El comienzo de algo nuevo

Comenzar desde el principio
                                    

Cuando pienso en el 12 de diciembre de 2009, pienso que probablemente fue uno de los mejores días de mi pre adolescencia... pero también pienso en la intensidad con la que sentí todo aquello con solo apenas once años. Supongo que cuando somos chicos los sentimientos no están condicionados por nada, son puros.

Con Tasha habíamos quedado en ir juntas. Llegamos a las 11.30 a.m. aproximadamente, saludamos a toda la familia que estaban en las mesas en donde íbamos a comer. Nick no se encontraba ahí, por lo tanto fuimos hasta la pileta donde estaba la mayoría de mis compañeros y amigos. Saludé con un beso en la mejilla a solo los que estaban en la orilla de la pileta, y a los demás les dedique un saludo general.

—Vayan a cambiarse, y metanse— nos dijo Nick—. Falta mucho para que comamos.

—¡Dale! —dijimos a coro.

Fuimos hacia los vestuarios y en el camino nos encontramos a Drake y a Alexis.

—¡Hola! —gritó mi amigo.

—¡Hola chicos! —respondí.

—¿Ya se hicieron la revisión por el médico? —pregunto Alexis.

—¿Qué revisión? —preguntamos al unísono.

—Un médico te revisa para controlarte y te da un papelito para poder meterte a la pileta —nos explico Drake—. Es por ahí —prosiguió señalando en dirección a la puerta a la que teníamos que ir.

—Gracias —dijo Tasha. Nos fuimos a revisar y nos dieron un papelito, (que aun lo conservo) y nos fuimos a poner la malla. Luego fuimos a la pileta y estuvimos con todos, hasta que comimos las hamburguesas que había cocinado el padre de Nick.

A la hora de sentarse a la mesa, estaba al lado de Tasha, que se encontraba a mi derecha, y Jake a mi izquierda, quien tenía a su izquierda a Drake. En frente estaba Tiffany, con quien no nos hablábamos mucho, pero por supuesto que ella sí que hablaba.

Puedo recordar que hablábamos de que haríamos para el cumpleaños de Drake, que sería dentro de tres días.

Al finalizar de comer, muchos fueron a la pileta. Y nosotras con Tasha nos quedamos poniéndonos protector solar. Me puse hasta en las orejas, a pedido de mi mamá, que me amenazó antes de bajarme del auto. Jake me ayudó a ponerme el bloqueador por la espalda y fuimos a la pileta. Tras una hora de estar en la pileta decidimos ir todos a la terraza del complejo, donde había mesas, y podíamos jugar a las cartas, que le habíamos regalado con Tasha. Estuvimos aproximadamente una hora jugando, hasta que de a poquito se iban yendo a la pileta, y quedamos: Sunny, Tasha, Sophia, Tiffany, Nick, Logan (muy amigo de Nick, también compañero del curso), Jake, el primo de Nick y yo.

Ya eran las 16.30, según había visto en mi celular, así que decidimos bajar a comprar unas masitas al kiosco. Como la mayoría no quiso, fuimos Tasha, Jake y yo.

Compramos unas Sonrisas y las fuimos comiendo de camino a la piscina.

—Y si mejor... —dije.

—¿Vamos a caminar por allá? —me interrumpió Jake, señalando el gran campo que había atrás del complejo.

—Pero... —dijo Tasha.

—¡Vamos! —dije, haciendo caso omiso al comentario de mi amiga.

Fuimos caminando y hablando de lo que se nos ocurriera en el momento y sobretodo riéndonos.

—Chicos, nos está matando el sol —dijo Tasha, quien había sufrido la charla eterna de su madre, todo el camino hasta el complejo, diciéndole que se cuidara del sol.

—Tenemos protector —le respondí. Y Jake rió ante la cara de decepción de Tasha. Ella ama estar en la pileta, ama nadar y estar ahí, pero no le gusta estar con los demás, sabiendo que yo estoy en otro lado. Así que no tenía opción.

Después de hablar de muchas cosas, sin sentido, y de caminar y aguantar a Tasha diciendo que quería ir a la pileta... habían pasado dos horas, más o menos...

—Parecen novios —dice Tasha, mirándonos. Íbamos caminando abrazados y riéndonos.

—¿Y? —dije.

—¿Qué tiene? —completó Jake.

—Nada, solamente les digo —dice Tasha haciendo una mueca.

Seguimos igual por como media hora más, hasta que escuchamos a lo lejos:

—¡Jake! ¿Ya te la chapaste? —le grita Kevin. Y los tres reímos.

—¡Epaaa! —grita Tiffany apareciéndose al lado de Kevin.

Luego de decirnos eso, se fueron y quedamos solos de nuevo. Algo me estaba pasando en ese momento, algo especial estaba sintiendo, además del sol, y los comentarios de Tasha, algo que me sacaba del mundo real, algo que hacía desvanecer todo lo exterior. Pero no podía descubrir que era.

Ahora sí que lo descubro, era la conexión que tuvimos en ese momento, el roce de la piel mientras lo abrazaba, cuando me tocaba el pelo, pero sobre todo cuando me hablaba, cómo me miraba. Esa mirada fue nuestra por varios años más.

Después de no aguantar más los comentarios de mi amiga, la acompañamos a la pileta. Ella caminaba adelante con su mirada y actitud victoriosa de haber conseguido lo que quería.

Fuimos a la pileta con todos los demás. Mientras mi amiga nadaba de un lado para otro y mis amigos jugaban a apilarse uno arriba del otro y terminaba siempre ahogándose el primero, con Jake jugábamos... él me molestaba tocándome el pelo y yo trataba de pegarle, pero él se corría. Tras eso nos sumamos al juego de apilar. Me colgué de él y mi amiga de mí. Por supuesto que nos caímos, mi amiga para atrás y yo arriba de él. Desistimos de volver a intentarlo y simplemente nos quedamos hablando de cualquier cosa. Siempre esa mirada estaba presente, esa mirada que me hacía sentir diferente. Quizá nunca antes me había mirado de esa forma, o quizás nunca antes me había dado cuenta en la forma en que me miraba. Nuestra conexión no era otra, estaba ahí en tan solo esos dos segundos. 

Nuestra MiradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora