*En este instante hay 7,403,305,706 billones de personas en el mundo, y una de ellas marcará tu vida para siempre. Cuando menos te lo esperas en el momento exacto que pierdes toda esperanza llega tu humano predestinado y tu vida da un giro de trescientos cincuenta grados y todo cambia.
Mire a Clara y vi su rostro emocionado y su ceja dando una expresión curiosa a la vez, esperando que continuará mi narración. Volví mi mirada al pasto y pensé en ella, ella fue mi persona, de siete billones de personas fue ella quien estuvo en el momento exacto para salvarme.
-¡Tierra a Addie!
-¡Addie a tierra- replique asegurando mi aterrizaje que irónicamente significaba volar hacia el recuerdo de aquella noche inesperada y confusa otra vez. Cuál pasó de ser el susto más grande de mi vida a lo mejor que me a pasado.*
-Wow...Um..Muchas gracias.- dije al fin huyendo de su mirada, ahora dirigida a él tipo inconsciente en el pasto.
-Dios.-susurro cerrando los ojos y después los abrió como si recién despertara de una pesadilla. Me miro alarmada cerró los ojos otra vez y cubrió su rostro dejando caer el fierro. -Lo mate. Tenemos que salir de aquí antes de que llegue la policía y vaya a la carcel y pierda mi tienda y todo se vaya a la caca del toro.
Solté una carcajada y toda mi tensión bajo un poco. Era muy linda.
-Cálmate no está muerto mujer, solo está inconsciente.-trate de calmarla porque yo ya estaba drogada y ella diciendo cosas como, "Caca del toro" no ayudaba a mi cerebro.-Solo ayúdame a caminar a una cafetería no sé con que me mierdas me drogo pero casi no puedo moverme.
-¿Y para qué quieres ir a una cafetería? -preguntó mientras recogía el fierro del suelo y movía al hombre como para comprobar si tenía alguna gota más de vida en su cuerpo.
-Para ver si se me quita esto con un café. Me bailan las neuronas.- explique y coloque mi mano sobre mi oído derecho.
-Bien, ven te ayudo grandulona.
-Muchas gracias enana extraña.- dije burlándome de su estatura mientras colocaba mi brazo alrededor de sus hombros.
Un gemido seguido de un gas provino del cuerpo del tipo y las dos pegamos un grito de niña cuando abrió sus ojos.
-¡De prisa! ¡Móntate! - ordenó la chica abriéndome la puerta del pasajero de; supuse su auto.
Me apresuré a entrar y ella tiró mi puerta y despego rodeando el carro, se montó y arranco fuera de allí.(.....)
Estacionó el carro frente a una cafetería pequeña que nunca había visitado antes y luego me miro. Había sido un camino corto y callado hasta allí; solo se escuchaba el sonido proveniente de las ruedas contra el asfalto. El silencio era raro no sabía ni su nombre pero había sido extrañamente confortable.
Nos bajamos y agradecí a las estrellas que ya podía sentir mis piernas. Ella medio segundo se encontraba a mi lado agarrando mi brazo con esa expresión preocupada otra vez como si me conociera de toda la vida. ¿De dónde le salía todo esto de salvarme? ¿ Salía por las noches a rescatar almas perdidas o que? Ósea no me quejo. Ojalá anduvieran todas las chicas lindas salvándome por ahí.
-¿Puedes caminar?- preguntó interrumpiendo mis pensamientos.
-Tengo calambre creo que deberías ayudarme aun.- dije y ella no lo pensó dos veces para envolver su corto brazo alrededor de mi torso.
-¿Mejor? - Preguntó y me di cuenta de que me iba a divertir mucho con ella.
-Mejor, pero aún no me como el snickers.-
Mi dedico una sonrisa de complicidad, alzando una ceja y al fin soltó una risita muy particular y embriagante.
-Por lo que veo te gusta hacer chistes.-
-Por lo que escucho me va a encantar hacerte reír.- dije refiriéndome a su risa y ella me dio esa mirada otra vez.
-Eres muy niña para mí y no quiero ser encarcelada por secuestro y pedofilia, gracias.- Levanto su dedo índice, puso sus ojos en mis labios y siguió por tocar la punta de mi nariz. Me guiñó un ojo y abrió la puerta de la cafetería.
¿Mayor que yo? Okay esa no me la esperaba. Espera. ¿Por qué estaba tan cerca? Y ¿Porque me guiñó el ojo? Dios, debe ser la droga. Tome asiento en una de las pocas y pequeñas mesas en el lugar y la mire como caminaba hacia la mesa con dos cafés y un cartucho en sus manos.
-Cumpliré los 18 en tres meses. Además no eres tan mayor señora pedofilia. Digo mírate, si por apariencia fuera podrías ser mi hermana pequeña.- contraataque y tome un sorbo de café.
-Ew eso es incesto.- dijo y solté una carcajada mientras tragaba causando que sintiera hasta mi intestino quemarse. Tosí sin poder de reír a la vez.
-Por Dios. ¿Intentas matarme?- Pregunté sin poder evitar una sonrisa gigantesca.
-Acabo de poner en juego mi libertad condicional por salvar tus nalgas. ¿Tú que crees?- mi sonrisa se cayo y rápidamente levante un tenedor para apuntarle con el.
-¿Eres convicta?- pregunté asustada e inmediatamente me sentí tonta al verla perder todo su aire de la risa. Me pegue en la frente y ella me miró sonriente y me quede embobada. ¿Cómo alguien puede brillar así a estas horas de la madrugada?
-¿Cómo te llamas?- Preguntó y sus ojos oscuros brillaron en mi mirada azul mezclándose creando el azul marino del cielo en las noches y supe que esto sería el Titanic modernizado.
-Adeline. ¿Y tú?-
Levanto su ceja por tercera vez en la pasada hora, mostrando que era uno de sus hábitos. Separó sus carnosos labios y las próximas letras que salieron de su boca nombraron toda mi vida después de esa noche.
-Merianelle.
Perdón por la tardanza. Dejen sus comentarios. Muchas Gracias - Dayii💕
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Nadeline
Historical FictionAddie es una chica de 17 años que nació en un hogar religioso. Tristemente para sus padres ella es algo inaceptable para su religión. Aprenderá como sobrevivir las expectativas de no sólo su familia, si no también de la sociedad al descubrir que se...