Capitulo 5 "Sirens"

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Llegamos al parque en cuestión de cinco minutos debido a que siempre hemos vivido en la misma zona desde pequeñas y a pesar de mudarnos siempre íbamos a aquel lugar a contarnos las historias secretas. Salí de el auto y Oli salió justo después de mi siguiéndonos hasta llegar a la sombra de la arboleda donde tendíamos una manta en el suelo aunque no hiciéramos picnic.

-¡Acaba de hablar! - exclamó Clara con desesperación- ¿De dónde es? ¿Qué edad tiene? ¿Va a nuestra escuela? Y lo más importante. ¿Dónde la conociste?

-Respira mujer no te ahogues, despacio- pedí con calma y dejando escapar un suspiro seguido de una risita al recordar de el lío que me había salvado aquella chica. Las imágenes de esa noche regresaron y me recosté en la manta escondiendo mi rostro en Oli.

-La conocí en la fiesta de Sophia

-¡Ay no! Me emocione por nada. Seguro es una mal cojida. Me contaron que estabas más borracha que una uva Addie, no inventes- escupió todo sin respirar.

-¡Cállate ya! Pareces perico. - la regañe en buen plan, no estaba enojada.

-Okay, Okay pero que sepas que desde ya me opongo.- afirmó dramática para después acomodarse a mi lado y allí mientras mirábamos al cielo comencé a contar.

*

- Espera, espera - me separe de la chica cuando sentí que su mano se dirigía a mis pantalones. Había perdido a Sophie y había terminado en el bar pidiendo cervezas que de alguna manera me llevaron hasta aquí.

-¿Qué pasa guapa? Pensé que te gustaba- trato de halarme por los hombros pero la aleje. Estaba muy ebria y comenzaba a ver doble. Salí del pequeño baño y corrí entre la multitud de gente por la sala de estar y el pasillo hasta terminar en el patio trasero de la casa. Me estaba arrepintiendo seriamente de asistir a la maldita fiesta al sentir que la tierra se movía bajo mis pies. "Fabuloso Adeline como se te ocurrió no traer el auto." Me dije a mí misma al palpar mis bolsillos y no sentir las llaves.

Camine directo a la puerta trasera y luego de tres sólidos minutos de tratar de abrirla torpemente,lo logre. Después le hablaría a Sophie para avisarle pero no creo que notaría mi ausencia. Seguí andando por la calle oscura y agradecí que el ruido de la música fuera disminuyendo. Sentí unos pasos tras de mí y cuando hice el intento de correr mis piernas me fallaron y unos brazos gruesos agarraron mi cintura. Trate de girarme para ver su rostro y  golpearlo pero me halo el pelo antes de lograr mi objetivo.

-Epa- una risa asquerosa, ronca y fría trono en mi oído  - ¿Qué te ocurrió mariconsita? Te ves un poco mareada.

Trate de pegarle pero fue en vano, una ola de preocupación me inundó. Estaba increíblemente débil, si salía de esta nunca probaría un trago de alcohol nuevamente. Sacudí mi cabeza para concentrarme en lo que estaba ocurriendo.

-Tan hermosa es una lastima que te vistas así - jalo mi camisa hasta romper los botones.

-Bas.. Bastardo- hable pausadamente escupí su cara ya que no encontraba otra cosa que hacer para defenderme. Una sonrisa fría corrió por su rostro y se limpió con el dorso de su mano libre.

- Eres dura. Me gustan las fuertes- Rabia corrió por mis venas. Una vez más trate de pegarle y fallé. -No te resistas muñeca yo te voy a aclarar las ideas. - Sus labios ásperos se pegaron a mi cuello y yo grite ya con desesperación. Hacía mucho frío y por un segundo preferí estar en casa durmiendo, al fin y al cabo es la mejor forma de ignorar al mundo. -¡Cállate perra!- Continuó arrastrando su boca por mi cuello y mi cuerpo no quería escuchar mis mandatos. Las lágrimas salían ya cuando sentí que me resignaría a ser violada por un borracho y pensé que hubiera estado mejor en el pequeño baño con olor a mariguana y la chica emo que dejé en la fiesta de Sophia.

Decidí usar mis últimas fuerzas en un intento de pegarle en los huevos pero el anticipo mi ataque, empujo mi cuerpo contra una pared  y luego sentí la piel de mi mejilla abrirse al recibir un puñetazo.

Se dirigía a pegarme otra vez y cerré mis ojos esperando el golpe pero no llegó. En cambio escuche un quejido salir de su boca y abrí mis ojos al fin. Mi corazón regreso a mi pecho cuando vi la imagen de una chica agarrando un fierro de metal con ambas manos y observando al tipo desmayado en el suelo.

Mi mirada regreso a ella que ahora me miraba también y me dio ternura lo preocupados que parecían sus ojos oscuros pero brillantes. Me quedé perdida en su mirada hasta que escuche su voz y entonces creí estar soñando con sirenas.
*

Gracias por leer (: ¡Voten!

NadelineWhere stories live. Discover now