Mi Quarterback y Mi Chica Mala

Capitulo 19: Los últimos días

Estaba arreglandome con Sam para salir esta tarde. Estaría con ella en el almuerzo y con Adam en la noche. Sabía perfectamente que queríamos un poco de nuestra diversión. Había salido con mi padre en la mañana donde fuimos a desayunar y me compró unos nuevos botines deportivos para el viaje.

Me sentía terriblemente a punto de explotar. El viaje se acercaba cada vez más y el tiempo para decidir se me agotaba.

- Esto esta perfecto. - dijo Sam mientras se miraba en el espejo.

- Estas hermosa. - le dije.

Me coloqué labial.

- Hoy tengo ganas de unas costillas de cerdo con barbacoa. - me volteó a ver Sam con gesto cómplice.

- Me parece. - sonreí.

Al estar listas me despedí de Dereck y me subí al auto de Sam. O de su madre. Si yo recuerdo era de su mamá.

- ¿Aún es auto de tu madre? - le pregunteq.

- Si... - bufo. - Pero prometo que está vez no lo robé. - sonrió.

Reí.

Sam puso en marcha el auto y nos dirigimos a un restaurante de carnes. Entramos y rápidamente nos atendieron. Como ya sabíamos que íbamos a pedir, no saltamos la parte del menú.

- Mira, el equipo masculino del Barcelona. - señaló a una televisión alejada.

Desvíe la vista hacía el televisor y vi el partido. Ellos jugaban a la perfección.

- Esto me pone emocionada y a la vez nerviosa.

- Tranquila. Recuerda, aún no has elegido ir.

- Pero cada vez que me recuerdo me dan ganas pero luego aparece Adam y todo se borra. Soy la peor novia. - dije mientras cubría mi rostro.

- Brooke... - Sam me miraba con un gesto serio. - Soy Sam.

Reí a su comentario.

Era cierto. Sam nunca demostraría tanto amor a su novio. Si tuviera uno.

- Fue un buen consuelo. - sonreí.

- Si, lo se. - rió.

Nuestros pedidos vinieron 20 minutos después. Nos enfocamos a comer. Al terminar, pedimos un postre de helado con galleta oreo. Este es mi postre favorito.

- Entonces, me la pasaba cantando y a mi madre se le metió la idea loca de que yo sería cantante. Eso es ridículo. ¿Te imaginas a mi como cantante? - ironizó.

- Nunca te he escuchado cantar.

- ¿No? - dijo confundida. - Te mostraré algo. - sacó su celular y lo colocó enfrente de mí. Había unos videos. - Michael los grabó. Ese maldito niño infernal me jodía todas las mañanas.

Michael era el hermano menor de Sam.

- ¿Cuál debo poner?

- Cualquiera.

Escogí uno donde aparecía Sam con un peine de micrófono. Ella cantaba a todo pulmón mientras hacía ridiculeces como tirarse, sacudir el cabello y bailar.

No lo hacia mal. Tenía buena voz.

- Me gusta. - admití.

- Que bueno. - gruño. - Seré cantante solo sí no me apetece ir a la universidad.

- A ti nunca te apetece nada, Sam.

- Cierto. Pero es diferente.

Terminamos de comer nuestro helado y pagamos la cuenta. Después fuimos a ver una película y de último pasamos por un teleférico. Estábamos pasando por encima de todo. Era un bosque lo que pasaba por debajo de nosotras. Había un poco de neblina por el frío, las montañas estaban verdes y todo se miraba hermoso.