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Y los segundos pasaban , igual que los minutos y más tardes las horas , hasta dar las once y media de la noche.

– creo que debería irme – digo. Ella asiente.

Se levanta , yo hago lo mismo. Nos dirigimos a la puerta en silencio y a la hora de despedirnos no sé qué hacer , y al parecer ella tampoco.

Se queda mirando mis ojos y yo los de ellas.

Azul y marrón.

Se va acercando lentamente a mi.

Es el momento.

Pero no me besó en los labios , me dio un beso en la mejilla antes de decir en un susurro Adiós.

– t-te veo ... Te veo el lunes.

Y cuando salgo de la casa quiero golpear algo por lo idiota que soy.

Ella no siente algo por ti , idiota.

Cállate , Pancho.

Un idiota enamorado #1Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum