Capítulo XLV.

420 51 6
                                    

¿A caso escuché bien? Mariska estaba con otro hombre y su marido ni estaba enterado. ¿En qué te convertiste amor mío?, ¿en qué?

-Pues abre la puerta, dejalo pasar ni modo que se quede afuera ¿que no? -Dijo ella riéndose un poco, pero yo no entendía de qué.

De vuelta en el teléfono.

-Lamento dejarte, pero llegó mi esposo y tengo que atenderlo. Hablamos luego, no, mejor nunca. - Habló como si no fuera la Mariska que yo conocía.

-¿Qué te pasa? -Respondí furioso, me molestaba esa actitud de ella.

-¿Qué te pasa a ti? -Dijo molesta, muy molesta, estoy sorprendido.

-¿A mi? Nada. - Respiré profundo. -¿Puedes explicarme como es que estás con tu amante y con tu esposo bajo el mismo techo? -No pensé en lo que dije, simplemente lancé la piedra al aire.

-No voy a permitir que me hables así, no soy tú. ¿Sabes? Es una lástima que pienses eso de mi, me acabas de demostrar que no me tienes ni el más mínimo respeto. ¿Qué te pasó Christopher? - Pude escuchar que su voz estaba entre cortada, pareciera que estaba a punto de llorar.

-¡No! - Grité. - ¿Qué te pasó a ti? Por que dudas de mi amor hacia ti.

-Vete al demonio. - Fue la última palabra que pronunció antes de colgar.
¡Qué idiota eres Christopher! ¿Cómo pudiste decirle eso? Era obvio que no era su amante, me repetía una y mil veces. Si sigo así la voy a perder y para siempre.

Continuará...

Eres todo lo que necesito. (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora