Tomó el vuelo mas rápido hacia Mystic Falls, olvidando por un momento todo lo ocurrido en New Orleans, tenia una hija. Klaus el maldito diablo tenia una hermosa niña con su sangre.
Olvido todo, como si lo hubieran hipnotizado, no quería recordar, por lo menos no en el tiempo que este en Mystic Falls.
Al llegar lo primero que hizo fue dirigirse a su casa, aunque sabía bien que existía la posibilidad de que esta ya no de calidez a su rubia, ya que tenia muchos horribles recuerdos, que de seguro su hermosa Caroline había decidido abandonar.
Como era de esperar, la casa estaba en venta, a lo que el híbrido decidió preguntar por su chica en la casa Salvatore.
Como siempre, entró sin siquiera pensarlo al menos una vez.
Solo se encontró el hogar encendido y casi imposible de ver, la cabellera de algún pelinegro sentado en aquel sillón marrón que caracterizaba tanto aquella casa.
-Claro, pasa-dijo sarcástico Damon, quien bebía alcohol mirando el fuego.
-Damon Salvatore-pronuncio Klaus dándole énfasis al Salvatore.-Cuanto tiempo.-dibujo una de aquellas sonrisas que solo Klaus sabia hacer.
-Klaus-dijo Damon, en un tono claramente aburrido.
-¿Que esta pasando? ¿Donde esta Stefan?
-Merodeando por ahí, pero eso a ti no te importa-lo miro-a ti te importa la pequeña Caroline.-dijo para luego sonreír.
-¿Donde esta ella?-aprovecho para preguntar.
-Con el.
Klaus no logró entender.
-Sorpresa, sorpresa, apagaron sus emociones.-dijo volviendo a aquella cara aburrida.
-¿Como dices?-dijo con un toque mas alarmado al anterior.
-Eso, lo que oíste, tu pequeña Caroline se canso de sentir. Ya era hora, no crees?
-¿Donde están?
-¿Que te hace pensar que lo se?
-Lo sabrás, porque de lo contrario, te mataré con mis propias manos.-amenazo con un tono que llegó a convencer al hermano mas grande de los Salvatore.
Luego de un poco de ayuda, Klaus y Damon descubrieron la ubicación de sus seres queridos.
¿Lo malo?
Se habían separado.
Y era de esperar que Damon iría por Stefan y Klaus por Caroline.
Stefan se encontraba en la iglesia, quien sabe haciendo que.
Y Caroline se encontraba en el bosque.
A paso rápido Klaus se dirigió al oscuro bosque, donde se oían las ramas romperse y las hojas secas.
-¡Caroline!-gritó caminando en la oscuridad-¡Caroline!-gritó esta vez mas fuerte.
-Basta de gritos, harás que me duela la cabeza-Klaus se volteo encontrándose con Caroline, o algo así.
Sus delicadas ropas empapadas de sangre no quedaban tan elegantes como la ultima vez que el las había visto.
Su sedoso cabello alborotado daba una sensación incómoda en ella.
Klaus no era, ni sería capaz de juzgarla, el era lo mas alejado a perfecto.
-Cuanto tiempo-dijo el sonriente.
Ella cruzada de brazos se inclino a su derecha.
-Cierto.-fue cortante, con o si emociones, Caroline Forbes era cortante con el, por lo menos por ahora.
