1: Un alma destrosada.

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Mi nombre es Yukio, soy un gato de pelaje azul oscuro y ojos del mismo color.

No soy un gato común y corriente, soy algo diferente.

Yo veo los colores vivos de la vida, no como los demas gatos, ellos ven todo en blanco y negro. Mi áspera lengua de gato sana todo lo que mi saliva toca, claro, si hay sangre de por medió. Yo no poseo la habilidad de ver "fantasmas", en cambio, puedo ver los lazos que los humanos tienen entre si, si estos son sinceros, hipócritas, si es amor verdadero o por conveniencia. Tambien, poseo la gran habilidad de ver el hilo rojo del destino. Y por raro que parezca, puedo ver el estado del alma de los humanos.

Como por ejemplo mi dueña.

Una joven de 16 años, cabello rosa y ojos del mismo color, tambien, como e escuchado decir a algunas de sus "amigas", de buen cuerpo. Se llama Momoi Satsuki.

Vi en ella que, esta enamorada de uno de sus mas cercanos amigos, un tal "Tetsu-kun", que lastima que, el hilo rojo de mi dueña no esta con ese chico, esta con un chico el cual ella odia, un tal, Imayoshi. El estado del alma de mi dueña es normal, sin preocupaciones ni nada ella aun no esta corrompida. Despues de todo, es de una familia adinerada pero sus padres la quieren mucho y son de bien. Sus "amigas" e visto facilmente que solo estan con ella por el dinero.

Que pena me dan los humanos. Desperdiciando su vida y oscureciendo sus almas para que estas terminen alimentando al angel desterrado.

Dejando eso de lado, escucho que me llaman con ese nombre horrible que me ha puesto mi dueña, pues ella no ha visto que llegue a sus manos con un collar dorado bién ocultando entre el pelaje de mi cuello que dice; Yukio.

- Neko-chan~ es hora de comer. - La voz de la madre de mi dueña me llama y yo muevo mis bigotes enojado.

Gracias a que tengo cuatro patas, puedo moverme ágilmente, y de un dos por tres ya estoy en la cocina en espera de mi comida. Tengo hambre.

- Neko-chan~ ¡adivina que te compre! - Como siempre, la alegría de mi dueña me rodeaba y hacia que desvíe mi atención de mi comída hacia ella.

Con dos bolsos llenos de ropa pequeña, solo me da mala espina. Seguro mas disfraces raros para disfrazarme y luego sacarme fotos.

Decido entonces ignorarla y seguir comiendo, la leche es buena, mas si tiene eso llamado Whiskas.

Soy un gato especial, pero eso no cambia el echo de que tengo que hacer como si fuera un gato comun y corriente. Agradezco que mi dueña no se haya dado cuenta.

Ella me ordena cosas como "Sígueme Neko-chan", "¡Sal de mi cuarto me voy a cambiar!", "Vamos a la cocina", "Vamos al jardin", "!No te eches encima de mis cuadernos¡". Yo le obedezco, y ella presume diciéndole a sus amigas que soy un gato bien entrenado. Incluso hago trucos.

Luego de comer y finjir que pongo por error mis patas en pleno plato aun con un poco de leche, estoy metido en una bañera siendo lavado por mi dueña que murmura cosas como; "Luego la que limpia soy yo".

Tengo ganas de decirle que me se limpiar solo, por algo los gatos tenemos lengua. Pero lo unico que sale de mi garganta son maullidos.

No, yo no hablo idioma humano, ¡yo entiendo idioma humano!. Y claro, también lo pienso.

- Miauu - Dejame, el agua esta fria, dueña mala.

- ¡Listo! Neko-chan, se que amas el agua. - Me dice mi dueña mientras me envuelve en una toalla.

- Miaauu - No, yo odio el agua. A no ser que sea caliente, asi me puedo quedar todo el tiempo que quieran en la bañera.

Mientras me seca con la toalla, siento como algo aplasta levemente mi pelaje.

Quiero Tu SonrisaWhere stories live. Discover now