CAPITULO 15

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  REVELACIONES DOLOROSAS 

Una mañana de sábado, Gin se había levantado temprano. Sentía una extraña sensación que la empezaba a molestar y le oprimía el pecho. Pensó en descargar un poco detensiones queriendo pintar un cuadro, por lo que se encerró en su atelier. Comenzó a pintar e inspirarse en un hermoso paisaje, donde se veía un camino otoñal, bordeado poraltos pinos y forrado de amarillentas hojas caídas desde esos árboles. Con esa imagen en su mente comenzó a pintar su nueva obra.Esa mañana, Hugo se acercaría al atelier con una charola que contenía un desayuno especial, hecho por él para ella. Esa visita era muy extraña, ya que Hugo rara vez se acercabaal atelier y más con un desayuno especial para su amada.­ Buen día mi nena – saludó Hugo entrando a la sala con el desayuno.­ Buen día "Súper Hache" – saludó Gin ­ ¡Vaya! ¿Y esto? ­ preguntó en alusión al desayuno.­ Desayuno para mi nenaza, edición especial – dijo Hugo, dándole un tierno beso a los labios.Gin se puso muy contenta por el recibimiento de Hugo. Juntos se dispusieron a desayunar, mientras hablaban de diferentes temas. Uno de los temas que tocaron fue la relacióncon Diego, la cual finalmente pudo arreglarse:­ Entonces, ¿has podido recuperar su moto? – preguntó Gin­ Sí, y no solo eso. Diego me pidió que ayudemos a una persona que conoció en la cárcel, la cual me pareció muy extraña – dijo Hugo.­ ¿Tenía pinta sospechosa?­ No, todo lo contrario. Parecía un hombre de códigos, muy responsable pero apasionado por los motores. Y lo más extraño de todo, tenía un algo que me hacía recordar aalguien.­ ¿Alguien como quien?­ No lo sé. Juraría que era parecido a Pollo, mi mejor amigo.­ Es extraño, me habías dicho que no tenía familia.­ Sí... demasiado extraño. – dijo Hugo, para luego quedar un rato largo en silencio. Mmm, Mítico, esto se ve muy delicioso. – dijo Gin bebiendo un poco de su café.­ Pues me alegro que te guste, mi amor. Pensé mucho en ti para hacerlo.Gin se puso contenta de oír esa declaración de Hugo y siguió disfrutando el desayuno.­ Pues es mejor el desayuno, mientras estamos aquí solos – dijo Gin.­ ¿Ah sí? – respondió Hugo – Pues puedo hacerlo aun más delicioso – y dicho esto se acercó a Gin para abrazarla y levantarla y sostenerla por sus piernas, haciéndole que Ginanude sus piernas sobre la cintura de Hugo. Y así, sin remediar por el espacio físico, comenzaron a hacer el amor. La cosa venía bien, hasta que Gin se detuvo.­ Espera, espera por favor.­ ¿Qué? ¿No te gusta? – preguntó Hugo.­ No, no es eso. Es que no me siento bien. Tengo una sensación extraña que me oprime el pecho y no estoy bien. – dijo Gin preocupada. Hugo la ayudó a sentarse en una silla yse quedó a su lado.­ Pues mira que a pesar de todo, tienes la energía de una niñata – halagó Hugo.Gin se rio de la adulación de su amado e intentó tomar el pincel con el que estaba pintando. Sin embargo, cuando quiso pegar una pincelada, inexplicablemente perdió lapracticidad y dejó caer el pincel al suelo. Algo andaba mal y Gin lo suponía. Esa caída no fue accidental, sino que fue producto de algo que le estaba sucediendo. Hugo le alcanzóel pincel y notó una expresión de angustia en el rostro de Gin.­ Amor, ¿Ocurre algo? – preguntó intrigado.