p a r t e c a t o r c e {maraton 3/3}

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Iba a decir algo más pero Edmund la calló con un beso. Ruth se quedó bloqueada por un momento, pero enseguida le correspondió el beso.

Un beso ansioso, lleno de amor.

Se separaron y se sonrieron.

—¿Eso significa que te gusto?

—¿Tú qué crees? —preguntó Edmund risueño.

Los dos rieron y se volvieron a besar.

—Entonces ¿quieres ser mi novio? —preguntó Ruth.

—Pues claro que sí —dijo Ed.

Y se volvieron a besar.

Yo estaba tan contenta que se me escapó un grito de felicidad, lo que provocó que los dos me mirasen sonrientes.

Yo les sonreí y levanté mis pulgares en señal de que me gustaba su relación.

Después se lo dijeron a todos y se alegraron, como era de esperarse. Pero vi que Peter después de darles la enhorabuena se fue a los camarotes con la cabeza baja.

Fui detrás suya para ver lo que le pasaba, quería saberlo.

Bajé las escaleras que daban a los dormitorios y le vi sentado en la cama. Era la cama donde dormían Susan y Lucy. Estaba ahí sentado, mirando al suelo.

Me acerqué a él y me senté a su lado.

Él levantó la cabeza para mirarme y la volvió a bajar.

—¿Qué te pasa, Peter? —le pregunté.

—Nada —respondió él distante.

—Sé que te pasa algo, vamos dímelo —le insistí.

—¿Es que acaso te importa lo que me pase? —preguntó él mirándome con frialdad.

—Pues claro que sí, Peter. Sé que te pasa algo, por favor, dímelo —le dije con toda la dulzura que pude.

—¿Debería decírtelo? Ni siquiera me conoces, ______ —me dijo con un tono enfadado.

—Te conozco, Peter —le dije. Él me miró para protestar pero le calle—, no te recuerdo, vale. Pero sí te conozco, no te recuerdo como persona pero sé que cosas te gustan y te molestan. Te conozco, y sé que te pasa algo.

—Si tanto me conoces, deberías saber lo que me pasa —me dijo frío.

—¿Quieres dejar de ser tan borde? Intento ayudarte, ¿y tú me lo agradeces así? —le dije con enfado.

Él me miró y vio que estaba enfadada y que tenía razón.

—Lo que me pasa es que veo como todos son felices en pareja, como cada uno se forma su vida con esa persona especial a la que ama. Y yo te amo a ti pero no podemos estar así por ti. Y me pregunto si es porque de verdad quieres recuperar tu memoria y empezar de nuevo o porque ya no me amas —Peter se notaba realmente molesto.

—¿Estás diciendo que crees que ya no te quiero? —pregunté indignada.

—Sí, es lo que estoy diciendo —me rebatió él.

—¿Pero tu te estás oyendo, Peter? —pregunté—, yo te amo.

—Y por eso rompiste conmigo —dijo levantándose de la cama y yendo hacia la puerta, pero le paré.

—Rompimos los dos, y lo hice porque no quiero estar con alguien del que no recuerdo nada —le dije enfadada. No tenía derecho a decirme eso cuando los dos habíamos tomado esa decisión.

—No me recuerdas pero sí me conoces, tú misma te contradices. Si de verdad me quisieras tanto como dices te daría igual recordarme o no. Si me amaras como dices no pondrías pegas a nuestra relación —terminó saliendo de allí.

Yo me quedé ahí parada como una estúpida. Peter tenía razón. Qué más da si le recuerdo o no, lo importante es que le amo. Y el amor puede con todo.

Pero no me gusta estar con él cuando no recuerdo nada de nuestro pasado juntos.

Esto de perder la memoria no es nada divertido. Estoy deseanado llegar ya a la maldita Isla Púrpura, para tomar el maldito jugo de la maldita flor.

A propósito ¿cuánto quedará?

Narnia: Volviendo a recordar. Peter Pevensie (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora