Todo el instituto presencio la escena cuando los policías te colocaban las esposas, a través de tu camisa de seda se veía tu sostén blanco, tus tacones se rompieron, y tu pollera se agrieto justo cuando entraste en el auto del patrullero, la mejor parte fue tu sonrisa perlada.
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Todo el instituto presencio la escena cuando los policías te colocaban las esposas, a través de tu camisa de seda se veía tu sostén blanco, tus tacones se rompieron, y tu pollera se agrieto justo cuando entraste en el auto del patrullero, la mejor parte fue tu sonrisa perlada.