Capítulo 42

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Te dejo entrar a mi vida.

El Museo Metropolitano de Nueva York, prestaba estancia para gala benéfica ya confirmada como el mayor evento. Su anfitriona, Alexa Rossber en la escalera del Museo de Nueva York. La editora de una de las revistas más famosas, era la primera en llegar y lo hacía como casi siempre, vestida con un Chanel de alta costura con adornos brillantes y telas en transparencias. La aparición de Scarleth nuestra jefa y mentora, no pudo evitar robarle el protagonismo con su inspirado Alexander McQueen en una larga cola. Pasada casi una hora después, llegaba una de las madrinas de la noche, quienes también elegían como inspiración vestidos de Dior.

Aunque se veían extremadamente hermosas, no pude evitar rodar los ojos y recordar, que por este motivo era que Rose me obligaba a comprarme un vestido nuevo en cada ocasión. Más de 500 invitados acudieron en total, entre gente del cine, la música, la moda y el arte. Una lista controlada por Alexa Rossber, quien desde que se puso al mando ha convertido en este gran evento mediático por el que cada comensal paga 25.000 dólares o 175.000 por una mesa de 10 personas. El año pasado recaudaron 13 millones de dólares y éste esperaba llegar a los 15. Rossber y su equipo llegan incluso a sugerir estrellas a los diseñadores, y utiliza el evento para promocionar modistos jóvenes. Por todo eso, el New York Times dice que la gala benéfica se ha convertido en una fiesta privada, una en la que ella elige los invitados y pone las reglas. Este año no dejó ver a la prensa en la presentación de la mañana y prohibió a todos los invitados de la noche que tomaran fotos del interior y las publicaran en redes sociales. Es decir: no selfis. Se escuchaba decir que probablemente, pretende guardar el secreto para un documental. Sin embargo, hubieron quienes no tardaron en desafiar la norma, si los músicos de rock y metal.

-Wooo Meg que hermoso... y pensar que es nuestra ultima celebración con "No violence woman's" Rose me saca de mi analisis temporal -Aún no sabemos si es la ultima Rose, se que por ahora tenemos que dejarla pero algún dia podriamos volver.

Mi sonrisa desaparece casi de inmediato, cuando veo que Josh está sentado justo frente a mi mesa, mirándome con ojos fijos, por segunda vez su mirada me da miedo, reconozco esa mirada fue en su townhouse, estaba furioso por el baile de la fiesta de shadam y mi almuerzo con Piero. Sin darme cuenta comprendo que yo también lo he estado mirando fijamente todo este tiempo, trago el champán como si tuviese dificultad para hacerlo, cuando veo que viene hacia aquí.

Cuando Rose le ve acercarse me mira molesta, se levanta bruscamente de la silla y nos deja solos –Hola –hola –le sonrió débilmente –Estas hermosa hoy, bueno siempre lo estas –Tu también te ves bien –A pesar de que le he dicho eso, veo que ha destrozado sus labios con los nervios, esa horrible manía que tiene Josh de morderse el cuero de los labios hasta rompérselos cuando está nervioso, me sacaba de mis casillas, tiene ojeras alrededor de sus hermosos ojos cansados y se ve ¿atormentado?

Me sonríe como si le doliera. –Cuando me miras así se que me estas analizando Meg, ¿cómo es que tu eres la única que puede descifrar lo que hay en mi puta mente? Soy un fracaso ordenando mis sentimientos, mis pensamientos, mi desgraciada vida y tu, con tan solo mirarme ya sabes lo que me sucede, lo que debes decirme y como decirlo.

Sus palabras me tallan el pecho, pero le sonrió con ironía –Quisiera que fuese tan fácil como crees que es, pero no. A veces no sé lo que te sucede en realidad, solo veo lo que tú me permites ver –No seas modesta Amor –amor, se que lo ha dicho en un impulso y veo como cada vez más se pone nervioso –Perdón, no porque no seas mi amor, eres mi amor y siempre lo serás, pero no debería llamarte así sobretodo porque no te demuestro que lo seas –suspira ofuscado –En fin, lo que quise decir es que, solo tú me conoces, como nadie lo hace, ni siquiera yo se que de mierda estoy hecho.

Sé que no es el momento para hablar de ello, pero me aprovecho de su momento de debilidad y le lanzo la pregunta – ¿Dónde estabas? – ¿Qué fue lo que paso con nosotros? –Meg... yo –comenzaba a decir cuando Alex Fith se acerco a nosotros –Hola Meg –Alex – enseguida siento el clima de hostilidad que hay alrededor nuestro, en seguida Josh espeta –Megan, para ti ella solo es Megan, Rose y yo somos los únicos que podemos llamarla Meg –escucho a Alex reírse por lo bajo, su mirada es fría pero su rostro angelical conserva la serenidad –Chicos por favor –Dime si te está molestando Meg –Josh se levanta bruscamente de la mesa –En lo que vuelvas a llamarla Meg, te romperé la cara y te sacare los dientes –Miro a ambos lados, deseando que nadie se dé cuenta de esta escena, Alex responde al desafío de Josh –Quiero ver que te atrevas –le espeta Alex –Fui yo quien la vio llorar cuando desapareciste, fui yo quien seco sus lagrimas y no dejare que vuelvas a lastimarla –Mi quijada llega al suelo, eso ha sido un golpe bajo de Alex contra Josh –Me levanto para formar una barrera entre los dos –Ya basta por favor, no hablen de mi como si yo no estuviese presente –Josh me mira de una manera que no se descifrar y entonces me suelta –Ya sé lo que sucede aquí, te estás acostando con Alex Fith ¿no es así Meg? –Queee... ¿cómo puedes decir eso? –No le faltes el respeto.

Trato de mediar con Alex, se que Josh no va ceder en esto –Alex por favor, no se peleen aquí, por favor te pido que no me hagan pasar por esto –deja escapar un suspiro como si le estuviese costando mucho trabajo aceptar lo que le digo –Hare lo que me pidas Megan, tienes razón no te hare pasar por esto –En pocas palabras te está diciendo que te vayas, que aquí entre nosotros sobra –Calla ya, déjalo estar – esta vez me dirijo a Josh con carácter y firmeza –Seguro es eso lo que quiere Megan –me pregunta Alex tiernamente mientras toma mis manos con delicadeza, un gesto que nunca vendrá por parte de Josh, asiento con la cabeza y Alex fulmina a Josh con la mirada antes de retirarse.

-Maldita sea Meg, no sabes el esfuerzo tan grande que estoy haciendo para no destrozar toda esta mierda ¿Cómo se atreve a decirme que él estuvo contigo, cuando yo me fui? –se acerca a mí y toma pone sus manos en mis mejillas –Tu eres mía Meg, nunca me fui, nunca te deje, siempre estuve allí en las sombras, todas las noches fui a buscarte en la casa de campo de los campell y tu no estabas allí, lo llame, llame a la basura de Alex Fith esa noche, por más que amenacé con incendiar su morada, si me decía que estabas allí, los gorilas en la entrada de su apartamento no me dejaron entrar a buscarte –Se me rompe el corazón al escuchar todo aquello –Dime que no es cierto Meg, dime que no has dormido con Alex Fith, dime que no ha habido otro hombre dentro de ti, lo matare, lo matare si te toco –Calla Josh, no digas esas cosas –Acaricio su rostro y cierra los ojos ante mi tacto –Por Dios... muero y vuelvo a vivir cada vez que me tocas –Josh... -susurro su nombre, para que las lagrimas no se me salgan en público.

Me besa la boca con fuerza, de una manera como si se estuviese ahogando y necesitara mi oxigeno para sobrevivir –Te necesito Meg, te necesito ¿Por qué Meg? ¿Por qué me enseñaste a sentir? ¿Por qué tenias que sensibilizar mi corazón? Sabía que serias mi perdición, tantos años evitando enamorarme de las mujeres con quienes salía y apareces tú y en una sola noche te metes bajo mi piel.

Vuelve a besarme y siento que estoy a punto de desmayarme, mi cuerpo pierde la voluntad cuando Josh lo toca –No sé qué decir Josh –digo en un susurro que parece más bien un chillido –No digas nada mi amor, solo vente conmigo –lo miro y creo que por un momento puede ver el dolor en mis ojos –Lo sé Meg, se que te he lastimado no una sino miles de veces, no te merezco, no sé porque siempre me das una oportunidad, siempre estás aquí para perdonarme y recoger la mierda que queda de mi –La respuesta es obvia Josh, porque te amo siempre vuelves y te dejo entrar porque te amo.

Tierna e inocente Dulce Desastre IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora