El comienzo de algo nuevo

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~It feels so right to be here with you

And now looking in your eyes I feel in my heart

The start of something new~


~Se siente tan bien estar aquí contigo

Y ahora mirándote a los ojos, siento en mi corazón

el comienzo de algo nuevo~

Un día de noviembre, ya faltaba poco para que terminaran las clases, y comencemos las vacaciones de verano, entro al curso y dejo mi mochila en el lugar de siempre. Saludo a mis compañeros de banco y luego me voy con Tasha y Emily que estaban hablando con Tiffany (rubia, ojos celestes/verdes depende del día, y parte del grupo de las "ladies"), muy atolondrada siempre.

—Hola —dije dándole un beso a todas en el cachete, incluyéndola a ella.

—Entonces... ¿van a ir? —dijo Tiffany casi ignorando mi presencia.

—¿A dónde? — pregunté sin entender.

—Nick va a festejar su cumpleaños en ATE —dijo nuevamente alterada.

—Bueno Tiffany, pero no nos invitó... —dije haciendo bajar su tono de voz, no quería que nos escuchara nadie.

—Seguro las invita después... —dijo casi obvia, y pegando media vuelta para ir con su grupito.

Mis amigas me miraron y rieron ante su locura.

Bajamos a la formación, y después fuimos a momento espiritual, que eran unos veinte minutos que teníamos los jueves, donde leíamos las citas de la Biblia que correspondían al día. Después de eso volvimos a clase y entro Grace, la señorita.

Tras la clase de matemática, en la que hicimos ejercicios y nos pasamos papelitos con Drake, con los títulos de algunos videos de Camp Rock de youtube, vino el recreo.

—Ei... ¿vas al cumple de Nick? —me preguntó Jake agarrandome del hombro.

—Emmm... no me invitó —le dije mirándolo asombrada de que no lo supiera.

—Nick —lo llamó. Su amigo estaba hablando con otros chicos, pero dejó de hablar y se acercó a mí.

—Courtney... ¿vas a venir a mi cumpleaños? —preguntó contento.

—Claro... ¿Cuándo y dónde? —pregunté haciendo que no sabía.

—El doce de diciembre en ATE.

—Genial... sí... ¿puede venir Tasha? —le pregunté.

—Sí... —me dijo seguro.

ATE era un club con una pileta gigante, y un gran campo, alejado de la ciudad. Nunca había ido, pero me contaban que era muy bueno.

Con mi amiga estábamos muy ansiosas, y ya habíamos planeado que regalarle: "el jodete", que era un juego de cartas, que yo tenía y siempre llevaba a la escuela. A todos les gustaba y a él más que a nadie. Como mi papá trabajaba al lado de una juguetería, él nos lo consiguió y lo pagamos entre las dos.

Unos días antes con mi mamá fuimos a comprarme una bikini para ir. Elegí una negra y blanca, y pretendía estrenarme una de las remeras nuevas que mi tía me había regalado, un short y unas ojotas serían suficientes.

Iba todo mi curso y no quería pasar el ridículo. Un día antes me medí la bikini y no estaba muy convencida de cómo me quedaba, pero mi mamá y mi hermanita insistían en que me quedaba bien. Supongo que a esa edad lo que menos vale es la opinión de tu mamá.

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