—¡Él estará bien, no te preocupes! —respondió tocándole el cabello y los hombros.

La niña se movió y trató de correr hasta él, pero su padre la tomó del brazo rápidamente.

—¡Vera, basta, tranquilízate! —regañó él, atrayéndola en un abrazo fuerte para que no escapara de nuevo. La niña se removió y gritó todo lo que pudo, llorando para que detuviera eso.

Lo único que recibió fue una inyección en el cuello por parte de uno de los doctores. En un instante se calmó y quedó dormida, mientras que el soldado, ya limpio de memoria y recuerdos, fue trasladado a una cámara de hielo para su sueño y poder prepararlo para su próximo objetivo.

**

Cuando Vera se despertó, vio la oscuridad de su habitación. Sentía sus ojos cansados y tenía la sensación de haber llorado demasiado. Se volteó en la cama y vio al buró a su lado. El reloj rosa daba la una y treinta y tres de la madrugada. Se preguntó por qué había despertado a esa hora y la luz debajo de la puerta llamó su atención.

—¡Eres un idiota! —escuchó a su madre gritando en el pasillo. — ¡¿ Cómo se te ocurre llevarla a ese lugar?! ¡Tú, más que nadie, conoce los peligros de esa organización! ¡¿Cómo permitiste eso?! ¡¿CÓMO?!

—¡No tenía remedio, Liz! —respondió su padre. —¡Estaba gritando, llamando la atención de todos, necesitaba calmarse!

—¡¿Y dejaste que uno de tus doctores maniáticos y psicópatas la inyectara?! —reclamó exaltada.

—¡Fue un calmante!

—¡Tiene siete años, pudo haberla matado! ¿Crees que no sé que llevan esas cosas? ¡Déjame recordarte que soy una doctora! No soy estúpida Alex, yo las he estudiado...

—Sigue viva, ¿no? ¡Eso es lo que importa!—interrumpió su padre.

—¿Sabes qué? Estoy harta—comenzó a caminar y sus pasos llegaron hasta la habitación que compartía con su esposo, y con él siguiéndole el paso. —Estoy harta de todo tu juego con HYDRA y SHIELD y el gobierno y esa mierda en la que te metes siempre—tomó una maleta y mientras hablaba comenzó a llenarla con sus pertenencias.

—¿Qué haces? ¿Te vas? —preguntó confundido.

—¿Eso te parece? —dijo secamente ella y en unos minutos terminó con su tarea. —Voy a decirte algo y quiero que me escuches muy bien—se acercó a él decidida. —Después de esto y que te infiltres y que logres tu cometido, vas a acabar muerto—él frunció el ceño.

—¿Qué?

—Como lo escuchas—abandonó la habitación y llegó hasta el pasillo. —No importa cuánto tiempo pase, lo harás. Esto es demasiado peligroso y nadie puede manejarlo. ¿Por qué crees que dejé SHIELD y desaparecí de la nada por un tiempo? —le encaró. —Y voy a hacerlo de nuevo si tengo que protegerla.

Elizabeth abrió lentamente la puerta de la habitación de su hija y Vera, quien había escuchado todo, cerró sus ojos y disimuló que había despertado antes. Escuchó como su madre tomó una de sus maletas y comenzó a meter todo lo que pudo dentro de ella. Luego, sintió el peso de su cuerpo a su lado y la despertó suavemente, tocándole el rostro con su mano.

—Hija, despierta, nos vamos.

—¿A dónde? —preguntó adormitada y abrió los ojos. Lo primero que vio fue a su padre apoyado en la pared del cuarto viéndolas muy preocupado.

—Con los abuelos—mintió. —Ven, hay que irnos.

Su madre la tomó en sus brazos y la bajó para salir de la habitación. Bajaron las escaleras de la casa con las maletas y salieron. Cuando Elizabeth dejó a su hija dentro del auto en el asiento trasero, se volvió a su esposo.

—Esperaría que cambies, pero te conozco, entonces dudo que lo hagas—habló con tristeza. Él suspiró.

—Lo siento.

—Y si lo sientes, ¿no vas a detenerme?

—Es tu decisión y debo respetarla. Solo te pido que la cuides.

Vera vio como su madre y su padre se despedían. Era muy triste para ella. Por dentro sabía que algo no estaba bien y en su pequeña cabeza tenía la sensación de que nunca volvería a casa. Cuando su madre se dio la vuelta para entrar al auto, escuchó un impacto y vio desde la ventana cómo se tambaleó y que empezaba a sangrar. Su padre la tomó antes de que cayera al suelo y Vera gritó como nunca lo había hecho antes. Lloró y lloró. Quiso salir del auto, pero la puerta estaba bloqueada y solo pudo ver cómo su madre se desvanecía en el regazo de su padre.

De ese día recordó las sirenas de policía y la ambulancia acudiendo a socorrer a la mujer que más amaba. Deseó tanto haber estado en el lugar del hombre que había visto el mismo día para que borrasen ese horrible momento de su vida.

**

ya se llegó marzo eeeh

¿qué les pareció? ¿alguien recuerda que iba a publicar? ¿no? oc *se sienta a comer helado en una esquina y llora* :v

en fin, espero que les guste el inicio y me disculpo por la demora, pero sí, ¡he vuelto a escribir!

ya saben, semana santa y vacaciones, trataré de avanzar un poco aunque no prometo nada xd

y trataré de publicar siempre que pueda *y que recuerde que hago esto coff coff*

que odín las bendiga, paz <3

Revenge. {James &quot;Bucky&quot; Barnes}Where stories live. Discover now