14: Herencia Familiar

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*En la imagen, Hedwig II.


Albus no le dijo a nadie más que a Rose sobre la conversación que mantuvo en la chimenea con Scorpius. Bueno, a nadie más salvo por Teddy. Y es que ambos primos estaban de acuerdo en que Teddy era de confianza y seguramente entendería que, en cuanto el mortífago tratara de llevarse la Varita, ellos lo enfrentarían. Sólo necesitaban saber cómo vencer a la varita más poderosa del mundo.

-Chicos- dijo el metamorfomago –Si creen que ese mortífago de verdad irá a Hogwarts a buscar la Varita de Saúco, solo les diré que no intenten entrometerse. Hablen con McGonagall, ella sabrá que hacer.-

-Pero Teddy, ella nos dijo que era imposible traer a alguien de la muerte- se quejó Rose.

-Pero ahora ustedes saben lo de la Varita de Saúco- prosiguió el chico –Seguramente entenderá todo y evitará que se acerque al colegio.-

-¿Usando la misma defensa que funcionó tan bien en la Batalla de Hogwarts?- soltó Albus.

Teddy fijó la vista en el piso. Albus estaba consciente de que a Teddy no le gustaba para nada hablar sobre la Batalla de Hogwarts, pues sus padres murieron allí. Sin embargo, todo ese asunto del Hechizo de la Resurrección lo tenía bastante estresado.

-No se metan en problemas- dijo secamente, antes de levantarse y dirigirse a su habitación.

Los días parecían pasar bastante rápido y, antes de que se dieran cuenta, ya se dirigían a Hogwarts a bordo del tren.

Mientras Victoire se fue con sus amigas del último curso de Ravenclaw y James con Luke Jordan y un par de mellizas castañas de tercer año, Albus y Rose se encargaron de buscar a Scorpius por el tren.

Lo encontraron minutos más tarde, por el pasillo del tren.

-Hola, Scor- saludó Albus.

-Hola Al, hola Rose- saludó Scorpius.

-¿Qué tal tus navidades?- preguntó Rose.

-Como siempre- respondió Scorpius –Mis padres estaban invitados a cenas aburridas todos los días, a las que siempre debía asistir.-

-Suena mal- comentó Albus.

-Un día me hice el enfermo para no tener que acompañarlos- dijo Scorpius.

-Eres todo un criminal- ironizó Rose.

-Bueno, dejemos las bromas- interrumpió Albus, bastante serio –Tenemos que hablar.-

Durante el transcurso del viaje, Scorpius contó todo lo que sabía sobre los mortífagos. A pesar de que su padre y su abuelo no le contaban gran cosa, si que había alguien que le había hablado de ellos: Bellatrix Lestrange.

-Hay un retrato de Bellatrix Lestrange en mi casa- dijo Scorpius –Cuando era más pequeño, ella me empezó a hablar de los mortífagos. Pero un día, mi padre se enteró y llevó el retrato al sótano. Nunca volví a verla.-

-¿Qué te decía?- preguntó Rose, con miedo.

-Me hablaba de la época en la que los mortífagos tenían el control del mundo mágico, dijo que todos les temían.- informó Scorpius.

-¿Nunca te habló de la Varita de Saúco?- preguntó Albus.

-Una vez.- dijo Scorpius –Me habló de cómo mi padre la consiguió, y afirmó que era un cobarde porque no logró matar a Albus Dumbledore, ni a Harry Potter.-

-¿Y luego?- quiso saber Albus.

-Mi padre nos encontró- finalizó Scorpius –Y me dijo que nunca intentara hablar con ella de nuevo.-

Albus Potter y el Hechizo de la ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora