Nuevo yo

2.3K 208 58
                                    


Disclaimer: Los personajes de One Punch Man no me pertenecen, sino a su autor (a nomino), El manga es ilustrado por Yusuke Murata y One (historia), el anime pertenece a los estudios Madhouse. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Saitama/Genos

Aclaraciones y advertencia: Este fic romance, lemon, mención de mpreg y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

Resumen: Omegaverse. Genos hará lo imposible para demostrarle a Saitama que él es digno de estar a su lado y formar un vínculo entre alfa y omega.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

En la imperfección, está la perfección

Capítulo 03.- Nuevo yo

Genos no regresó a casa ese día, ni el siguiente, pero Saitama no se preocupó, sabiendo que el cyborg se encontraba con el científico, sin embargo, al pasar la semana, comenzó a temer, ¿qué tal si el rubio había decidido no regresar? Un alfa y un omega sin marcar (aunque éste ya ni siquiera oliera a uno). Miró su apartamento, sin la presencia del rubio se veía más grande, solitaria, pero sobre rodo fría. En los años que estuvo en solitario, encontró agradable, reconfortante, no tener a nadie más que él mismo, era complicado cuando el celo lo atacaba con ese calor incendiando sus entrañas y humedeciendo su entrada, exigiendo la atención de un alfa. Cuando el Saitama, el omega murió y nació el beta, ese único inconveniente desapareció.

Al llegar Genos a su vida —invadirla—, éste rápidamente se volvió algo indispensable para él; Saitama se dio cuenta que se había adaptado tan bien a la presencia del cyborg, como si ésta siempre hubiese estado ahí.

Saitama dejó escapar un pesado suspiro; recogió el pote del ramen instantáneo y lo llevó a la basura; ese día hubo una excelente oferta de sopas instantáneas y no perdió la oportunidad «aunque estaría comiendo eso por días, al encontrarse solo». Se acomodó en el suelo, quizás ver las noticias lo ayudarían a no pensar y con suerte, podría enterarse de algún buen descuento o kaijin atacando. Nada. Tal parecía que el destino conspiraba para hacerlo sentir mal y no darle ni un solo momento para olvidar el peso que le agobiaba.

—¡Sensei, estoy en casa! —la voz de Genos resonó por todo el departamento, que ante los ojos de Saitama, había recobrado todo el color y esa atmosfera pesada se disipaba como si jamás hubiese existido.

—Bienvenido —no miró a Genos, incluso fingió estar atento al televisor y su aburrido programa sobre enlatados.

El cyborg se mantuvo en su posición cercana a la puerta, temeroso; ¿qué tal si a su maestro no le gustaba el cambio?, tal vez estaba enojado porque no le informó de su larga ausencia. Apretó el pequeño paquete entre sus manos: un libro de cupones de descuentos de edición limitada que el doctor Keseno le había dado «para iniciar el cortejo» aunque Genos no pensaba dárselo por ese motivo.

Su maestro merecía a alguien mejor que un alfa débil, que no era más que una tostadora ambulante.

—Sensei —lo llamó armándose de valor —. Disculpe haberme ausentado tanto tiempo sin pedirle permiso.

Esto trajo la reacción deseada, pues Saitama por fin se dignó a verlo. El hombre calvo quedó sorprendido por lo que tenía frente a sus ojos: era Genos, sin duda, pero se veía diferente; ¿qué pasó con sus partes robóticas?, ¿por qué ahora lucía más... humano (y guapo)?

—El doctor Keseno me hizo una nueva actualización —¿eso era un sonrojo lo que Saitama veía en las mejillas de Genos? —. Tengo un nuevo recubrimiento a base de nanorobots que funcionan como piel; su funcionamiento ayudará a mi reparación inmediata, reduciendo el tener que visitar al doctor Keseno, aun cuando el daño sea críptico. Mi velocidad, reflejos y fuerza de ataque también se vieron beneficiados, sin contar con...

En la imperfección está la perfección.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora