⌠uno⌡

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Vodka virgen, Raito Sakamaki.

-Yo estaba muy tranquilo recorriendo los pasillos de la institución saltándome clases cuando vi a Bitch-chan salir con una de sus amigas humanas así que la seguí para que no escapará.

Yui estaba siendo arrastrada por Mi-chan hacia un bar que estaba lleno de gente motociclista y algunas personas tatuadas.

-Mi-chan... Vámonos, este lugar me da mala espina –suplicó la rubia.

-¡Yui! ¡No seas aguafiestas y diviértete un poco! Anda, te invito un shot de vodka.

-N-no hace falta, yo no tomo –negó rápidamente.

-Sólo se vive una vez, anda... ¡Oye, quiero dos shots de vodka! –grito Mei al barman.

El barman dejo en la cara de Yui el trago de vodka y la rubia lo miraba como si de algo repugnante se tratase, miró a Mei y dudo un poco en si tomarlo o dejarlo, pero la castaña le echaba porras para que tomará el vasito de licor.

-Es-está bien... ¡P-pero solo uno y nos vamos!

Tragó de una sentada y sintió como su garganta escocía de ardor, su cabeza daba vueltas y sentía que perdía el conocimiento.

-¡Sírvame otro! –grito Mei pidiendo otro traguito de vodka.

(...)

Seis chupitos de vodka después...

Ni Yui, ni Mei podían mantenerse en pie, Raito miraba desde una esquina a la castaña y la rubia juguetear con sus manos y su pelo hasta que salieron del establecimiento a una tienda de ropa.

-¡Mira estoó! –exclamó Mei sacando una ropa interior demasiado sexy para la monja de Yui.

-¡Edta boñito! –esta vez fue Yui la impresionada que sacó un camisón transparente y se lo lanzó a Mei que corrió rápidamente al vestidor, por su parte Yui tomó el vestido rojo apretado exageradamente escotado que hacía resaltar su poco pecho.

-¡Soy Batman! –grito Mei saliendo del probador con el camisón transparente negro.

-Pues yo soy pitufina.

-Pero pitufina es azul.

-¡No me importa!

Salieron de la tienda de ropa y caminaron por las calles hasta llegar a la casa de Lou, el mejor amigo ''gay'' de Mei.

-¿Qué están haciendo ustedes dos aquí y así vestidas? –cuestionó Lou viendo a la rubia y castaña abrazadas como mejores amigas de toda la vida.

-Espera, para el carro... -detuvo Ayato la narración de Raito.

-¿Qué pasa Ayato-kun?

-¿Cómo que ''gay''? –pregunto el pelirrojo haciendo comillas entre sus dedos.

-Moo~ déjame seguir mi narración Ayato-kun...

-Venimos de una party loca, muy loca.

-Sí, Superman atacó a Peter Pan y después Bart se acostó con Tom y Jerry de ahí los dos se fueron a la casa de Abraham Linón e hicieron el amor con Cristóbal Colón, por eso los pitufos son morados –explico la rubia.

-Se llama Abraham Lincoln –dijo Lou.

-No me importa cómo se llama Abran Lapuerta, yo quiero irme a Narnia.

-Ábreme pero estaaaa –dijo Yui haciendo una pedorreta.

-Te abriré pero el hocico, estúpida rubia teñida oxigenada –grito Mei.

-Lo de rubia sobraba...

Sin pedir permiso entraron a la casa de Lou seguidas por este último, llegaron a la cocina y sacaron tocino de la nevera.

-¡Mira! Es manzanita rallada!

-Sí y tiene algunos pedazos de mandarina.

-Es tocino echado a perder.

-Qué importa que sea pera echada a perder.

Después de comer unos ricos pedazos de ''manzanita y mandarina con sabor a pera'' Lou llevó a Mei a su casa y dejo a Yui en casa de los Sakamaki que aún no llegaban.

-Caray, mira cómo te has puesto Bitch-chan.

-¡Perra tu abuela! –grito la rubia quitándole el sombrero al castaño y corriendo a su habitación.

La rubia subió escalón por escalón cometiendo alguno que otro tropezón y cuando llego a su destino se hecho sobre el colchón.

-Me voy a moriiiiiir.

-No te vas a morir por estar borracha, Bitch-chan, ¿qué tal si nos divertimos un rato?

-No, estoy muerta y tengo ganas de vomitar, me duele el brazo.

La rubia se lanzó al castaño y movió su cabeza acariciándose contra el pecho de Raito como si tratase de buscar mimitos.

-Rai-chan, tengo calor~ -lloriqueo la rubia de cara roja.

-Ábreme tu corazón y te enseñare lo frío que es la vida de un vampiro –dijo Raito mientras la liberaba de su apretado vestido rojo y se relamía por el conjunto de lencería sexy.

La rubia se levantó de su lugar y comenzó a bailar sintiéndose Miss Universo mientras que Raito colocaba su disco favorito para animar a Yui.

-¡Me encanta esa canción! Si necesita reggaetón dale, sigue bailando mami no pare, acércate a mi pantalón dale, ¡vamos a pegarnos como animales!

-Bitch-chan, ahora conozco todos tus deseos ocultos –dijo el castaño rodeando a la rubia con sus brazos.

Yui movía bastante bien sus caderas para haber llegado de una iglesia, el castaño la besaba en cada parte que podía y dejaba chupetones como marca de desearla, se movía como si fuese una perra inocente y eso le encantaba a Raito.

-Rai-chan~ quiero jugo de naranja.

-Yo tengo un jugo mejor que el de naranja.

Raito lanzó a Yui a la cama y apretó sus manos contra la almohada mientras besaba su vientre y acariciaba su trasero, la rubia daba pequeños jadeos que casi no se escuchaban, pero para Raito era un sonido tan tentador como la sinfonía de Beethoven.

Sin embargo Raito sólo paró por una cosa, no porqué Yui tuviera un poco menos de pecho o porque ella se quedase dormida, sino porque detrás de la puerta había alguien que lo estaba observando y él se sentía tan excitado porque alguien los estaba mirando, Raito era sadomasoquista.

-¿Q-qué? ¡¿Yo hice tal cosa?! Oh dios mío –se apretó Yui el pecho al escuchar lo que decía Raito.

-Es tu culpa Bitch-chan, yo no hice nada malo.

-¿Y qué paso después? –pregunto Kou cruzado de brazos.

-Eso lo tendré que explicar yo... -levantó la mano Reiji.

-¡¿Reiji?!

El pelinegro sólo suspiró y miró a Raito con una cara de desaprobación.

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¡Hola! Siento mucho haber tardado en actualizar y no tengo ninguna excusa como otras escritoras, simplemente no encontraba ese momento de ''inspiración'' agradezco mucho el apoyo que he recibido para seguir escribiendo, muchas gracias por ser pacientes y aguantar mi flojera.

Siguiente capítulo será publicado este Viernes.

¿Que paso ayer? | Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora