-No lo sé, yo simplemente salté... Salté sin pensarlo, lo tenía todo muy claro... -el rubio alzó los ojos por un segundo hacia mí y dejó de hablar- oh, hola Harry.

-Hola Niall -le sonreí, sentándome en el brazo del sillón de Perrie-. ¿Cómo estás?

-Bueno, creo que tú estás mejor que yo -trató de bromear-. Ahora le estaba explicando a Perrie cómo ocurrió todo.

-Es muy interesante -añadió ella-. Deberías ser novelista, Niall. Explicas muy bien. Bueno, va, sigue. No te interrumpo. Y no le interrumpas, Harry. Ay, debería dejar de hablar. Vale, me callo. Sigue.

Después de unas risas, el rubio siguió narrando su historia.

-¿Sabes algo, Harry?

Habían pasado un par de horas en las cuales nos habíamos estado conociendo entre los tres, contando anécdotas e historias divertidas para pasar el rato. Perrie se encontraba dormida en su sillón abrazada a su bolso negro, mientras que yo me mantenía en el mío observando a Niall. El chico tenía los ojos cerrados, estaba a punto de dormirse.

-Dime -susurré para no despertarle de su medio trance.

-Lo volvería a hacer -dijo con un hilo de voz apenas audible.

-¿El qué? ¿Saltar?

Él asintió pesadamente con la cabeza, bostezando.

-Mataría por mantenerlo a mi lado -me pareció que Niall hablaba inconscientemente-. Él... es mi...

Fruncí el ceño, no logré a escuchar la última palabra.

-¿Tu...? -le animé a hablar, pero no contestó.

Me acomodé en aquél incómodo sillón y observé perezosamente como dormían mis dos amigos. Me concentré en el sonido de la lluvia que seguía cayendo en el exterior y poco a poco fui cayendo en un sueño inevitable, cerrando mis ojos lentamente hasta quedar dormido.

~

A la mañana siguiente desperté en los brazos de alguien, un olor demasiado familiar se coló por mi nariz haciéndome sonreír. Una mano acariciaba los rulos de mi frente con lentitud, descendiendo hacia mi mejilla.

-Buenos días -susurró dulcemente al ver mi sonrisa.

Me acurruqué en su pecho cogiéndole de la camiseta como si se tratara de un niño pequeño.

-Hm -murmuré con mi voz grave de todas las mañanas.

-¿Has dormido bien? -Asentí con la cabeza y pude notar su sonrisa.

Abrí los ojos con pereza restregando mis manos sobre ellos, Louis me miraba con adoración.

-¿Qué hora es?

-Las siete y media, amor -me observó mientras yo me acomodaba en su regazo, sentándome sobre él-. Todavía falta una hora y media para que vengan las enfermeras a traer el desayuno a los chicos.

Al nombrar la comida mi estómago soltó un rugido que prácticamente me asustó. Supongo que una pequeña hamburguesa no había compensado muy bien todo el día en ayunas de ayer, y ahora mi cuerpo me pedía azúcar. Lou me frotó la barriga con cariño soltando una risita.

-¿Desde cuándo estás aquí?

-Bueno, te vine a ver cuando Zayn se durmió pero como tú también dormías decidí volver a mi habitación. Hace media hora me desperté y quise venir aquí para compensar.

Aquello me pareció demasiado adorable.

-¿Dónde está Perrie? -fruncí el ceño al notar su ausencia.

East Of Heaven ~ Larry StylinsonWhere stories live. Discover now