PRÓLOGO

8.2K 364 13
                                    

Después de haber conducido casi doscientos kilómetros, apenas tomando un descanso de tres horas en un pequeño y raro motel que quedaba en el camino, me encontraba conduciendo por la carretera llena de curvas de aquel camino. Los párpados me pesaban, debido a no haber descansado lo suficiente, porque en la habitación de al lado del lugar en donde había tomado una siesta, habían unos tipos hebreos y discutiendo por no sé qué cosa. Creo que había dormido como una hora, y las dos restantes solo había pasado recostada en la cama, tapada con mi chamarra de de terciopelo que mi madre me había regalado unos años atrás, la cual nunca imaginé que tendría en estas condiciones, pero era lo suficientemente caliente como para pasar una noche sola, a cientos de kilómetros de mi hogar, con un destino incierto y poco probable de un final feliz, pero ahí estaba, en medio de la nada, escuchando gritos y groserías en la habitación de al lado, recostada en una cama con un historial que no me gustaría saber, viendo al techo, sin poder imaginar en dónde o quién estaría en las próximas horas de este viaje peligroso, pero totalmente convencida de que tenía que hacerlo para conseguir mi paz interior, y si llegara a morir pronto, moriría en paz.

Eran las tres de la mañana y mi estómago comenzó a hacer ruidos extraños, sin embargo no me preocupé demasiado, puesto que solo contaba con seis dólares, la mitad de un capuccino que había comprado al salir de la ciudad, un pedazo de papel totalmente arrugado con una dirección escrita y una fotografía vieja y rota por la mitad. No sé por qué no tomé más dinero al salir de casa. Esperaría a que amaneciera para parar en un cajero, sacar un poco de dinero y tener un desayuno digno de una chica que había conducido tanto, dormido solo una hora, que estaba sola en un lugar en el cual no quisiera estar, pero estaba porque tenía algo inconcluso en su vida.
Antes de que entrara la noche del día anterior, aún pensaba en desistir de este viaje y dirigir mi auto en dirección contraria, porque realmente me aterrorizaba ir a ese lugar lleno de personas que no me agradaban, y me aterrorizaba más encontrarme con la persona que precisamente buscaba. Podía imaginar su aspecto actual, ya que no había sabido nada de él desde hace diez años, mucho menos había vuelto a escuchar su voz o ver su rostro. Por decisión propia, después de haber sufrido tanto en intentar incontables veces sacarlo de mi vida, conseguí finalmente alejarme de él con la firme convicción de no volver a saber nada de él por el resto de mis días. Pero era lo suficientemente idiota como para hacer lo que hacía y también lo suficientemente curiosa como para adentrarme en este viaje con un objetivo que ni yo misma sabía, pero sí sabía la mirada que sostendría cuando él estuviera viéndome a los ojos.

Aunque temía a su reacción, no podía esperar a verlo a los ojos nuevamente y sostener el orgullo que he construido los últimos diez años. Ansiaba tenerlo frente a mí nuevamente.

------------------------------------

Nueva historia. Espero que les guste.

He regresado a la escritura.

20 Kilómetros Para Llegar A Casa [Suspendida temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora