#51

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*Bárbara POV*

Y ahí estaba yo, el viernes en la tarde. En toda la semana no había asistido a la universidad por miedo a enfrentarme con Jason. Lucas venia todos los días a verme y como siempre era muy lindo conmigo, incluso me traía mis deberes.

Estaba tirada en la cama con congestión nasal de tanto llorar, ojos rojos, ojeras negras como mi conciencia y bolsas que parecían morrales, mi piel estaba más pálida que nunca y mi cabello rizado era un desastre. Nunca en la vida me había visto peor que ahora porque nunca en la vida me imagine que el verdadero amor doliera tanto.

Oí el timbre de la puerta principal sonar y pasos en la escalera a los que no preste atención hasta que se detuvieron en mi puerta y la golpearon levemente. Quizá es Lucas. Mustié lo leve "pase" y la puerta de mi habitación se abrió revelando la silueta de un hombre, un hombre que no era exactamente Lucas Manson, por el contrario, era mi mejor sueño y a la vez mi pero pesadilla. Jason Bradley.

Me puse de pie rápidamente y lo miré sorprendida. Podía esperar hasta al mismo diablo, pero no a él.

- ¿Qué haces aquí? -Mustié apenas audible.

- ¿Podemos hablar? -Habló igual que yo.

- ¿De qué?

- De nosotros.

- No hay ningún nosotros, Jason .

- ¿Ya no lo hay para ti?

- ¿Para ti lo hay?

- Siempre lo habrá.

- ¿Por qué saliste corriendo?

- Porque no soporto la idea de que tengas un hijo que no es mío. Porque no soporto la idea de que hayas estado en los brazos de otro hombre que no sea yo. ¿Lo entiendes? Te amo demasiado para verte así. ¿Por qué simplemente no me lo dijiste cuando nos reencontramos? -dijo dolido y mis ojos se cristalizaron de nuevo.

- Tú no me amas.

- Sí lo hago.

-porque si me amaras me hubieras dejado explicarte lo que pasó.

- ¿No entiendes que te amo tanto que sé que tus explicaciones dolerán más de lo que quiero? Y aún, estoy aquí -dijo desesperado

- Al menos me hubieras dado una oportunidad -Mustié dolida.

- Mi amor por ti es tan grande que vine a darte la oportunidad de llevarte el poco orgullo que me queda. Vine a darte la oportunidad de humillarme una vez más. De restregarme en la cara lo mucho que has amado a alguien más. De matar lo último que queda de Jason Bradley -sus ojos derramaban lágrimas y mi corazón se partió en mil pedazos.

- ¡JODER CALLATE! -grité desesperada.

- ¡¿POR QUE?! ¡VAMOS! ¡HABLA YA! ¡TERMINA DE DESTRUIRME!

- ¡CHRISTOPHER ES TU HIJO!

- ¿Qué?

Fue como una blasfemia, como una dolorosa verdad escupida por la más malvada pecadora. Dolió, pero alivio el dolor a la vez.

TOCANDO EL CIELOWo Geschichten leben. Entdecke jetzt