Capítulo 8

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Llevo despierta desde las seis menos diez de la mañana. No se porque pero no he podido dormir.

Creo que la razón es que he estado toda la noche dándole vueltas a la cabeza sobre Alex y Alba.

No quiero volver a pensar en eso, aunque mi cabeza no para de recordar las palabras de Alex. Él es mi mejor amigo y ya se que el no me ve como nada mas, pero yo me había hecho alguna que otra ilusión de que podía salir con el.

Hoy no es que me encuentre mucho mejor que ayer aunque tampoco me encuentro tan mal. No me apetece quedar ni con Alex ni con Alba y Miguel.

Al no poder dormir, me he levantado y me he ido al salón a ver un poco la tele. A las seis de la mañana no es que pongan algo de mi interés en la tele a si que he recordado que tengo una película que quería ver desde hace tiempo. Me la pongo y, como mi madre aun sigue durmiendo, la pongo al mínimo para escucharla yo.

Cuando me he dado cuenta, el sueño ha vuelto a mi por lo que no he podido terminar de ver la película.

No me he dado cuenta de que ya son las doce de la mañana.

Lo primero que hago el coger mi movil. Me veo tres llamadas perdidas de Alba y dos de Alex. No se que querrán.

No me hace falta llamarlos porque se donde los voy a encontrar. Siempre suelen estar en el banco de en frente de casa de Alex, a si que me dirijo hacia allá.

Cuando cruzo la esquina, veo a dos personas que parecen ellos pero no estoy muy segura porque se están, ¿besando?

Al principio no pensaba que eran ellos pero, conforme me voy acercando, sus caras se van haciendo mas nítidas y, efectivamente, son ellos.

No me lo puedo creer. ¿A ver sin me he equivocado y no son ellos? No creo, es una estupidez, claro que eran ellos, los conozco desde hace siete años por lo que se reconocerlos fácilmente.

Mi cabeza es un mar de preguntas.

¿Como ha pasado esto? ¿Pero, tan rápido? ¿Como puede ser esto posible?

Sigo sin hacerme a la idea. No se que pensar de todo esto.

Vuelvo ha casa con lagrimas en la cara. Por suerte mi madre no esta, por lo que no me puede hacer su súper encuesta para averiguar que me ocurre.

Cuando estoy en mi casa no para de dar vueltas a la cabeza. Es que no me lo creo. Es irreal, imposible y totalmente absurdo. No me puedo creer que en un día, Alex, le haya dicho lo que siente a Alba y ya estén saliendo, ¿o tal vez no?

No se. Mi mente parece una sopa de letras.

De repente oigo la puerta y, enseguida, me hago la dormida para que no parezca que he estado llorando y que, por tanto, mis ojos parezca que estén rojos de dormir.

Oigo a mi madre acercarse hacia mi:

– Cris, despierta. Cris...

– Ah. Hola mama. ¿Donde estabas?

– He ido a hacer un par de recados – responde. – ¿Has estado durmiendo hasta ahora?

– Si, bueno, he salido a despejarme un poco, pero enseguida he vuelto – contesto a su pregunta.

– De acuerdo. ¿Que te apetece para comer? – me pregunta mientras se dirige a la cocina.

– No me apetece nada, si eso ahora me hago una ensalada de frutas y ya esta.

– Cris no puedes comer solo eso, debes comer algo mas – me regaña sacando la sartén. – Bueno, haz lo que quiera. Ya eres mayorcita para saber lo que es bueno y lo que no.

Pongo los ojos en blanco. Cojo el movil y veo que tengo dos mensajes. Son de Alex. En este momento, precisamente no me apetece leerlos, la verdad, pero hago un esfuerzo y los miro.

"Cris"

"No me has devuelto la llamada. Estoy preocupado. Llámame."

Le devuelvo un mensaje en el que pone:

"Me acabo de levantar y no me encuentro demasiado bien. Tal vez un poco mejor que ayer pero no mucho. Mejor mañana te llamo y quedamos."

Me pongo a ver la tele un rato mientras mi madre termina de comer. Aun no me ha contestado Alex.

A los veinte minutos, cuando me dispongo a levantarme para hacerme la ensalada, oigo que me llega un mensaje pero no lo leo hasta que termino de prepararme la fruta.

Ponía:

"De acuerdo. Entonces mañana hablamos. Mejórate."

Le respondo un simple "Gracias".

Me termino la ensalada y, cuando dejo el cuenco en la mesa, me cojo el libro y me pongo a leer. No me puedo concentrar por lo que decido dejarlo y ponerme a ver la tele y, al rato, me vuelvo a quedar durmiendo.

Oigo a mi madre caminar, por lo que me despierto y ya no me vuelvo a dormir.

No me apetecía seguir encerrada en casa, por lo que me cojo las llaves y me bajo a dar un paseo, sin avisar a nadie, yo solo. No me apetece ver a nadie en estos momentos la verdad. No estoy muy de humor, que digamos.

Me voy de aquí para allá. He entrado en un par de tiendas y ahora me apetece sentarme un rato en un bar y tomarme algo mientras veo el mar.

El camarero me atiende bastante rápido. Le pido un refresco, el cual, a los dos minutos, esta encima de la mesa.

Durante media hora me quede sentada mira do el mar. Me tranquiliza verlo. No se porque, pero de siempre me ha pasado lo mismo.

Miro el reloj y marca la nueve menos cuarto. Decido pagar y subirme ya para casa.

Cuando estoy en casa me preparo un bocata para cenar y me lo como mientras veo la tele. En cuanto me lo termino, me voy a la cama. No espero a mi madre ni nada. No me apetece seguir dandole vueltas a la cabeza por nada. En seguida me duermo.

Ha sido un día un poco nefasto. Estaba deseando que se pasase. Mañana ya será otro día.

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⏰ Última actualización: May 25, 2016 ⏰

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