2°Nightmares

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Recuerdo haber tenido pesadillas desde pequeño. Horribles pesadillas llenas de sangre, cadáveres y muertos. Pesadillas que parecían no acabar nunca, de esas en las que por más que corres no escapas a ningún lado y en las que la mejor solución parece ser la propia muerte. Hace un par de días tuve una horrible. Me encontraba en mi casa y tenía un ataque nocturno de hambre, de estos que te entran cuando llevas horas seguidas viendo la misma serie. Me levantaba del sillón en la salita y comenzaba a andar, muy despacio por el pasillo, que, como en toda buena pesadilla, estaba oscuro. Cuando conseguía llegar a la cocina, la luz fría y gélida del tubo fluorescente no se encendía, y cuando conseguí abrir a oscuras el frigorífico, me encontré con 9 cabezas allí, en mi nevera. Horrorizado, me desperté a gritos y con un sudor frío. Corrí tan rápido como pude hacia la cocina, abrí el frigorífico y pude contemplar, tranquilo, que ninguna de las 13 cabezas había desaparecido.

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