¿Siempre fuiste tú?

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Mansión Wayne, 7:42 p.m.

Clark llegó hasta entrada la noche, ya que sabía que Bruce no lo recibiría de la mejor manera por lo de ayer. Con su visión logro divisarlo en el estudio de la mansión, firmando papeles y con el ceño levemente fruncido en señal de concentración, su respiración era calmada al igual que su palpitar, lo cual era bueno.

Con el corazón palpitante, descendió hasta el suelo, y camino unos pasos para estar enfrente de la entrada principal y antes de siquiera ppder tocar, está estaba siendo abierta por Alfred.

—Bienvenido, señor Kent—. dijo amigable el hombre mayor dejándole pasar hacia el interior.

Pasando rápidamente, le dio una sonrisa nerviosa —Gracias Alfred.... ehm... pués, ¿estará Bru-?

—No te esperaba por aquí—. siendo interrumpido por el caballero de la noche, volteó a verlo.

Sabía que Bruce se había dado cuenta de su llegada, era algo predecible, pero creyó que al menos podría intercambiar unas palabras con Alfred para saber cuan molesto estaba Bruce.

El hombre de acero no respondió, y el pelinegro se quedó con porte impasible. Sí hubieran podido quedarse así durante horas lo harían, pero el carraspear del mayor de los tres lo evitó.

—¿Desea que prepare algo para merendar señor?—. preguntó amablemente el mayordomo, ignorando la tensión entre ellos dos.

—No gracias Alfred, Clark solo se quedara un momento—. negó el pelinegro, mientras le hacía una seña al Kriptoniano para seguirlo.

Alfred asintió y se despidió del Kriptoniano no sin antes darle una mirada, que para Clark tuvo mucho impregnado.

Luego ellos emprendieron su caminar por el pasillo, llegando al mismo estudió en que había estado Bruce.

Al ingresar el pelinegro cerro la puerta y se dirigió a su escritorio para tomar unos papeles, mostrando con claridad su falta de entusiasmó de tenerle ahí.

—¿Qué estas haciendo aquí?—. dijo sin mirarlo, y con tono tosco.

Clark se sintió momentánea mente arrepentido de haber venido, sus nervios no le dejaban pensar bien, y estaba seguro que diría algo estúpido en cualquier momento, su cuerpo estaba totalmente rígido y de pronto sintió como la habitación se reducía de tamaño. Solo quería regresar sobre sus pasos e irse.

Pero...

Sabía que rindiéndose no ganaría nada.

Carraspeo un poco y camino hacía el escritorio lentamente —Quería venir a disculparme contigo—. después de eso vio como el pelinegro se sentaba y seguía sin digirirle la mirada, sintió algo de gracia ante esto, pero no dijo nada —No debí haber actuado... así—. dijo haciendo un gesto exagerado —Y quería mostrarte el significado de esas marcas.

Vio como él pelinegro al fin alzaba la vista y dejaba los papeles de lado y mostrando interés, sonrió satisfecho —. Necesito una hoja de papel y un lápiz

Bruce alzó una ceja dando a entender que quería que solo soltara lo que tenía que decir, pero le dirigió su mirada más firme. Al final Bruce busco las cosas, y se las dio.

Clark escribió en la hoja hoja lo mismo que estaba impreso en la piel de Bruce, colocó la hoja enfrente de él, quién la miro escéptico, tomando una bocanada de aire, aflojó sus músculos y se arreglo los anteojos .

—Éstos patrones son de mi mundo natal... y lo que está escrito es mi nombre—. dijo sin mas.

Bruce abrió lo ojos después de esas palabras, y sus músculos se tensaron imperceptiblemente para cualquiera, excepto para él.

★◇ Parejas Predestinadas★◆Where stories live. Discover now