Capítulo III

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- ¿Mucho tiempo más voy tener que hablar con el contestador?

- No está en casa- me dijo Rydel llegando a la cocina. Ambos habíamos venido a la cena semanal familiar.

- Eso me lo dice el contestador.

- Ya sé tonto, pero no está en casa. Le salió un trabajo en Canadá por unos meses y de fue. No tendría que decírtelo pero bueno.

- No sabía que seguías hablando.

- Riker, no dejó de ser mi mejor amiga. Es obvio que hablamos, pero no me pidas que te ayude porque sabes lo que pienso.

- Sisi, el otro día me estaba acordando de la fiesta de hizo Derek.

- ¿La de fin de año festejando que se graduaron?

- Esa misma.

- ¿Qué pasa con esa fiesta?

Fue en esa fiesta cuando la volví a ver, desde esa charla luego de la fiesta de Rydel que no sabía nada de ella pero siempre tenía un recuerdo constante de ella.

Habíamos organizado esta fiesta desde que éramos muy chicos, siempre quisimos celebrar cuando nos graduáramos.

Uno de mis compañeros ofreció su casa y avisarle a toda la gente posible para que todo sea un éxito.

Cuando me la encontré a Rydel supe que Emma debía de estar por ahí. Y la encontré. Estaba en medio de la pista de baile hablando con un chico que desconocía. De repente vi como fijo su vista en mí, ví como si ella intentará decirme algo con la mirada pero no comprendía. Hasta que

- Hey Riker hola!!- gritó y ví como le decía algo al chico antes de dirigirse hasta mí- Bien se ve que no entendes los llamados de ayuda.

- No entendía qué querías decirme. Estas muy linda hoy.

- Deja eso para más tarde- río- Estaba pidiéndote que vayas allá y me saques a ese pesado, pero lo hice por mi cuenta.

- ¿Por qué debo dejarlo para más tarde?

- Riker, conozco todas esas cosas. Y realmente no tengo planes de aparecer en tu lista.

- ¿Qué lista?

- Puedo haberte conocido hace unos meses, pero el colegio habla, tu hermana habla.

- Tenes una mala imagen mía por lo visto..

- Tengo la imagen que le das a todos, aparte todavía no supere a mi ex y no quiero a alguien más en mi vida.

- Tenes el corazón roto, capaz pueda ayudarte.

- Esa frase la escuché varias veces, no necesito a nadie en serio.

- ¿Para divertirte tampoco?

- Me divierto mucho así como esto, pero si aceptar tu propuesta significa que dejes de insistirme tendría que promonerte yo algo.

- Te escucho atento.

- Vos garantizas que podés ayudarme, demostralo. Tenes toda esta noche, pero que quede claro no voy a ir a tu cuarto.

Let Her GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora