Capítulo 2: "El César de Riperius"

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-Hola preciosas...- saludo Rupert con un movimiento de cejas y una sonrisa ladeada. Las jóvenes rieron entre ellas y se alejaron con galante coquetería.- ¡Me encantan estos bailes! Nunca pensé que ser amigo tuyo.. tendría sus recompensas.- añadió con gran alegría mientras guiñaba el ojo a otra joven.
-Al menos uno de los dos se lo pasa bien.- contesto Lukas consternado, apurando su copa.
-¡Venga! No me digas que con tanta mujer guapa no se te sube la moral.
-Rupert, la gran mayoría de las damas presentes están aquí en busca de un marido honorable. Si quieres que alguna de estas jóvenes te... satisfaga, primero deberás ponerle un anillo en el dedo.
-¡Dios no lo quiera!- exclamó Rupert con espanto. Lukas soltó una leve carcajada.

La verdad es que el salón estaba llena jóvenes hermosas, que paseaban de un lado para otro en parejas de dos o más, sacudiendo sus abanicos con galantería y con ojos bien abiertos y coquetos a la caza de un buen partido. Como exigían los protocolos, los hombres debían pedirle a las damas bailar, algo de lo que Lukas alegremente rechazo de plano. Su tiempo en Londres era breve, no pensaba malgastarlo en falsas ilusiones y mal entendidos.

A su lado, Rupert seguía haciendo guiños y sonriendo a cada muchacha guapa que se le cruzaba. ¡El muy bribón! En su defensa debía decir que, a pesar de no tener título ni estudios universitarios, Rupert poseía un gran encanto y un porte digno de un Lord. Entre ellos especulaban que su verdadero padre era noble de alta cuna, algo que jamás lograron averiguar.

-¿Vamos a volver a más bailes de estos?- pregunto con alegría.
-No.- respondió secamente Lukas. Su amigo le miró con ceño fruncido.
-Venga... Luke, no prives a este pobre lobo de mar algo de diversión.
-Que no.- Rupert alzó las cejas varias veces con cara de falsa tristeza, algo que solía hacer cuando se salía con la suya.- Vale...- suspiro sin remedio.- Por que se que aún así,  vendrías sin mi y entonces  nos meterias a ambos en problemas.- Rupert le contesto con una sonrisa maliciosa.

Se quedaron un rato más en la fiesta. Rupert bailo con varias damas, las cuales quedaron encantadas con el, mientras Lukas charlaba con viejos conocidos y se ponía al día de las noticias. Era entrada en la noche cuando al fin decidieron partir. Salieron lentamente, charlando del baile y las nuevas noticias, cuando se toparon con un grupo de jóvenes que hablaban muy animados. Debían tener más o menos la misma edad que ellos. Los jóvenes,  un grupo de cinco y que al parecer estaban bebidos, los miraron con odio y repulsión. 

-¡De que vas! ¿Es que acaso estas ciego?- grito el chico con el cual se habían chocado.
-¡Mira por donde vas!- exclamó su amigo.
-A sido sin querer.- explico Lukas, sin ganas de pelear. Rupert ya se estaba calentando las manos, preparado.
-¡Ten más cuidado!- grito otro.
-¡Imbéciles!- Rupert hizo el amago de lanzarse a ellos, pero Lukas lo paro. Entonces, dos caballeros llegaron hasta ellos.
-¡Acer! Te estábamos buscando. Tyler decía que no, pero yo aposté a que si. ¿Verdad que el otro día ganó Tornado? Ese caballo es un verdadero campeón.- Acer, que al parecer era con quien habían chocado, se giro de mala gana y hablo como si estuviera escupiendo las palabras.
-Sí,  James...
-¡Ves, te lo dije! Elijah no mentía.- festejo James mientras Tyler le daba lo acordado.
-...Pero ahora, tengo que darle una paliza a este...
-Yo no te aconsejaría hacerlo.- le dijo Rupert crujiendose los nudillos.
-¿Sabes quien soy? Soy Acer Broling.- Lukas y Rupert pusieron cara de no saber quien era, cosa que lo mosqueo más.- Soy marques y puedo hacer lo que quiera.
-Y yo soy el César de Riperius y como sigas así,  te voy a meter tu título y tu fortuna por el...- dijo Rupert encarando a Acer.
-¡Calma!- grito James poniéndose entre los dos. Ambos se separaron y se tranquilizaron.- Espera un momento... tu... tu eres Lukas. Lukas Morgan.- dijo con asombro James. La verdad es que a Lukas también le había sonado mucho su cara, alguien de su pasado.
-¡¿James Knight?! ¡Dios mio, has cambiado!- exclamó Lukas abrazando a su viejo amigo.
-No tanto.- respondió James con una sonrisa ladeada.- Hace años que no nos vemos. Lamente mucho lo de tu madre. Ella... nos ponía al tanto de tus aventuras.
-¿En serio?- pregunto Lukas con ilusión. James asintió.- Vaya, yo...
-No sabes la cantidad de veces que te he envidiado,  viajando y viendo tantas cosas. Pero me alegro de que al fin estés aquí.
-Ya... tendrás que ponerme al tanto de todo.
-Tampoco hay mucho que contar.- dijo James con alegría mientras se alejaba un poco del grupo con Lukas. Pero, aquello no le gusto a Acer.
-James, no te metas. Este caradura pagará por empujarme.
-Veréis... Os dejaría pelearos entre vosotros, de verdad. Seria una gran apuesta. Pero seria dinero facil, saldriais perdiendo.- dijo James con poco interés.
-¿Por qué?- dijo uno de los jóvenes.
-Troy, tal vez tu estado de embriaguez no te ha dejado ver que estas hablando con dos curtidos marineros que podrían ser capaces de acabar con vosotros en cuestión de segundos. Al César de Riperius no le faltan ganas de pegaros.- explico James mientras Rupert asentía.- Así que, amigos míos, nos marchamos. Caballeros, que tengan una buena noche.- y acto seguido se marcharon. El grupo de beodos miraban con fastidioso asombro como se alejaban de ellos.
-Es verdad, no has cambiado. Siempre has sabido como salir de los problemas airoso.- dijo Lukas nostálgico.
-Una cualidad que me acompañará siempre... Espero.

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-¿Y que me dices de lo que paso en el mar Caribe? ¿De verdad paso?- pregunto James con gran entusiasmo. -Pues más o menos si. Tampoco quería asustar mucho a mi madre. Pero aquello tuvo un final algo agridulce.- respondió Lukas.

Era la mañana siguiente al baile. James había insistido en quedar, en su cabalgata matutina, con su viejo amigo y charlar de todo. Pero no hubiera echo falta tanta insistencia,  Lukas se moría de ganas por estar con James de nuevo. Le había dado tantas vueltas por la noche, mientras intentaba dormir. Millones de recuerdos de su infancia acudían a el. Los Knight siempre habían estado en sus mejores momentos e inclusive en los peores. Había esperado la mañana como u  niño pequeño que espera ansioso su regalo de Navidad.

-¿Qué pasó?- lo instó a seguir James mientras se removia un poco en su montura con nerviosismo.
-Pues... fue un combate bastante duro. Aquellos piratas dejaron varias bajas, pero al final pudimos con ellos. Eso sí, me dejaron el barco bastante mal. La cosa termino asi: me enfrente a un grandullón que me dio una paliza, me dejo inconsciente y con una gran brecha en un costado. Me desperté al día siguiente.- explico Lukas con algo de vergüenza.
-Fue un gran día.- añadió Rupert, que había insistido en acompañarlos. James empezó a reírse.
-¡Menuda aventura!
-En defensa de Luke, diré que escogiste al pirata más grande y fiero de todos y que cuando me enfrente a el, ya me lo habías dejado muy cansado.- dijo Rupert palmeando la espalda de Lukas. Este lo miro con fastidio.
-Anda, cuéntale por que te llaman el César de Riperius,  ¿eh?- dijo Lukas con sorna.
-¿César de Riperius? Ayer se lo dijiste a Acer.- recordó James.
-No es nada. Sólo es un título que me pusieron en una isla donde estuvimos varados.- dijo Rupert encogiendose de hombros.
-Pero cuéntale más.- insistío Lukas.- Era una isla preciosa, muy pequeña, la verdad. Una isla africana, llena de vegetación y hasta tenia una montaña y un río. Poco más. Pero vivía un pueblecito. Hablaban nuestro idioma perfectamente por que habían ido unos misioneros italianos a enseñarles.
-Estaban bastante culturizados para ser un pueblo escondido.- añadió Rupert.
-Cuando nos vieron, se alegraron mucho y nos agasajaron. El único que no había bajado aun del barco era Rupert.
-¡Me había puesto malo! Pero en cuanto me sentí mejor baje. Como sois unos grandes amigos, me dejasteis solo y tuve que apañarmelas para encontraros.- explico Rupert con fastidio. James los miraba de hito en hito, con una gran sonrisa, escuchando sus aventuras.
-¡Tendrías que haberlo visto! Apareció de repente, sucio, lleno de barro, con su espada en mano abriéndose camino entre la maleza y con una corona de hojas en su cabeza. ¡Lo confundieron con un César!- exclamó Lukas riéndose. James se le unió y casi se cae del caballo.
-Sí,  sí, muy gracioso. El pueblo se llamaba Riperius en honor a un antiguo jefe que tenían que los había ayudado a sobrevivir, yo soy Rupert y las coincidencias en el nombre lo vieron como una señal divina. Hicieron un banquete en mi honor y ya está. Fin.
-¡No está! ¿Diles cual era el menú del banquete?- dijo Lukas para q te continuará.
-La tripulación. Querían que me los comiera. A todos.- respondió Rupert sin ganas.
-¿Eran caníbales?- pregunto James, Lukas asintió y James volvió a reír.
-Salinos corriendo de ahí y no volvimos más.
-¡Cómo para hacerlo!- espetó Rupert. Enfilaron sus caballos de vuelta. Fue entonces cuando oyeron a alguien que llamaba a James.
-¡James! ¡Te he estado llamando!- grito una dama.
-Perdon, Kat, no te he oído. Estos dos me estaban contando algo realmente divertido.- le dijo James a su hermana. A lo lejos vio como su sobrino también se acercaba.
-Katerina no te vuelvas a ir así.- le regaño Caleb. Esta la miro a modo de disculpa.
-Oid, no se si os acordaréis de Luke.- dijo James a sus parientes.
-¿Morgan?- dijo Caleb, reconociendolo.
-¿Luke el pecas?- pregunto Katerina recordando el viejo mote que ella le había puesto.
-Sabes que no me gusta que me llames así.- le dijo Lukas con una sonrisa.
-Y sabes que a mi nunca me importo.- contesto Katerina devolviendole la sonrisa. Se oyó una tos.
-A si, este es Rupert, mi segundo al mando y gran amigo. Ella es Katerina, su hermana y el es Caleb, su sobrino.- los presentó Lukas.
-¿Sobrino?
-Sí, es largo de contar.- dijo Lukas. Los tres Knight se rieron.- Me pasé mi infancia divirtiedome con estos dos y con Lady Knight persiguiendonos a todas partes.
-¡Hey! También quería divertirme.
-Eras una niña pesada y parlanchina.
-Y tu un sabelotodo muy torpe.
-¿Siempre era así?- le susurro Rupert a James y Caleb. Ellos asintieron y los tres se echaron a reír.-Bueno, me encantaría oír como una bella dama te apalea verbalmente pero, tienes una reunión importante que no puedes eludir.
-Es verdad.- recordó Lukas la cita.
-¿Nos vemos esta noche, en la fiesta de los Longboottom?- pregunto James.
-Sí, claro. Hasta esta noche.- les grito mientras se alejaban al trote. Aes soltó una carcajada mientras los veía alejarse.
-¿De que te ries?- pregunto Katerina mientras se dirigían a casa.
-Recordaba algo que me han contado.- ella lo miraba fijamente para que siguiera.- Sobre un César de Riperius...

Secretos Compartidos (Saga por y para siempre #2)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang