La Rosa Negra

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Bostezo y camino hasta la sala con pasos perezosos y me paro enfrente del espejo para observar mi reflejo, una chica de estatura promedio me observa, noto mi ropa ancha, algo ya vieja y tiene un montón de manchas, mi cabello cae a media espalda con ondas irregulares debido a la coleta que me he hecho en estos días, mi rostro esta brilloso y algo sucio, mis labios resecos y pálidos, pero mis verdes ojos están diferente, la oscuridad que poseían antes se ha disipado por un nuevo brillo que contagia a mis resecos labios que se van curvando en una sonrisa feliz, Soy libre, ¡Soy libre!- grita con euforia mi mente.

-Para esta nueva libertad necesitamos un nuevo look que combine con ella - susurro para mí misma, camino con cierta emoción hacia la cocina y agarro la cuchilla de afeitar de Antonio, no creo que se moleste en que la use, vuelvo a la sala y veo mi reflejo, observo mi cabello hasta que una idea clara se forma, empiezo a cortar y corta mechones de cabello, hasta que lo tengo por los hombros y algo grafilado.

-Le falta más vida - voy al armario que comparto con Antonio y busco entre las gavetas ese tinte que me compre hace meses pero a Antonio no le gusto el tono, me hizo sentir mal por su comentario, pero esta vez no me importa, soy libre de hacer lo que quiera le guste o no a él. Preparo la mezcla y me la echo en el cabello. Mientras espero que haga efecto empiezo a definir mis cejar, luego preparo algo de comer, un rico sándwich de pavo, mi favorito. Vuelvo al armario en busca de mi ropa, saco una falda de tachones negra que me llega diez dedos por encima de las rodillas, una blusa blanca con cuello V y sin manga, agarro una chaqueta roja... Pero entonces soy interrumpida por el timbre, resoplo, ¿Quién será? voy a la puerta y miro por la pantalla, vuelve a tocar, es el amigo de Antonio de porte griego, de verdad que es un papacito, pero es todo un idiota, ha intentado seducirme un millón de veces y una vez, en una fiesta me beso cuando estaba un poco pasada de copas, se aprovechó de la situación el imbécil, vuelve a tocar, que insistente, pero una sonrisa se me forma en el rostro, presiono el micrófono en la pantalla.

-Buenos Días- saludo.

-Buenos días Isabella, ¿Esta allí Antonio? - pregunta.

-No, se fue de viaje - resoplo - sabes lo que significa.

-Apuestas - dice indignado, agarra su teléfono y teclea para luego volver a mí - ya lo justifique en la empresa, me enviaron para saber de su ausencia, ya sabes.

-Gracias - digo satisfecha.

-De nada...mmm.. Ad... - lo interrumpo antes de irse.

-Julio.

-¿Si?

-¿Quieres pasar un rato a hacerme compañía? - pregunto, y una sonrisa coqueta se forma en sus estúpidos labios.

-Si quieres, por mí no hay problema en quedarme un rato - responde, ruedo los ojos.

-Bien, te espero - digo y presiono el botón para que se abra la reja de abajo y desbloqueo la puerta principal, y me encamino a la habitación, meto la mano en el bolsillo de mi mono y siento aquello que necesito para darle una lección a Julio.

-Isabella ¿Dónde te fuiste? - pregunta desde la sala.

-En la habitación, ven - respondo, escucho los pasos acercándose, entro al baño para sacarme la mezcla del tinte, escucho que ya está en la habitación - ponte cómodo, ya voy - digo.

-bien - escucho paso y cosas moviéndose, cuando termino me quito la camisa y vuelvo secándome el cabello y vistiendo con solo un mono y el brasier negro - Isabella - dice acostado en la cama de su mejor amigo y mía, sin zapatos y chaqueta, que asqueroso es...

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⏰ Last updated: Mar 15, 2016 ⏰

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