Una Carta para Papá.

9.9K 32 9
                                    

Amado padre.

Orgulloso padre.

Querido padre.

Gran padre.

Pequeño padre.

No sé cómo tomaras mis palabras, porque ni siquiera sé cómo yo las he de tomar, pero si algo si se, es que no puedo callarlas.

Amado padre, serias muy tonto si algún día pensaras que no te amo, y serias muy ciego si no vieras todo lo que te he defendido en mis jóvenes años, y entonces yo habría fallado como hija. Si bien te amo tanto que duele, no puedo por ello amar también tus medidas, con mis palabras no quiero entristecerte y mucho menos humillarte, esa jamás será mi intención, pero no por ello evitare decirlas, debes darte cuenta que ya no puedo ser la misma niña que controlabas a tu antojo y asentía sin chistar a todos tus suspiros, y si soy así, es porque tú has querido, o talvez no lo has querido, pero sin embargo si lo has causado.

No puedo ser infiel a mis pensamientos aun con el amor que te tengo, en el último par de años he aprendido centenares de cosas, y una de ellas fue "el amor incondicional es destruir, y ser amado incondicionalmente es ser destruido" por eso no puedo seguir destruyéndote porque entonces seria yo la culpable de todo, como siempre la vida me ha hecho creer.

Orgulloso padre, no pretendo desprestigiarte pero ahora no te pertenezco, ni a ti, ni a ningún otro que habite entre los hombres, ni de mi madre ni de mi padre, porque aunque los amo no les temo y ninguna cuerda me ata a ellos. ¿Alguna vez has mirado al cielo y has sentido rencor por el sol o la luna? Porque a nadie siguen, porque rigen al mundo y sin ellos no somos nada; pues así los he mirado a ustedes. ¿Nunca has mirado a la luna y al sol y has sentido pena por ellos? Porque atados están a un baile sin fin, a servirnos; pues así los he mirado en ocasiones. ¿Nunca has mirado las estrellas con envidia? Pues ellas brillan felices en el firmamento; porque así miro a los corazones alegres. ¿Nunca has deseado brillar? Porque ese sentimiento se ha colado en mi cabeza de vez en cuando.

A veces pienso que estoy condenada a una eterna danza que jamás acabará, donde tú y yo bailamos, pero la mayoría del tiempo es una danza solitaria, donde yo me muevo incomoda debajo de los reflectores, sin ti a mi lado; luego regresas y es el más majestuoso vals, con una orquesta entera tocando para nosotros y el mundo entero a nuestros pies, pero siempre papa, siempre hay algo más importante que nuestro baile para ti. Vuelves a bailar una y otra vez, pero es como si nunca te quedaras a terminar ninguna canción.

Querido padre, si he pecado, dios es el único que puede perdonarme, ¿no es verdad? Pues así pasa con los demás. Me gustaría otorgar perdones y liberar corazones por todo el mundo, pero ese no es mi trabajo, ni el de nadie encima de la tierra. Asimismo pasa con el juzgar, yo no soy digna y tú tampoco, de mi parte solo queda hacer lo mejor que puedo para ser la mejor persona que pueda ser. "todas las personas son culpables de sus decisiones, sean buenas o malas" fíjate bien que he dicho culpables y no responsables, yo solo he dicho la verdad.

Padre, mi pensamiento se ha vuelto triste, mis palabras sinceras y veraces y mi corazón... cada día mas frio, y estoy tan asustada por esto, porque de boca de muchos sabios he escuchado que "no nacen malas personas, las personas buenas simplemente pasan por tantas cosas hasta que se vuelven malas" y yo no quería eso para mí, no es lo que deseo para mi vida, así que hoy te ruego, no me conviertas en esa persona que siempre odie, y que siempre he sabido que está dentro de mí.

Gran padre, para mi tú eras lo más grande, te tenía en el más alto pedestal, pero de él te has caído, y tu bien sabes, que mientras más alto estas más dolorosa es la caída, y ese pedestal me cayó encima sin avisar, en mi corazón, quebrando mis huesos y presionando mis pulmones. Desde el día en el cual nací, estuve destinada a ser como tú, lista, valiente, fuerte y graciosa; ese era mi destino, uno que se nos fue arrebatado. ¿Nunca has imaginado como serían las cosas si nada malo hubiese pasado? Pero paso, y no hay vuelta atrás, así que ahora somos culpables de nuestras decisiones.

Una Carta para Papa.Where stories live. Discover now