Capítulo 1

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- ¡CLAIRE!.- Demonios. De esta no salgo.

Me siento más cómodamente en el sofá de la sala esperando a que Albert entre por esa puerta.

- ¿Me puedes decir en qué diablos estabas pensando?.- Un muy furioso Albert cruza por la puerta rojo como un tomatito.

- ¿Me hablas a mi?.-

- Claire.- Dice con tono de advertencia. Suspiro con cansancio y me preparo para su reprimenda.

- Ellos se lo buscaron.- Me encojo de hombros despreocupada.

- Estás hablando del Consejo de Lobos. ¡Podrían hacer que te destierren o te degollen!- Tiro la cabeza hacia atrás.

- Eso es lo que más anhelan hacer. Yo sólo les dí una razón más.- Albert cruza los brazos aún enojado pero no tanto como antes.

- ¿De verdad? Claro, ni si quiera sé cómo conseguiste esas fotos de ellos de bebés en la bañera.- Rueda los ojos.

- Bueno, pase tiempo con sus madres y me mostraron su album familiar. Son unas mujeres muy agradables. - Albert suspira con cansancio.- Admite que fue gracioso. Sus caras fueron lo mejor.- Suelto una carcajada al recordar ese momento.

- Los hiciste quedar en ridículo frente a los Alfas de otras manadas.-

- Que más da. Ya me han mandado a los calabozos muchas veces anteriormente.- Me levanto y camino hacia la cocina. Se me antoja una manzana con nutella.

- No se si ésta vez te mandarán al calabozo. ¿Sabes lo que les pasa a los rogues? Ya Claire, por favor escúchame. Esto de verdad es serio. Te citaron en la sala de reuniones.- Me detengo de comer mi dulce manzana con nutella y me giro a verlo.

Su expresión de seriedad me alerta. Sé que nunca les he agrado a los del Consejo. Pero nunca me han hecho nada realmente malo porque siempre Albert me protegía. Sí, podría haber ido muchas veces al calabozo, pero no duraba ni un día. Los del Consejo suelen llegar ser muy malos.
El Alfa es un caso aparte, el sí es un total amor.

- Claire, esta vez no sé si pueda ayudarte.- Asiento.

No me queda otra que ir a la sala de reuniones y enfrentarlos.

- ¡Lo que has hecho es inaceptable! ¡Nos has dejado en ridículo! ¡Frente a los siete Alfas!- El jefe del Consejo, Joe, caminaba de un lado al otro mientras agitaba los brazos furioso

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- ¡Lo que has hecho es inaceptable! ¡Nos has dejado en ridículo! ¡Frente a los siete Alfas!- El jefe del Consejo, Joe, caminaba de un lado al otro mientras agitaba los brazos furioso. Mientras yo estaba de piernas cruzadas y con una expresión aburrida.

- Tranquilo Joe, no hay que perder la cabeza.- El Alfa hablo con su tono amigable y demandante a la vez.

- ¡La cabeza! ¡Ya no sé cuántas veces la he perdido por culpa de esta niña! ¡Mi paciencia se acabó!- En esa última parte golpeó los puños contra la mesa de roble.

- Joe es sólo una adolescente llamando la atención. Tienes que entender que ha pasado por mucho.- Albert recibió una mirada fulminante por parte de Joe.

Híbrida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora