Capitulo 24: Solo, no lo arruines

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Me despierto por un sonido algo irritante, mi celular, había puesto la alarma y esta había empezado a torturarme, agarro el aparato y finalizó el tono de mi música favorita

Con un esfuerzo inmenso logró incorporarme en la cama, me levanto y voy hacia el armario, de este saco unos vestido verde menta y unas zapatillas color crema, me dirijo al baño y me ducho, cuando ya estoy fuera, me visto y voy hacia la cocina, no sin antes dejar tendida la cama, me preparo un café y reviso mi celular, 2 mensajes, uno es de Frank y el otro de... Dominic? Un poco extrañada dejó de último el mensaje del chico de ojos azules y reviso el primero:

"Lucí, el profesor Kepper enfermo, escuche que tus primeras horas eran con el, salgamos a desayunar"

Miro la hora del mensaje y fue hace 3 minutos, pensándolo bien, no me vendría mal, una taza de café no es suficiente

"En 5 minutos en el ascensor"

Envió el mensaje y al instante salen las 2 palomitas azules, indicando que el mensaje ha sido leído, miro el escribiendo mientas voy por mi cartera, una del mismo color que mis zapatos, la tomo y escucho el mensaje que ha llegado

"Quedan 2 minutos"

Río y me aproximo a la puerta, lo veo parado frente a su puerta mirando su celular mientras ríe y me acerco

-valla, al parecer ya hay alguien que hace que mires tu móvil con cara de idiota- le sigo riendo y él niega

-No - ríe- es tan solo mi hermana- al decir eso caminamos

-Estupendo, tienes una hermana

-Si, se llama Emma

-y cuantos años tiene- pregunté, ya íbamos en el ascensor junto a una señora y su hijo, supongo

-16- suspiro- ha crecido mucho

-la quieres mucho - dije y sonó más en una afirmación que pregunta

-demasiado, ella y mi madre son todo para mí- una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro

-y tu madre como se llama?

-No me crees si te lo dijera- bromeo

-vamos, sólo dímelo

-Lucí

-dime?

-No, que se llama Lucí- dijo y río

-valla, quien lo diría- cuñados salimos del ascensor nos dirigimos a su auto, y fuimos en un recorrido lleno de bromas y anécdotas, hasta una cafetería que quedaba un poco lejos, pero me dijo que son muy buenos los capuchinos

-No te arrepentirás- dijo cuando ya habíamos llegado, y estábamos bajando del auto para entrar al local

-Si pasa lo mismo que con la pizza, te amare por siempre

-te gusta mucho el capuchino, he?

-bromeas- dije y lo mire divertida mientras entrábamos, al hacerlo una campanilla sonó sobre la puerta, indicando que habían llegado clientes- amo el capuchino, el café, el chocolate y... Las donas- dije al fin

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