Unico

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El juzgado estaba lleno, ya sea de tontos curiosos llenos de morbo como la prensa que como buitres buscaban la carne para devorarla; después de todo aquel juicio era él más esperado del todo el año: las noticias se volvían a teñir de rojo.

Todos se enfocaban ante el acusado en cuestión que con una expresión tranquila en la cara se mantenía, situado en el lado izquierdo de la sala estaba sentado, parecía ignorar todo aquel que lo rodeaba. Era demasiado alto y delgado, portando un traje negro que le daba una pinta elegante. Cabellos negro un poco largo y alborotado que hacia resaltar su palidez, y unos extraños ojos pues la pupila era de color rosa, la iris de amarillo y la esclerótica de azul. Los ojos de un demonio, habían proclamado la prensa como si de un mensaje apocalíptico se tratara. A ese hombre, poco le había importado.

La bestia le había nombrado todos, incluso cuando no conocían su extraña forma. Incluso en esos momentos que todos conocían su nombre seguían refiriéndose a él con ese nombre.

En sus tiempos había sido buscado por ser un asesino serial, culpable de al menos 45 asesinatos ocurridos desde hacía 4 años. Variando todo aspecto de edad y género, aquel hombre acaba con sus vidas en zonas boscosas de forma lenta y tortuosa. Sin embargo, junto cuando el conteo ascendería a 46 su víctima logró escapar con vida. El único sobreviviente y la causa de su encierro.

Ahora que lo recordaba ¿Dónde estaba aquel afortunado joven? Los raros ojos de aquel hombre empezaron a buscar aquel chico que en esos momentos caminaba hacia el estrado. Temblaba como si estuviera en la intemperie del más crudo invierno y evitaba mirarle a toda costa. Tan pequeño seguía aquel castaño, tan patético.

Después de ver como se sentaba y miraba hacia el suelo, el abogado que estaba en su contra se acercó en un paso muy confiado aquel chico que tras hacer que hiciera el juramento, y tras hacerla unas preguntas el joven Wirt Cone empezó si relato. Las ideas de matarlo en ese momento se hacían tan latentes.

—Conoci a Jack Unterweger hace un año, yo estaba perdido, la verdad es que estaba desesperado y no sabía que hacer...- dijo recordando aquel suceso que había culminado como una pesadilla.

...

No podía creerlo, simplemente eso no podía ser verdad, pensaba un castaño de 16 años que con ira contenida pateaba todo lo que se encontraba a su paso. Se suponía que solo sería una salida casual con sus amigos y termino perdido en aquel bosque. En parte no era su culpa perderse, no era un distraído ni nada por el estilo, si no que aquel bosque era tan monótono que no era ninguna sorpresa que se perdiera ¿no?

De pronto todas esas quejadas murieron cuando escucho unos pasos acercarse. Miro asustado a todas partes, buscando el origen del ruido, encontrándose con aquel calmado y aburrido panorama de altos árboles. Negó un poco y cuando estaba a punto de avanzar de nuevo escucho de nuevo el ruido.

—Esto no es gracioso ¿Quién está ahí?— pregunto tratando de aparentar no estar asustado aunque por muy dentro de su ser juraba que estaba a punto de orinarse los pantalones.

—Por lo que veo estas perdido ¿no, niño?— dio un respingo cuando escucho una voz a sus espaldas. Dio la vuelta encontrándose con un hombre joven. Vestía totalmente de negro y le miraba curiosos. Sus gafas oscuras obstruían que pudiera ver sus ojos.

—Yo.... — dudo por un momento, pues aunque si lo estaba no quería aceptar su patética situación— si estoy perdido, señor.

—Suele pasar seguido, este bosque es extenso, quien no este familiarizado es normal que se pierda— comento con una voz completamente afable, serena que lo hizo sentir un poco bien. Seguro— por suerte yo conozco este lugar como la palma de mi mano.

Sotano (BeastxWirt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora