La venganza de Anastasia.

Siete años atrás. parte I

Las lágrimas surcaban mis mejillas al ver el corto vídeo de vigilancia del apartamento de Seatle, Christian con otra mujer, mi marido y el padre de mis hijos engañándome, el mismo que me había jurado amor eterno, el mismo que me había besado en la mañana y me había hecho el amor la noche pasada ahora se revolcaba en nuestra cama del apartamento con otra. Sentía mi cuerpo temblar, las piernas me flaqueaban y mi respiración era cada vez más irregular
-oh, no no no no!- aquel grito me había desgarrado la garganta pero no me importaba tenía la casa casi completamente sola para mi, ya que mis hijos estaban con su tía Mía en un paseo y los empleados descansaban
-Ana?....Por Dios Ana!- los pasos apresurados de mi ama de llaves se escuchaban desesperados contra el mármol, pero no me importó, mis ojos estaban fijos en la grabación de tiempo real, mientras que mi mano cubría mi boca callando los sollozos que luchaban por salir desde mi interior
- Ana, basta no más- su voz estaba quebrada no sabía si por pena o lastima, pero yo no podía parar, mi cuerpo no reaccionaba -Ana te haré un te - susurro tomando mi mano libre antes de apagar la televisión y ayudar a levantarme, sólo sabía que me movía pero seguía con mi mente donde mismo.

Christian volvía hoy de su "viaje de trabajo" mientras que yo seguía sentada en el sillón de la sala en que lo había descubierto todo, junto con una taza de te fría medio volcada y mi ama de llaves en la puerta de la sala observándome, y con aquella grabación en modo de repetición, para mi suerte aquello no estaba con sonido o ya estaría totalmente derrumbada.

El sonido del coche deportivo de Christian me advirtió su llegada dejándome contando en un susurro los cuarenta segundos que demora en llegar a la puerta, para abrir con sus llaves y saludar con su típica frase
-llego papá!- el sonido de la maleta de mano contra la mesita de la entrada y los pasos de el acercándose lograron que mi mano volviese a temblar
-señora...-
-Ana Gail, Ana, sólo Ana -dije con la voz entre cortada -puedes retirarte Gail-
No la mire pero escuche su saludo con Christian al toparse con el, al igual que escuche el café que el pidió, escuchando los últimos pasos que lo dejaban en la sala tome aire y levante mi mirada -piensas acompañarme con la hora del té?-
-Ana...Que es esto? has llorado? Y ese....-
Lo acababa de ver y su voz se había esfumado, igual que su semblante, lo mismo que me había ocurrido a mi con la diferencia de que el lo sabía y yo antes de hoy vivía en la ignorancia amándole con todo mi ser y esperándole con ansias cada día, al igual que apuraba mi trabajo para estar mas a su lado.