—Sí, lo recuerdo, ¿qué tiene que ver eso con Brendan?

—Brendan no se había ido cuando Sam y Finn fueron a buscarlo, pero desearía que lo hubiera hecho —negó, frotando su nariz—, él estaba ahí, en su casa, y Sam lo demandó. Estuvo cinco meses en prisión, y luego salió, ya sabes, daños menores.

—¿Eso significa que salió el mes pasado?

—Sí.

Con razón estuvo fuera de la cuidad unos días el mes pasado, junto con Sam.

Sammy había dicho que salieron a una reunión familiar en Ohio, pero ya me di cuenta de que no fue así.

—¿Fue por los días de tu "reunión familiar"?

—Diablos, sí, yo jamás iría a algo así —rió—, en ese tiempo fuimos a juzgados, decidí que era tiempo de que Brendan saliera, pero exigí una orden de restricción, Finn insistió, dijo que Brendan iba a querer buscarme de nuevo, y lo hizo. Se supone que él no podría estar a menos de quince metros de mí. Así que ayer, Finn no fue a casa de Nate, sino a la delegación a decir que Brendan había roto las reglas. Está de nuevo en la cárcel. Le dijeron que podría durar hasta un año, quién sabe qué cosas habrá dicho Finn.

—¿Eso significa que aún sabiendo que podrían arrestarlo, Brendan se arriesgó y te buscó para explicarte?

Divagamos un rato, empiezo a creer que hay mucho más detrás de esto de lo que sé.

—... sí.

—Eso es...

—Raro —agregamos las dos.

—Kya algo no cuadra aquí. Estamos en mayo, y él sigue buscándote, desde noviembre.

—No lo sé, _____. No es momento de pensar en eso —sacudió la cabeza repetidas veces.

—Bien, entonces, ¿de eso hablaban tú y Sam hace rato?

—En parte, sí.

—¿Y de qué más?

Antes de que pudiera contestarme, la cajera nos atendió. Kya pidió un cream frapuccino de Fresa y una tarta de chocolate blanco y moras. Mientras yo pedí uno caramel y un muffin de chocolate.

No volví a preguntarle a Kya sobre la conversación con Sam, estaba distante, pensando. Una vez que terminamos, subimos al auto y arrancamos con dirección al apartamento de Sam.

Las luces del semáforo estaban en rojo. La mirada de Kya estaba puesta en el vacío.

—¿Está todo bien? —le pregunté, volteó a verme, y me dio una sonrisa fingida.

—No —el semáforo se había puesto en verde, regresó su mirada al frente, para después arrancar.

—¿Es por lo de Brendan?

Volteó su mirada a mí,

—En parte —y eso fue lo último que me dirigió en todo el camino.

*

Estábamos afuera del departamento de Sam, tocamos la puerta y éste nos abrió, con una sonrisa apenas visible. Entramos.

Vi a Nash, caminando de un lado a otro, con el teléfono en su oído, y su mano en su cabello. Apenas entré, volteó a verme.

—¡_____! —corrió hacia mí, y me envolvió en un abrazo, apegándome completamente a su cuerpo— Gracias al cielo estás aquí.

—Sí, aquí estoy, ¿por qué tanto alboroto? —le cuestioné, él se alejó de mí, y volvió a darme una sonrisa leve. No creo que todo esto sea por el asunto de Brendan, no, había algo más aquí.

—Siéntate, _____ —me indicó Sam. Lo hice.

Mi mirada viajó de Nash a Kya y de Kya a Sam. Mientras las suyas se encontraban repetidas veces entre ellos. Sam y Nash miraron a Kya.

—Bien —bufó rodando los ojos y terminando la pelea de miradas que tuvo con los dos chicos de la habitación.

—Chicos, ¿qué está pasando? —pregunté, estaba realmente perdida.

—_____, ayer, en casa de Nate fue el after party de la fiesta de la amiga de Vannia, ¿recuerdas?

—Sí, sí lo recuerdo, ¿qué tiene que ver eso con todo éste asunto? ¿Todos se están portando raro sólo porque hubo un after en casa de Nate?

—Maldición, _____, no es eso, sólo escúchame, ¿sí?

Antes de que Kya terminara de hablar, Adriana bajó las escaleras, con unas maletas, Sam le ayudaba a bajar el resto de las maletas, mis maletas.

—¿Qué demonios está pasando aquí?

Kya fijó su mirada en la mía antes de hablar.

—Es Oliver, _____, él está pasando.

Enamórame otra vez » n.g.(Segunda temporada de Enamorado de la apuesta)Where stories live. Discover now