelirrojo también se sentó al lado mío.- Se que soy nueva pero no tienes porque sentarte a mi lado.- suspiró dejando claro que le estaba desesperando.

-Mira Cons, no estaría aquí si no fuera porque dejé calvo al ditector y ahora que ya he cumplido mi sentencia de expulsado por dos semanas tengo que acompañarte durante una semana ya que el director quiere que haga nuevas amistades no tan problemáticas. - tragué saliva.- Te doy un consejo, habla menos o esa pequeña cabellera castaña se quedará en nada.

-Okay okay, relajate.- rodé los ojos.

La clase fue normal, tuve que presentarme y por supuesto ahí estaba el grupo de las popus.

Llegó la hora de comer y Damián no se había despegado de mi en ningún momento.- Ahora me siento una famosa con guardaespaldas. - por primera vez lo vi reírse.

Me condujo hasta la cafetería y yo pedí una bolsa de Ruffles y una gaseosa.- Buena merienda.- vi que en su bandeja traía in batido de vainilla y una manzana. Nos sentamos cerca del enorme campus y lo mire.
Era guapo.

-Y dime, como es que en este instituto solo hay rubias.- dejo su batido de vainilla a un lado.

-Se supone que si eres popular tienes que ser rubia,  pero yo no lo creo pero ya ves aquí todas son rubias, menos tu y otra niña nueva.

-¿Niña nueva?.

-Sí, una tal Aque...Jack..o algo así.
-Mi hermana, seguramente venga ella también de rubia eso te lo aseguro.

Cuándo iba a morder una de mis adoradas patatas el mismo castaño de antes me miró y tiró mis ruffles al suelo.

-Uff lo siento.

-Hoy no sales vivo de aquí castaño..

¡30 votos y 20 comentarioa y continuo!