El encuentro

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- Cassidy! A comer!- UGH! Son las siete de la mañana, de un sábado, son vacaciones y mi mamá me llama a desayunar. ¿¡¿Por que tan temprano?!?
- Ya voy!- Me levanto perezosamente de mi cama, mi habitación no es muy grande, pero suficiente para una cama y un armario. No tengo que quejarme, después de todo, no siempre uno se levanta estando en Londres. Mis padres están separados y mi mamá vive en la capital de Gran Bretaña, la ciudad que ella más ama en todo el mundo, aún así cuando toda mi (y su) familia vive en Buenos Aires, Argentina. Bajo las escaleras y llego a la pequeña cocina.
-Buenos días cariño, aquí tienes tu desayuno. No te olvides que hoy es el cumpleaños de tu primo James, llámalo.
- Si, ma.- Mi primo James es como un hermano para mí, su cumpleaños nunca se me pasaría, él es un año menor que yo, pero en estatura él me gana. Siempre nos preguntan si somos o hermanos, novios o gemelos. Realmente lo quiero mucho, pero no para tanto. Mi primo más pequeño se llama Max, al principio fue molesto, siempre queriendo ser el centro de atención, pero nunca fue dejado de lado por nuestra parte, aún así siendo tres años menor que yo.
Agarro mi celular y abro el chat con James.
- Hey! Como anda mi cumplañero favorito?
- Todo bien, gracias por preguntar. Sabes que hora es acá?
- Eh....-y por supuesto que había olvidado el pequeño detalle de tener tres horas de diferencia. - Perdón que me haya olvidado, pero más vale temprano que nunca.
- El refrán no es así es más vale.... Ahg! No importa, me voy a dormir, después hablamos.
- Oko!
- Ma! Ya le escribí!
- Ok! Ahora termina tu desayuno.

James
Si ser despertado a las cuatro de la mañana parece ser molesto, el hecho de tener que compartir un cuarto pequeño, en el cual muy forzadamente entran dos camas y un armario, con tu hermano menor que deja TODO por el piso es peor. Me levanto de mi cama, no puedo dormir, gracias Cassi! Ella tendrá la suerte de pasar las vacaciones con su mamá en Londres, pero no todos corremos con la misma suerte, no, a mi me toca Atlantis. Tal vez estén pensando: ¿cómo puedes estar en una ciudad que, según el mito, está debajo del mar? Pues verán, yo no estoy en ese Atlantis, sino que en Atlantis de Argentina, esa playa que está entre otras dos que si les digo el nombre no sabrían donde es en realidad. Salgo al pasillo, bajo las escaleras y me voy al living. En él hay un enorme ventanal, y aunque esté bastante sucio, se puede ver mas o menos la playa, una de las muchas ventajas de alquilar en una casa que queda en frente de la playa. De la nada se puede ver un destello en el cielo. Yo me acerco un poco más a la ventana. parecía una estrella fugaz, pero con toda la contaminación lumínica que hay no creí que una de esas podría ser vista. Cada vez se acerca más pero de repente dejo de verla. Inútiles médanos! solo estorban! Decido salir, pero como no tengo llave de la puerta decido salir por la ventana. cuando piso el suelo, una ventisca helada me recorre el cuerpo, no lo entiendo, estábamos a 30 grados como mínimo y el meteorólogo no dijo nada de disminuir la temperatura, me abrazé a mi mismo, tener shorts y una remera manga corta no ayuda. Seguí caminando y entré a la playa, el cielo era hermoso, con una luna llena. Yo busqué el destello, pero no lo encontré. De la nada siento un estruendo atrás mío. Esa.....explosión, movió el piso e hizo que caiga de rodillas. una vez que me levanto voy hacia la explosión, algo que no toda la gente en su sano juicio haría, pero algo me decía que valla. Cuando llego un meteorito estaba encajado entre dos árboles. Su exterior estaba brillando, y palpitando.

- Demasiado raro para mi gusto.- murmuro para mi mismo e intento de retroceder, pero de la nada una gran ráfaga de viento me envuelve y me eleva por los aires. Intento gritar, pero no puedo. Miro hacia abajo y puedo ver perfectamente la casa que alquilamos, seguro que estaría a unos cien metros del suelo, en una especie de tornado. Arena, ramas y hojas me raspan los brazos y las piernas. Tan rápido como empezó terminó y caigo al suelo. Luego todo se vuelve negro.


Cassidy

Salgo de la ducha, con ropa limpia y mi pelo envuelto en la toalla.

- Cassi! Sacate eso de la cabeza! Que después te deja con olor a perro mojado!

- Ma, no jodas, no me quiero mojar toda la remera, además y hoy voy con los chicos al cine y no quiero que piensen que me baño con la remera!

- Para eso sirve el secador, además después querés que te planche el pelo, pero lo tenes tan largo, que siempre terminamos vos gritandome que me apure y yo gritandote de que te seques bien el pelo. Además, hoy no voy a poder ayudarte, tengo una reunion y no puedo llegar tarde.

- Ok.

- Bien, ahora me voy a preparar y en veinte salgo.

-Ok.- Bien, tengo 30 minutos para secarme el pelo, 40 para plancharmelo, 5 para pintarme las uñas y 15 para esperar. Bien, puedo hacerlo. 

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⏰ Last updated: Apr 20, 2016 ⏰

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Estrellas CaminantesWhere stories live. Discover now