➵ 17 (Intentar algo).

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Irrumpieron en mi casa y me secuestraron, por más que aplicaba mi fuerza con ellos no servía de mucho, eran bastante fuertes y grandes comparado conmigo. Estaba demasiado nerviosa, no me esperaba que fueran a invadir mi privacidad de esa manera, al menos no me esperaba que vinieran a buscarme, de verdad que no me estaba metiendo demasiado en sus asuntos.

Me llevaron a una especie de túneles, los cuales yo no conocía teniendo en cuenta que llevo aquí bastante poco, ni siquiera creo que los demás supieran que existe este tipo de sitio. Me arrastraban con ellos y todo parecía ir a cámara lenta, todo estaba borroso y solo recuerdo algunos fragmentos de todo lo que sucedió.

Me tumbaron en contra de mi voluntad en una mesa fría y pegajosa, estaba llena de liquido de color plateado y escuchaba los gritos de alguien que conocía desde el otro lado; Liam y Hayden.

— ¡Ella no es una quimera!

Gritó Liam sentado en una de las esquinas mientras abrazaba a Hayden, la cual parecía mucho más asustada que el anterior. Parecía que llevaban varias horas atrapados allí y no tenían ni siquiera fuerzas para moverse, pues aunque quisiera ayudarme, no estaba pudiendo levantarse.

— Banshee.

Dijeron los tres a la vez, con su voz espeluznante que hace que un escalofrío recorriera tu cuerpo y que tus piernas temblaran por querer echar a correr. Ni siquiera sé qué es eso en todos sus significados, que esta gente me deje salir ahora mismo, no tengo nada que ver con nadie de aquí, al parecer.

— Yo no soy una banshee.

Dije intentando incorporarme, pero uno de ellos me agarraba demasiado fuerte como para poder hacerlo, haciendo que apretara con fuerza mi mandíbula, empezando a enfadarme por su trato hacia mí.

— Comprobémoslo.

Habló uno de ellos mientras iba directo hacia otro chico que ni siquiera conocía, pero que de su nariz salía un liquido de color plateado, igual que el de la mesa en la que estaba tumbada, esto no debe cumplir las normas de sanidad.

El chico gritaba mientras lo arrastraban hacia el otro lado del túnel y uno de los doctores pareció sacar una espada, antes de que pudiera clavársela al chico medio moribundo, yo ya estaba sacando un grito liberador de mi boca; no podía ser.

Así que esto es lo que hacen las banshees, son las mujeres que lamentan. Yo no pedí esto, quería ser normal y no tener nada que ver con este mundo, pero por desgracia, no ha sido así, tenía que haberme quedado en mi antiguo instituto, en mi casa y con un novio que no era perfecto pero que me cuidaba.

Mientras que uno de ellos se llevaba el cuerpo sin vida del chico, los otros dos observaban mi cuerpo con atención, hasta que agarraron mi cabeza con fuerza, acercando una especie de aguja a mi ojo, lentamente esa aguja iba entrando, soltando un pequeño líquido. Lo mismo pasó con el otro ojo, dejándome completamente ciega por algunas horas.

(...)

Estaba sentada en un rincón de aquel sitio, acurrucada por el frío que sentía y asustada por la visión que aún no mejoraba, aunque había pensado durante varias horas que estaba teniendo una pesadilla, la verdad era que había dejado de creerlo hacía demasiado tiempo. Todo era de color negro, y lo único que podía escuchar era a Hayden llorar y a Liam intentando calmarla.

Escuché venir unos pasos desde el otro lado de la verja electrizada; han vuelto.

— ¿Liam? ¿Hayden?

Presté atención a su voz, la había escuchado antes, era la voz de Theo, no la de los doctores del pavor, no entendía qué estaba haciendo aquí, no tendría que estarlo, debería irse antes de que le pillaran.

— Theo, espera.

Le ordenó Liam, o más bien, le gritó. No poder ver nada de todo esto resulta frustrante, y no poder mover apenas mi cuerpo me llegaba a dar miedo, tal vez ellos piensen que posiblemente esté muerta.

Escuché como se electrocutaba por intentar abrir esa verja y caer al suelo pero sin perder la esperanza por poder sacarnos de allí. No pareció asustarle, pues por lo visto, volvió a intentarlo, teniendo más éxito que la primera vez.

Los pasos de Theo se acercaban apresuradamente a mí, mientras que con sus manos rodeó mi cuerpo casi sin vida y me levantó para poder sacarme del lugar.

— ¿Qué le ha pasado?

Preguntó enfadado, esperando que ellos le respondieran, ya que yo no era capaz de hacerlo por la condición en la que me encontraba. No podía ver su expresión, pero parecía que les estaba recriminando que no me hayan ayudado, mas no podían hacerlo, ya tenían suficientes problemas.

— Han sido ellos.

Dijo Hayden, con la respiración agitada y algo asustada por lo que hace horas antes había pasado, ni siquiera llegué a mirarla por tanto tiempo como para darme cuenta exactamente de qué le habían hecho. Theo empezó a caminar conmigo en brazos mientras los demás caminaban detrás de nosotros. Quería hablar, o tal vez moverme, abrir los ojos y ver algo.

Mi cuerpo fue posado en un asiento blando, suponiendo que me habían subido al coche de alguien, que por el perfume, no tardé demasiado en descubrir, ya que lo olía a diario.

Me quejé al sentir una presión en la sien e intenté moverme, algo que hizo que Theo se fijara en mí.

— Hey, ¿Estás bien?

Parpadeé un par de veces mejorando la visión, ahora solo estaba borroso y el color negro había desaparecido, ahora era una tonalidad de gris que desconocía, probablemente Christian tendría que darme algunas clases. 

— Tengo frío.

Mentí, pues no solamente estaba sintiendo frío en ese momento. La mano de Theo se acercó peligrosamente hacia mí para tocar mi brazo, y encontrarse con que, claramente, estaba mintiendo.

— Sientes dolor.

Se quejó por la gran mentira que acababa de contar, negando con la cabeza mientras maldecía algo que no logré escuchar, parando el coche en seco. No quería que se preocupara tanto por mí, me estaba encontrando mejor.

— Estoy bien.

Solamente estaba intentando evitar toda la intención que estaba generando, no me gustaba que todos estuvieran pendientes de mí cuando había otro tipo de problemas al que enfrentarnos; quizá Liam y Hayden, los cuales tampoco estaban muy bien.

— Puedo intentar quitarle el dolor.

Habló Liam, haciendo que mi compañero de casa asintiera aliviado, o al menos, esperaba que no estuviera fingiendo. Dejé mi mano deslizarse por el asiento hasta llegar al rubio, topándose con su mano. No podía ver demasiado, pero parecía estar concentrado y seguro en lo que estaba intentando hacer, aunque no lo consiguiera. Finalmente, soltó avergonzado mi mano mientras que Hayden le daba apoyo desde su sitio.

— Voy a intentar algo.

Murmuró Theo, como si solamente quisiera que únicamente yo escuchara sus palabras. Se quitó el cinturón, abalanzándose rápidamente sobre mí para depositar un rápido beso, el cual, me quitaría el dolor. 

Dysfunctional. | Theo R.Where stories live. Discover now