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Jack P.O.V:

Un minuto antes de subirme a la moto, siento cómo alguien me toca la espalda. Me giro con cara de pocos amigos y veo a Anne mirándome encuriosida.

-¿Qué ocurre?

-Quería saber si hoy te va bien que vaya a tu casa para hacer la tutoría.

-Tengo cosas que hacer.

-¿Ayer por qué te fuiste del instituto?-dice Anne, mirándome levemente de manera inquisitiva.

-No es asunto tuyo.

-Tus estudios a partir de ahora son asunto mío, y Heather me dijo que vio cómo te ibas con Ben Smith. -Dice Anne, con un intento de tono autoritario. Podría llegar a ser algo intimidante si no hubiera estado tan evidentemente incómoda y si no fuese por lo menos veinte centímetros más baja que yo.

-Déjame en paz, Anne. Lo que haga es asunto mío y de nadie más.

-Esta tarde en mi casa, a las cinco. Por favor.-dice Anne, pero yo le doy la espalda.

-No estoy para gilipolleces. Tengo muchas cosas que hacer.

-Tienes diecocho años. Deberías estudiar. Sé que no eres tan malo como aparentas, Jack. -Casi ruega Anne, y sus últimas palabras caen sobre mí como una jarra de agua fría.

-No tienes ni idea de lo que dices. Tú no sabes nada de mí. -Me aparto de ella bruscamente y me subo a la moto.

-Por favor.-oigo que dice antes de que arranque la moto. No creía que Anne llegaría a ser tan insistente. ¿Y a ella qué coño le importa que yo apruebe o suspenda? Igualmente tengo pensado largarme de aquí en cuanto termine el instituto. Cuando por fin tenga la puta mayoría de edad y me pueda largar de esta ciudad. Acelero hasta que llego al puerto de descarga situado al otro lado de la ciudad, justo al lado del río Hudson que separa esta ciudad de Nueva York. Aparco delante de un almacén de carga abandonado.

-Jack, creía que hoy no vendrías. -la voz de Jameson resuena por el almacén que usamos como gimnasio y miro al hombre.

-Hoy tengo combate, ¿no?-pregunto, más bien afirmándolo. Hoy tengo una batalla contra un niñato de Nueva York.

-¿No te ha avisado Adam? Os ha intercambiado las peleas a ti y a Mason. Él acaba de empezar y Adam cree que el público no pagará ni apostará por ver cómo un niñato de diecisiete intenta tumbar al León.

-¿Y sí que pagarán por ver hostiarse a dos críos?

-Tienen la misma edad que tú.

-Ellos son niñatos que van de rebeldes. Yo no.

-En fin, que hoy no peleas y que sales mañana al ring.

-Entendido. Dile al cabrón de Adam que la próxima vez me avise.

-No hables así de Adam, Jack. Él es el que te paga.

-La gente apuesta por mí. Y yo sé lo que me hago. -Aseguro, dando media vuelta y alejándome del gimnasio. Me vuelvo a subir a la Harley y doy unas cuantas vueltas por la ciudad. No sé que hacer. En teoría esta tarde iba a entrenar, pero si al final peleo mañana contra el León hoy debo cederle el gimnasio a Mason. No me iría a casa ni aunque me pagaran, Ben está con los Harrison y Carter está por ahí. Con mucha desgana decido presentarme en casa de Anne.

¿Qué haces siguiendo órdenes de una mojigata, imbécil?

Necesito aprobar para poder largarme de aquí.

Jack Williams preocupado por sus notas. Por favor, que alguien le traiga un casco para la moto también.

Dejo mi discusión mental y aparco la moto cerca del instituto. Marco el número de Ben y espero que este idiota lo coja.

Teaching the bad boyWhere stories live. Discover now