­ No lo sé amor. No lo sé. – dijo Gin y trató de incorporarse – Solo es que... Estoy... ­ y en ese momento, comenzó a balbucear palabras sin sentido y repentinamente cayó debruces al suelo, sin conocimiento. Hugo alcanzó a amortiguar su caída atrapándola en el aire:­ ¿Gin? ¡Gin! ¡Respóndeme amor, por favor! – gritaba Hugo desesperado. Gin no tenía reacción.En un ataque de nervios, Hugo sacó a Gin fuera del atelier y bajó hasta la cochera para subirla a su camioneta. Antes de eso, se había cruzado con su hijo Diego, a quien le pidióque de aviso a Katina y los demás, que Gin no respondía y que la llevaba a la clínica. Después de eso, le pidió que lo acompañe a llevarse a Gin.Una vez arriba de la camioneta, Hugo llevó a Gin hasta la clínica, donde finalmente terminaría internada. Katina llegó más tarde junto a Luque y Valeria. Todos se quedaronesperando fuera, ya que pasaban las horas y no había novedades. Por sobre el mediodía, el doctor salió de terapia y dialogó con todos.­ Doctor, ¿Cómo está? – preguntó Hugo tomando la palabra por todos.­ Miren, es un cuadro complicado. No sabemos bien que le sucedió. Ha conseguido reaccionar, pero en este momento hay que dejarla descansar. A la tarde la llevamos a una salacomún y a la noche le damos el alta. Por el momento no es nada grave. – diagnosticó el doctor.­ Pero ¿Por qué se desmayó así? – preguntó Hugo.­ Eso es algo que debemos saber, por medio de un análisis de sangre que le haremos en este momento Sr. Olivera. Hay que ser pacientes. – pidió el médico. Y tras esta charla,volvió a sus tareas.Hugo no entendía nada. Algo le había pasado a Gin, como para dejarse caer de ese modo. Pidió a todos que se vayan, porque él iba a quedarse a cuidar de Gin en todo momento.­ Hugo, no te pongas mal. No te cargues con todo esto. Gin necesita que estés fuerte y no es momento para que te caigas. Vamos hermano, no estés así. – le pidió Luque.Hugo sentía que debía quedarse, pero si lo hacía, la desesperación lo mataría. No sabía qué hacer.­ Si tú quieres, yo me quedo aquí todo el día. Ustedes vayan y sigan su itinerario. Vamos Hugo, no decaigas ahora. – volvió a pedir Luque, queriendo quedarse a cuidar a suhermana. Hugo agradeció el gesto de Luque y se llevó a Diego y Valeria a casa. Katina prefirió quedarse para ayudar a Luque en todo lo que necesite.Mientras todo eso sucedía, Babi salió de su casa hacia el laboratorio. Tal como se lo habían avisado, los resultados de los análisis que había mandado a hacer, ya estabanterminados. Tenía dudas respecto a una situación, que durante más de 20 años la tenía en incógnita y que por fin ahora podía develar. Ese mechón de pelos que le habíaarrancado a Hugo esa noche en el hotel, tuvo su razón de ser y su respuesta iba a conocerse en ese momento. Babi tomó parte del mechón de pelos de Hugo y los llevó allaboratorio para efectuar una comparación genética con los pelos que le había arrancado a Horacio, aquella mañana que ingresó a su cuarto.Esta mañana los resultados ya estaban listos, por lo que Babi se fue a retirarlos. Por fin iba a saber la realidad. Por fin iba a ver, por qué había tantas diferencias de su hijo paracon su esposo, Gustavo. Cuando abrió el sobre y leyó su contenido, no pudo creer lo que encontró: El examen genético, arrojó un resultado positivo del 99,99999997% deprobabilidades de paternidad de Hugo para con Horacio... Sí, esa era la realidad. Hugo Olivera era el padre biológico de su hijo Horacio. Desesperada por lo que se había develado,Babi corrió hacia su auto, donde se encerró para llorar amargamente. ¿Con que cara le diría a su hijo que su padre no era Gustavo? ¿Cómo le diría a Hugo que tuvieron un hijo,sin que él piense que se lo ocultó por más de 20 años? Y lo que era peor ¿Cómo explicarle a su hijo, la verdad sobre su identidad? Amargada por todo lo sucedido, puso en marchasu coche y escapó de ese lugar.Mientras manejaba por la avenida, pasó sin querer por la Clínica Médica, donde vio salir a Katina hacia la calle. Babi frenó cerca de ella y bajó la ventanilla:­ ¡Oye! ¿Adónde vas? – preguntó Babi con la voz quebrada­ ¿Perdón? – respondió Katina sin entender.­ ¡Kat, soy yo! – dijo Babi bajando del auto.Katina se sorprendió con la presencia de Babi quien después de más de 20 años volvía a aparecerse. La notó mal, afligida, destrozada. Ambas amigas se acercaron y seestrecharon en un abrazo interminable. Babi lloraba desconsolada y Katina trataba de contenerla (esta escena ya se conocía, pero con otros personajes ¿no?).­ Babi ¿Por qué lloras? – preguntó Katina­ Necesito hablar contigo Katina. Es muy importante­ Bueno espérame aquí. Tengo que ir hasta aquel negocio y debo darle aviso a Luque que saldré contigo ¿Vale?Babi asintió con la cabeza y volvió a su auto para corregir su estacionamiento. Katina por su parte, fue hasta el negocio que estaba enfrente a la clínica y luego fue a avisarle aLuque que iba a ausentarse. Salió a la calle y fue hasta donde Babi la esperaba con su coche. Las dos fueron rumbo a un Café para charlar. Durante el trayecto, Babi comenzó lacharla para romper el hielo.­ ¿Qué hacías ahí en el hospital?­ Es mi cuñada. Fue internada porque tuvo una descompensación con pérdida de conocimiento. Afortunadamente reaccionó y ahora descansa. La está cuidando mi esposo, que asu vez es su hermano.­ Que mala fortuna. Espero pueda recuperarse. – deseó Babi sin saber de quién se trataba. ­ ¿Y qué fue de tu vida en todo este tiempo?­ Pues como ves, me casé, formé una familia. Viví muchos años en Logroño con mi familia y decidí regresar, porque ya extrañaba este lugar. Tuve una hija a la que le puse tunombre.­ ¿Lo hiciste por mí? – preguntó Babi­ Te voy a ser sincera Babi. Tu nombre me gustaba por su particularidad, pero estuve mucho tiempo enojada contigo. Sin embargo, no dejé nunca de extrañarte – respondióKatina.­ Imagino. Yo también te eché mucho de menos. Hemos vivido distanciadas mucho tiempo. – dijo Babi – Mira, ya hemos llegado.Ambas bajaron del coche y fueron hacia el Café. Una vez allí, Babi hizo lo suyo contándole a Katina sobre su vida, después del llamado telefónico de hacía 21 años atrás.­ Así que tú eras la madre de Perla. – dijo Katina – Pues es innegable que es tu hija. Es una niña muy delicada y elegante. Mi hija se hizo amiga de ella.­ Sí... Eso es algo que quería comentarte. Nuestras hijas están reviviendo el pasado. ¿Recuerdas que se habían escapado la otra noche?­ Sí, lo recuerdo muy bien. Castigué a Babi por haber hecho eso. Siempre fue una niña rebelde y nunca pude domesticarla – dijo Katina­ Pues... a mí no me ha ido bien. Además de escaparse del castigo que le impuse, Perla osó escapar de nosotros. – dijo Babi y no pudo aguantar las lágrimas – No pudecontenerme, Kat. No pude contenerme. Me enfadé tanto que le di una fuerte bofetada que la terminé tirando al suelo. Ahora ella me odia y con justa razón – decía Babi entresollozos.­ Babi, si lo que necesitas es que te ayude a recomponer la relación con tu hija, cuenta conmigo. Ella ya me conoce ¿y qué mejor que alguien de confianza para ayudarlas? –ofreció Katina.Babi tomó de las manos a su amiga, sintiendo que la amistad se recuperaba. Sin embargo, lo peor todavía no llegaba.­ Sin embargo Katina, hay otra cosa que quiero contarte. – dijo Babi aun sin parar de llorar­ ¿Qué ocurre? – preguntó Katina.­ Es Hache... No puedo quitármelo de la cabeza.Katina se sorprendió por la confesión de Babi e hizo un silencio sepulcral.­ Katina... Yo creí haberlo olvidado. Creí haber formado una gran familia con Gustavo... Pero no fue así. Mi familia es una mentira, mi vida es una mentira... Y ya llevo más de 20años engañándome y engañando a todos. ¡Me siento horrible!­ Babi... ¿Por qué me dices estas cosas? ¿Qué sucedió?­ Hace 21 años, después de haber tenido mi última noche de amor en la playa con Hache, decidí casarme con Gustavo. Los dos formamos una familia muy hermosa, y la tuvimosa Perla.Las palabras de Babi despertaron la duda de Katina, quien se dio cuenta de un pequeño detalle entre las cosas que le decía:­ Un momento... ¿Por qué dices solamente "la tuvimos a Perla"? ¿Y Horacio? ¿Qué no es tu hijo también? ¿U olvidaste mencionarlo?Babi comenzó a temblar nerviosamente. No sabía cómo iba a confesarle la verdad a su amiga. No sabía cómo decirle, cual era la verdad. Estaba muy asustada.­ Babi... ¡Respóndeme! ¿Qué pasa con Horacio? ¡Háblame mujer por el amor de Dios! – dijo Katina, adivinando que lo que Babi tenía para decirle, estaba relacionado con Horacio.­ Horacio – respondió con voz temblorosa – Cuando me casé con Gustavo... yo creí que lo había concebido en la noche de bodas. – tomó el sobre con los resultados del ADN y selos dio a Katina.Katina leyó el sobre. Lo sostuvo en sus manos. Miró a Babi llena de dudas y preguntó:­ Babi ¿acaso me estas queriendo decir que...?­ Horacio... Horacio... No es hijo de Gustavo Vidal... ¡Es hijo de Hugo Olivera!Katina quedó impactada con la revelación. No podía dar crédito a las palabras de Babi. Quedó completamente paralizada y con la boca abierta. Dentro de su sorpresa, dejó caer elsobre al suelo, y no podía salir del espasmo que le generó semejante noticia.­ No puede ser... No me puedes estar diciendo esto, Babi.­ Así es Katina... Yo tampoco lo puedo creer. Las diferencias con Gustavo son insalvables. Era muy evidente.­ ¿Y cómo has hecho para obtener los datos genéticos de ambos? ­ preguntó Katina al borde de la ira.­ Encontré a Hache saliendo del mismo edificio donde tú vives. Lo busqué, lo encontré, le pedí para verlo. Nos encontramos nuevamente Katina. Todavía me ama. Todavía sientelo mismo que sentía cuando teníamos 17 y 22 años. Katina, estuve con él y volvimos a hacer el amor.Katina agarró con fuerza el mantel de la mesa. No daba crédito de lo que oía. Era tanto el cariño que sentía por Gin, que no podía admitir que Hugo le mintiese. En un arranque defuria, arrojó un vaso de agua al rostro de Babi que no entendía lo que le pasaba en ese momento.­ ¿Katina, por qué me haces esto? – preguntó Babi, completamente desorientada.­ Te ayudaré con tu hija si quieres. Pero esto, ya supera todos los límites. No voy a permitirte que le hagas daño a mi cuñada. ¡Ella no se merece que le hagan daño y menosahora que está convaleciente!Solo allí, Babi pudo comprender la realidad. Solo ahí pudo entender, que quien estaba internada, era la esposa de Hugo y que Katina era su concuñada. Desesperada por lasituación que se había generado, salió del Café, buscó su auto y huyó del sitio a toda velocidad. Katina quedó sola, muy enojada, completamente sacada. No podía permitir eso.Juntó sus cosas y fue a buscar a Hugo para regañarlo.A la mañana siguiente, Gustavo había ido a su trabajo. Sin embargo, cuando llegó comenzó a sentir un fuerte y agudo dolor en el pecho. Bajó de su coche, fue hacia su oficina yallí se quedó. El teléfono le había sonado y al atender, recibió la noticia de que una obra bajo su dirección se había derrumbado parcialmente, afortunadamente sin víctimas quelamentar. Esto hizo encolerizar a Gustavo quien comenzó a dar directivas a los gritos y muy airado. La situación comenzó a ponerse tensa y fue ahí cuando los dolorescomenzaron a volver. Desesperado, llamó a su secretaria y le pidió que lo lleve hasta la clínica, ya que no se sentía en óptimas condiciones.Una vez allí, se internó y le pidió a su secretaria que no de aviso a nadie, para no alarmar a su familia.­ Dígame señor Vidal, ¿Qué fue lo que sucedió? – preguntó el cardiólogo.­ Llegando a mi oficina sentí un agudo dolor en el pecho. Luego de ello, recibí una muy mala noticia respecto a una obra que dirige mi empresa y comencé a enojarme con micapataz. Tras eso, el dolor regresó y caí desplomado al suelo. Tuve suerte de que mi secretaria me encuentre. Me vio y me trajo hasta aquí – relató Gustavo.­ Pues tiene que tener más cuidado. Ese tipo de dolores es la principal señal de un posible infarto. Realmente tuvo suerte de que lo encuentre su secretaria. – explicó elcardiólogo.­ Realmente tuve suerte, sí. Y ahora ¿Qué van a hacer? – preguntó Gustavo.­ Ahora usted quedará en observación. Se le harán unos estudios rápidos y se determinará lo que le sucedió. – dijo el cardiólogo.Gustavo fue internado. Fue analizado por los médicos. Luego de eso comenzó a impacientarse, hasta que finalmente llegaron los resultados. En efecto, sucedió lo que tanto setemía: Gustavo padecía un pre­infarto de miocardio y una mínima emoción fuerte, lo podía llegar a matar. Como receta, el médico le recomendó ejercicio y paseos al aire librepara relajar su agitada vida.Gustavo no podía entender cómo. Siempre tuvo una vida sana. No entendía como pudo agarrarse ese inconveniente. Se sentó en una banca completamente abatido, mientras leíalos resultados de sus análisis. En eso, una mujer se sentó a su lado.­ ¿Malas noticias? – preguntó la mujer­ ¿Me habla a mí? – preguntó Gustavo.­ Sí, le hablo a usted – respondió la mujer ­ ¿Son malas noticias?Gustavo suspiró fuerte antes de responder.­ Así es. Son noticias muy malas que no sé como informarlas a mi familia.­ Dígamelo a mí, que debo decirles que tengo leucemia.­ Lo siento mucho. Es doloroso estar en su lugar y no saber cómo decírselo a su familia.­ Puede ser – respondió la dama ­ Escúcheme, estoy en desventaja. Usted sabe cuál es mi mal, pero yo no sé el suyo.­ Me detectaron un pre­infarto de miocardio. Debo evitar las emociones fuertes a partir de ahora. Lo que no sé, es como hacérselo saber a mi familia.­ Quédese tranquilo. Cuando deban enterarse lo van a hacer.Gustavo sentía que había entrado en confianza con esa mujer. Continuaron charlando durante un largo rato animadamente. Sin lugar a dudas, se sentía mejor.­ ¿Y cómo se enteró de su enfermedad? – preguntó la mujer.­ Sentí un dolor agudo en el pecho y me desplomé en mi oficina. Mi secretaria pudo acercarme a la clínica.­ Vaya, usted por lo menos supo cómo fue. Yo me desmayé y cuando me enteré... ya estaba aquí. Todo fue ayer. Hoy vine a retirar mis resultados... y no lo puedo comprender. –decía abatida la mujer.­ Bueno, tranquilícese. Si usted que tiene espíritu fuerte se cae, voy a caer con usted.­ Joder hombre, no se lo tome así. Somos personas grandes, cada uno tiene su familia. ¿No?­ Tiene usted razón – dijo Gustavo y al rato miró la hora – perdóneme, pero me tengo que ir.­ Ha sido un gusto hablar con usted. – se despidió la mujer.­ El gusto es mío, señora. Me encantaría volver a platicar con usted.­ Solo es cuestión de que se den las oportunidades.­ Sin lugar a dudas, así será. Soy Gustavo Vidal, dueño de Vidal Construcciones. ¿Y usted?­ Ginebra Mancini, artista plástica.   

Por Tu Amor 3msc (3era Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora